La Soledad, en su templo. / Óscar Herrero

Aunque la lluvia provocó la suspensión de la Procesión de La Soledad de la Virgen las diferentes cofradías realizaron actos en sus sedes

No era una decisión fácil, nunca lo es quedarse en ‘casa’, pero fue la acertada. Aunque cuando se tomó del cielo no caía ni una gota, las predicciones acertaron y el agua se precipitó, vaya si se precipitó, sobre Palencia en el tiempo en que la procesión de La Soledad de la Virgen, conocida popularmente como la de las Vírgenes.

La responsabilidad de la misma corría a cargo de la Cofradía de la Soledad, que celebró un acto bajo el techo de su capilla. Allí estaban las autoridades de la ciudad y de la provincia, y algunas ediles portando la banda dorada de la mujer palentina. No en vano, esta procesión se configura como un homenaje de las mujeres palentinas a la Virgen.

Además de los cofrades de La Soledad, otros miembros de hermandades palentinas también se acercaron a la capilla de La Soledad.

Y como la Capilla de la Soledad tiene unas dimensiones reducidas, las personas que llegaron tarde al acto, fueron derivadas a San Francisco, donde se había habilitado una pantalla gigante para seguir el desarrollo del acto.

En los Nazarenos y la Vera Cruz.

En otros puntos de la ciudad, por ejemplo en las cofradías de los Nazarenos y de la Vera Cruz, también se llevaron a cabo actos para sustituir a la procesión en la que iban a tomar parte sus vírgenes.

Asomadas a las puertas de las capillas donde se custodian, al son de las bandas de cornetas y tras el toque de tararú y golpe de gallardetes en el caso de la Vera Cruz, las Hermandades se desquitaron de no poder acompañar a la Virgen en La Soledad de la pérdida de su hijo.

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