Es la misma empresa a la que el Gobierno acaba de anular un pedido para la Guardia Civil
El Gobierno de España ha resuelto esta mañana el contrato que había adjudicado a la empresa Israel Military Industries (IMI), para el suministro de cartuchos y balas para diferentes Unidades de la Guardia Civil. Sin entrar en las connotaciones geoestratégicas, de defensa de los derechos humanos y políticas domésticas, a algunos palentinos esas siglas, IMI, les causarán desasosiego. Económico y laboral.
Porque esa misma empresa a la que ahora el Ministerio del Interior le acababa de rescindir un contrato casi nada más publicar su formalización, es la misma que hace una década le ‘robó’, así entre comillas porque el procedimiento fue público y ajustado a la legalidad, un contrato millonario a la Fábrica de Armas de Palencia. De nada más y nada menos que 41 millones de euros.
Ocurrió en 2015, con Nammo ya al frente de la factoría palentina, para un contrato de suministro de cartuchos del calibre 5,56 x 45 mm para el Ejército español por valor de 41 millones de euros (divididos en varios lotes) que hubiera generado, por sí solo, empleo durante seis años en la planta de la plaza Rabí Sem Tob (4 años más dos de prórroga).
Aquel contrato, que se llevó IMI por una diferencia de «menos de un céntimo por cartucho», generó movilizaciones de los sindicatos y declaraciones más comedidas desde la propia empresa. Hasta reuniones de los representantes de los trabajadores con altos cargos del Ministerio de Defensa, entonces en manos del PP, en Madrid, hasta donde acudió la plantilla en autobuses. Se acusaba al Gobierno Central de «tratar de quebrar la planta palentina» por unos cientos de miles de euros.
La ventaja económica planteada entonces por la empresa israelí era de un céntimo por cartucho «lo que es poco dinero de diferencia, unos miles de euros en el monto total del contrato (unos 600.000 euros en los 60 millones de cartuchos), pero no se dan cuenta de que la falta de horas de trabajo supone en el mejor de los casos merma en la nómina de los trabajadores y en la recaudación impositiva del Estado o, en el peor supuesto, despidos y que pasen a cobrar una prestación por desempleo con el consiguiente gasto para el erario público y considerablemente superior a las arcas», explicaban desde el Comité de empresa, entonces presidido por Carlos Collantes.
No hubo forma de dar marcha atrás con aquel contrato, pero la presión de los sindicatos permitió comprometer varios contratos para la fábrica palentina, de 9 millones en aquel 2015. Desde entonces, los encargos del Ejercito y la defensa nacional han ido llegando a lo largo de los años.
https://www.palenciaenlared.es/defensa-rellena-su-santabarbara-con-compras-por-112-me-a-nammo-palencia/
En todo caso, para el contrato ahora en liza y que ha desatado la polémica, para disparos del 9x19mm, ni la fábrica palentina ni la empresa Nammo que la gestiona, presentó oferta. De hecho, en su catálogo público no aparece este calibre dentro del portfolio de la firma nórdica. En Palencia se dejó de fabricar hace varios años ya.
Lo cierto es que la adjudicación del ahora polémico contrato a la empresa IMI se produjo porque ninguna de las empresas que se presentaron a los lotes a los que concurría la israelí, una italiana y un intermediario de Barcelona, cumplía con las condiciones establecidas.





