El Súper Agropal Palencia, de blanco, dominó el encuentro ante un Betis que nunca se encontró a gusto en la cancha (87-68), pero la remontada espectacular del Obradoiro ante el Tizona deja a los palentinos sin la ventaja en el Play-off que tuvieron durante toda la noche (100-102)
Palencia tiene un color especial. Lo tuvo hoy ante el Betis de Sevilla. Jugó de blanco, con la camiseta ‘especial’ que ha confeccionado el club. Pero es que además, tuvo otro color el cuadro morado que dominó el encuentro ante el que era el segundo clasificado de la liga. Un juego que tenía el premio del factor cancha en el Play-off durante todo el partido, porque al final, muy al final, casi sin tiempo el Obradoiro levantó su partido en Burgos ante el Tizona (que llegó a perder de 26) y lo conservó.
El Súper Agropal Palencia arrancó el partido con Oroz, Borg, Manu, Vaulet y Krutwig. Un inicio esperanzador. 8-3 de parcial inicial. Robando, y encestando, casi sin errores.
Empezó el Betis a desplegar juego duro en su zona. Y metió a Kasibabu, para darle más físico. Y lo que le dio fue un triple a los sevillanos en su primer ataque en cancha. El marcador se ajustó a un 13-10 con seis minutos aún por jugar.
El acierto exterior de los lanzadores palentinos (4 de 5 en triple), le dio una ventaja a los locales de nueve puntos. Momento para la entrada de Kunkel. 19-10. Tiempo muerto del banquillo verdiblanco.
Palencia estaba barriendo al Betis con una defensa asfixiante. 21-10. Pruebas para Guil, colocando a Chema al 5 y a Leslie al 4, para seguir ampliando la ventaja. Hasta los 14 puntos. En la otra cancha en juego para los morados, el Tizona le ganaba 29-7 al Obradoiro.
Al final del cuarto, 28-18.
Segundo cuarto.
Siguió la defensa dando sus frutos, obligando al Betis a perder ya seis balones.
Pero le llegó la pájara al Súper Agropal. Tras ponerse a la par en balones perdidos, los palentinos se dejaron comer la ventaja. Tanto que los hispalenses se colocaron a cuatro puntos.
Guil volvió a mover el banquillo. Sentó a Pablo y a Chema y dio entrada a Borg y Dimitrov, pidió tiempo muerto y sacó de la ecuación a Kunkel para sustituirle por Oroz y jugar con dos bases. Estiró entonces la goma el conjunto local con dos triples seguidos de Wintering y dos contraataques merced a buenas defensas que devolvieron la alegría a las gradas moradas. 38-24.
Las metía ahora el Palencia de todas formas. De tiro, de bandeja, de palmeo… 43-24. Parecía que el Betis se había quedado en la Feria de Sevilla.
Los palentinos pescaban los balones donde otros días no lo hacían. Encontraban acierto donde antes sólo había arena. Flirteaba su ventaja los 20 puntos ante un cuadro verdiblanco que parecía jugar con el freno de mano, por acción palentina o por omisión sevillana.
Al descanso, 53-36… y en Burgos, 63-40 para el Tizona.
Tercer cuarto.
El partido siguió el mismo patrón. Palencia haciendo sufrir al Betis, que no encontraba canasta clara, cometiendo fallos inexplicables.
Y mientras, haciendo caja. Con Wintering marcando el camino con ya 16 de los 59 puntos locales. 41 para los sevillanos. Tiempo muerto visitante ante un partido indigno para el que llegaba como el segundo clasificado, fallando bandejas bajo el aro, eso sí, presionados, encimados, por los jugadores palentinos que además cazaban casi todos los rebotes. 24-14 era el balance tras 25 minutos de juego.
La ventaja se quedó anclada en los 20 puntos. Los dos equipos habían bajado la intensidad. Eran más permisivos. Kunkel quería sumar desde el triple pero, como en partido de Castellón, no tenía su día, y desperdiciaba ataques.
Al final del tercer cuarto, 70-53. Y en Burgos, el Tizona seguía ganándole a Obradorio, pero menos: 79-67.
Último cuarto.
Como un tiro volvió a salir el Súper Agropal ampliando la ventaja hasta los 24 puntos. 77-53. Momento en el que Kunkel cometía su cuarta personal y se iba al banco con ‘solo’ 6 puntos anotados.
Pese a la ventaja, Guil seguía recriminando los despistes a sus jugadores. Una puerta de atrás que no cierran, un pase mal dado…
No daba chance el técnico a los suyos. Los quería al 100%. Que no fuera por su esfuerzo.
A tres minutos para el final, el marcador reflejaba un 82-61 tras un despliegue de fallos en ataque de los dos equipos y Guil se relajó un poco para dar entrada a Pinilla. Sólo que en Burgos, el Obradoiro se había acercado ya a un punto del Tizona. Su victoria le dejaría al Palencia sin el factor cancha.
En el Municipal ya lo que quedaba era una plácida victoria. Al final, 87-68, con Leslie como máximo anotador entre los palentinos, con 17 puntos. Krutwig fue el máximo valorado del Palencia con 21 items, gracias a sus 12 puntos, 11 rebotes y dos faltas recibidas.
Mientras, la emoción se mantenía en las gradas esperando el resultado de Burgos. Ajustado, sí. El Pabellón miraba el móvil deseando la derrota de los gallegos. Minutos interminables. Héctor Calderón narrando los últimos segundos. Primero con la alegría de ver ponerse al Tizona por delante. Luego con la decepción de observar atónitos cómo el Obradoiro se llevaba el partido por dos puntos al encestar un triple en el último segundo: 100-102
Palencia se quedaba sin la ventaja que tuvo durante toda la noche. Así que el viernes, la primera cita entre el Palencia y el Obradorio será en Santiago.
🟣 Pues finalmente nos vamos a Santiago… ¡JUNTOS A POR EL ASCENSO!👊🏼
🙌🏼 Ahora más que nunca, #JuegaPalencia. 💜
*Horarios por confirmar. pic.twitter.com/ecOTWjHnPd
— Súper Agropal Palencia (@Palencia_Basket) May 9, 2025
Por cierto, el premio Urko Otegui fue entregado por la Peña Básket Morado a Vaulet, como el mejor jugador de la temporada a juicio de los socios y de la prensa deportiva de Palencia.