Bar La Causa, un pedacito de autenticidad y cariño en Guardo

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Fue jefe de cocina en un Hotel de cinco estrellas en Austria, pero Cristian sabía que su trayectoria profesional proseguiría en Guardo, cerca de Mantinos, el pueblo natal de su padre

Hace apenas un mes que el Bar La Causa abrió sus puertas en Guardo, pero su historia y la de su dueño, Cristian, vienen de mucho más atrás. Con una trayectoria marcada por años de trabajo en Austria y un amor arraigado por esta tierra palentina, Cristian ha decidido echar raíces en la Montaña Palentina y ofrecer un espacio donde el buen trato y la comida casera son los protagonistas.

Cristian pasó 35 años trabajando en un hotel de cinco estrellas en Austria, como jefe de cocina. Sin embargo, siempre mantuvo un vínculo emocional con Guardo, ya que el pueblo natal de su padre era Mantinos, lugar que visitaba desde los 6 años para ver a sus abuelos. “Aquí la gente tiene más cariño y mucho más corazón. En Austria son más duros”, confiesa. Hace 14 años, decidió establecerse definitivamente en Guardo para estar cerca de su hijo. “No quería seguir yendo y viniendo. Quería quedarme con él”, explica. Así nació La Causa, un proyecto que une su experiencia hostelera con el deseo de crear un negocio acogedor en tierras palentinas.

El bar abre sus puertas a las 8:30 de la mañana, ofreciendo desayunos tradicionales con churros, montaditos de jamón y hasta seis variedades de tortillas, entre las que destacan opciones apetitosas como la de cecina con queso de cabra y cebolla caramelizada; de beicon y queso cheddar o la de morcilla, jamón y queso. Y durante el día se ofrecen raciones como pulpo gallego, gambas al ajillo o tablas de jamón y queso, ideales para acompañar cualquier bebida. Además, con cada consumición, los clientes reciben una tapa fría o caliente, “siempre diferente, para sorprender”, asegura.

Terraza y planes de futuro

Con una amplia terraza, La Causa se prepara para el buen tiempo, y aunque de momento no se ofrecen comidas, Cristian no descarta ampliar el servicio más adelante.“Quería un sitio donde sentirme en casa”. Y eso se nota. Entre tortillas caseras, historias de idas y vueltas, y un trato cercano, este nuevo rincón guardense ya tiene buenas causa para ser visitado.

 

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