Borja Barba, servidor público y vecino de corazón, abre su álbum de recuerdos para hablar de su tierra, su gente y sus pasiones
- ¿Cuál es tu rincón preferido de Saldaña?
Aunque es difícil quedarme con uno solo, creo que el pasaje que comunica la Plaza Vieja con la Plaza del Marqués de la Valdavia, con ese soportal de columnas jalonadas por escudos de piedra, ese aire frío colándose desde las laderas del Castillo y la sobria majestuosidad castellana de la Casa Solariega del Marqués como testigo mudo del paso de los siglos es un rincón al que siempre recomiendo acercarse. Y, aunque está en Pedrosa de la Vega, la Villa Romana La Olmeda es algo más que un lugar o un rincón. Es parte de la historia de mi vida.
2. ¿Tienes alguna comida típica palentina entre tus platos favoritos?
Tengo el recuerdo infantil de las patatas a la importancia que nos hacía mi madre con motivo de ocasiones especiales. Era el plato más demandado en casa en días de cumpleaños. Tampoco puedo pasar por alto las alubias de la Vega de Saldaña cocinadas al modo tradicional, “viudas”. Es tan buen producto que no necesita de ningún complemento añadido.
3. ¿Cuál es tu color preferido?
¡Creo que no me hacían esta pregunta desde que era niño! Más que de colores, que me resulta complicado, hablaría de tonalidades asociadas a momentos o escenas. La tonalidad ocre del hayedo de Valdehaya en noviembre, el contraste del amarillo de la flor de la colza con el azul cerúleo y limpio del cielo o el verde oscuro de la cara sur del Curavacas.
4. ¿Y la canción que más te anima?
Hemos llegado a la que para mí es la pregunta más difícil del cuestionario. ¡Es imposible decir una! Me paso muchas horas del día escuchando música. Voy a decir una que he estado escuchando esta misma mañana: ‘Sally Cinnamon’, de ‘The Stone Roses’. Una canción que habla de cómo le cambia la vida a una persona cuando por fin encuentra a alguien que le llena y le hace feliz. Y ese riff que John Squire le araña a su Fender… Hoy os digo ésta, pero mañana mismo os diría otra.
5. ¿Hay alguna película que no te canses de ver?
Juraría que la película que más veces he visto en mi vida es ‘Amélie’, esa fábula moderna de Jean-Pierre Jeunet de la que siempre se extrae alguna reflexión. Me sé muchos de sus diálogos de memoria. Me gusta ese espíritu positivo que transmite su protagonista y esa insistencia en demostrar que la bondad siempre se impone.
6. ¿Y el libro con el que más te reflejas?
‘Alta fidelidad’, de Nick Hornby, es una novela fundamental para muchos melómanos empedernidos como yo. Es un libro que habla sobre la inmadurez a la hora de afrontar las relaciones personales y que refleja ese tenebroso camino que desemboca por fin en la edad adulta, donde las decisiones pesan. Y lo hace girando en torno a la música, que marca el estado de ánimo de su protagonista hasta convertirlo en preso de su giradiscos.
7. ¿Dónde te gustaría tener tu hogar el día de mañana?
Mi hogar está y estará, espero, en Saldaña. Es un sitio que he escogido voluntariamente y convencido de ello. No quita para que, para mí, todo el norte de la provincia sea considerado ‘hogar’. Donde es seguro que no me veo viviendo es en una ciudad. En su momento decidí sacrificar unas cosas para poder disfrutar de otras que solo el medio rural podía ofrecerme. Y creo que no me equivoqué.
8. ¿Qué es lo más gratificante de tu trabajo?
Diría que es el contacto diario con la gente. Que también puede llegar a ser algo asfixiante, en ocasiones, pero siempre gana lo positivo. Con los años he descubierto que mi verdadera vocación es la del servicio público. La de trabajar para poder mejorar la vida de un colectivo o de una población como la de Saldaña. A veces es complicado, porque el empleado público siempre está muy expuesto a la crítica, pero la experiencia me ha ayudado a poder seguir la ruta con esa mochila.
9. ¿Cuál es tú fuente de inspiración?
En este punto tengo que tener un especial recuerdo para quien fuese mi tío, y creo que una persona muy querida en toda la provincia: Javier Cortes. Su generosidad y su altruismo, su sencillez y su cercanía, su respeto reverencial por nuestro pasado y su amor por la comarca de Saldaña y sus gentes siempre han supuesto una fuerte influencia en mi forma de desempeñarme en la vida. Recuerdo su figura a diario. Y no puedo dejar de pensar en el ejemplo de sacrificio y de capacidad de trabajo de mi padre.
10. ¿Si pudieras ser otra persona por un día quien serías?
Otra pregunta complicada… ¡hay tantos! Pero mira, hay algo que alguna vez me gustaría poder experimentar: ver la vida como la veía Henri Cartier-Bresson a través de los objetivos de sus cámaras.
11. ¿Qué cosa dirías que te caracteriza o que es muy tuya?
Los años me están enseñando a matizar una tenacidad que a veces raya en la obcecación. Otro defecto a pulir es mi tendencia a involucrarme demasiado en proyectos y actividades intrascendentes, que me acaban quitando mucho tiempo. Ser participativo y activo es algo muy necesario en una comunidad rural… pero exige escoger bien los objetivos. Saber decir ‘no’ es a veces muy importante.
12. ¿Qué querías ser de pequeño?
Cuando era niño me veía conduciendo un camión en rutas de larga distancia. Tenía un punto de aventura que, a los ojos de un niño, resultaba muy seductor. Imagino que haber crecido entre camiones y muelles tuvo su influencia. ¡No creo que sea una respuesta muy habitual a esta pregunta, eh!
13. ¿Hay algo que te hubiera gustado aprender a hacer y no has hecho?
Indudablemente, tocar bien la guitarra. Lo intenté varias veces de niño, pero los progresos eran demasiado lentos y exigía estar mucho tiempo en casa. Cuánto me arrepiento.
14. ¿Eres una persona supersticiosa?
En absoluto. Sí que soy muy dado a las rutinas y a repetir siempre la misma manera de hacer las cosas más cotidianas, más que por temor a que salgan mal, por practicidad.
15. Eres natural de Bilbao. ¿Cómo llegaste a parar a este municipio palentino?
En primer lugar, por vínculo familiar. Mi abuelo paterno nació en la Plaza Vieja. Siempre fue lugar de vacaciones hasta que decidí ‘subirlo de categoría’ y tomé la decisión de abandonar mi trabajo como abogado en Bilbao por volver a los orígenes. Y la arriesgada apuesta salió bien.
16. Son muchos los años que llevas en el Ayuntamiento de Saldaña trabajando en numerosos proyectos ¿Cuál recuerdas con especial cariño?
No me gusta mirar hacia lo que ya se ha hecho, sino a lo que queda por hacer y lo que está por venir. Creo que Saldaña tiene un potencial turístico y cultural de primer nivel nacional y aún queda mucho por explotar. En mi cabeza siempre hay proyectos danzando. Y siempre con la vista puesta en hacer de Saldaña y su comarca un lugar mejor en el que vivir. Ojalá pudieran ver la luz un puñado de ellos.
17. Saldaña es sinónimo de patrimonio y cultura. ¿Cuáles son las bellezas que destacarías de la villa saldañesa?
Pues oye, ¡me gusta que desde fuera se vea Saldaña como sinónimo de patrimonio y cultura! El casco histórico de la villa, con epicentro en la Plaza Vieja, es un activo muy potente. Me encanta ver a grupos de visitantes recorriéndolo y acercarme a contarles alguna anécdota o historia relacionada con Saldaña. También gozamos en Páramos y Valles de un entorno natural que a veces es opacado por la magnífica Montaña Palentina, pero que ofrece una variedad de paisaje envidiable.
18. La fotografía es otra de tus pasiones, junto al rugby, el ciclismo y a la naturaleza. ¿Son estos los motores de tu día a día?
Los motores de mi día a día son las personas que me rodean, pero mis aficiones me han ayudado a modelar la persona que soy y a encontrar refugio emocional cuando las cosas no salen bien. La fotografía es emoción y creatividad. El rugby es compromiso y nobleza. El ciclismo es sacrificio y superación. Y la naturaleza es cobijo. Mis aficiones me han ayudado mucho en la vida.







