El albergue Kyomu, en Velilla, se recupera de un “destrozo importante” por granizo “como pelotas de golf”

Fotografía: Edu Velillense

Los monitores pusieron a salvo rápidamente a los 300 niños que se encuentran en el campamento, lo que evitó una “catástrofe mayor”

El albergue Kyomu, en Velilla (Palencia), se recupera este sábado de un “destrozo importante” a causa de una intensa granizada que ayer descargó durante 12 minutos “auténticas pelotas de golf”, tal y como explicó a Ical uno de los gerentes de la empresa Kedeké, Eduardo Ibáñez, que gestiona el complejo velillense. Fue una tormenta de unos 50 minutos que durante algo más de diez se convirtió en granizada, pasadas las 21 horas. “De repente se cerró todo, se puso todo negro y empezó a descargar como que no hubiera mañana”, relata.

La buena noticia la protagonizaron los monitores del campamento que se celebra en las instalaciones, que pusieron a salvo rápidamente a los 300 niños, lo que evitó una “catástrofe mayor”. “Los llevaron corriendo a los lugares que tenemos sotechados”, comentó, para enumerar que los importantes daños acabaron con las tiendas de campaña, 21 coches sin lunas y “con 300 y 400 bollos cada uno”, los tejados, farolas, cámaras de seguridad, etc. Solo con las placas solares, los tejados y la iluminación, la empresa, que gestiona este recinto desde hace solo un año, calcula los daños en unos 400.000 euros. A esta cifra se sumarían los daños en los vehículos y otro tipo de destrozos menores en las instalaciones. Sin ir más lejos, mañana se celebraba el día de padres del campamento y estaba “todo precioso, pero aquí estamos ahora, quitando hojas”, entre algunos de los aspectos que no se pueden valorar.

Resalta que la mala suerte se ha cebado con la instalación, pues “la fuerte tormenta descargó únicamente en el hotel-albergue”. “200 metros más arriba ha caído, pero no de ese tamaño ni fuerza, y 100 metros más al sur nada. Asusta”, asevera Ibáñez, gerente de la empresa que también gestiona la ruta del Ratoncito Pérez de Velilla.

De momento, habrá que “darle una vuelta” a los tejados, que “los ha dejado tocados”, y habrá que “poner teja nueva, porque ha partido mucho”, al igual que el alumbrado, con lo que “unos días el albergue estará con menos luz exterior”. “Pero todo sigue adelante”, comentó, para agradecer la rapidez con la que acudió la Guardia Civil, “solo a los dos minutos de llamar, y que ayudaron en todo momento”. Al menos, confía en que el seguro, como le ha prometido, “cubra todo desde el primer euro”.

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