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Ángel Miguel, subdelegado del Gobierno en Palencia - Brágimo ICAL

El médico rural y veterano servidor público reflexiona sobre su gestión, marcada por la pandemia y los logros locales, mientras se baraja a Eduardo Santiago Calleja como su posible sucesor

Jesús García-Prieto / ICAL

Ángel Miguel, subdelegado del Gobierno en Palencia desde 2018 y previamente entre 2011 y 2012, se despide de su cargo al alcanzar la edad de jubilación. A sus 70 años, este médico rural de formación, con una trayectoria marcada por el servicio público y la cercanía, reflexiona sobre los momentos más significativos de su gestión, con la pandemia como el capítulo más duro y los pequeños logros en la provincia como sus mayores alegrías. Mientras se baraja el nombre de Eduardo Santiago Calleja, senador socialista en la XIII Legislatura, como posible sucesor, Miguel afronta su retirada con ilusión por nuevos proyectos, desde viajes hasta voluntariado, dejando un legado de humanidad y compromiso con Palencia.

Estos últimos días se reunió con representantes de las diferentes instituciones de la provincia para despedirse, ¿cómo fueron esos encuentros?

Han sido jornadas agradables, llenas de amabilidad y de sonrisas, de deseos de una vida futura tranquila y agradable. Realmente, desde que se corrió la noticia, empezaron las despedidas por parte de alcaldes conocidos, responsables de muchas instituciones, organizaciones, o sea que bueno, ya llevo mucho tiempo y todo el mundo me está deseando lo mejor.

Lo cierto es que ya era un secreto a voces…

Bueno, es que llegaba el momento de la jubilación. No se puede ocultar.

¿Cómo se afronta esta transición tras tantos años al servicio público?

Pues con cierto vértigo, la verdad. He estado habituado a mi trabajo, que lleva mucho tiempo, igual como sanitario; por una parte, como médico, y luego como subdelegado. Ahora voy a pasar a ‘no ser nadie’, entre comillas, que no es cierto, porque sigues siendo un ciudadano. Pero bueno, yo lo planteo rellenándolo un poco de contenido. Va a haber más tiempo libre, lógicamente. Soy viajero y seguiré habiendo viajes. Haré un poquito más de deporte, quiero nadar más que lo que estaba haciendo hasta ahora, haré voluntarismo en algún tipo de actividad, me está atrayendo el tema de la digitalización de archivos, que me lo han ofrecido en la Diócesis. Bueno, igual encajo, vamos a ver qué ocurre, pero seguro que no me va a faltar ocupación.

Vamos, que no va a perder el tiempo…

No, no, seguro que no, yo no valgo para eso.

Ha desempeñado el cargo de subdelegado del Gobierno en Palencia desde el año 2018, con una etapa previa entre 2011 y 2012. ¿Cuáles han sido los momentos más significativos de su gestión en ambos periodos?

Cuando echo la vista atrás, siempre me acuerdo de lo malo, aunque no quisiera, pero el tiempo de la pandemia fue terrible, como persona, como ciudadano, porque lo ves igual que los demás, esa incertidumbre de lo que va a ocurrir, esa pérdida de control de nuestra vida, y ver lo que está ocurriendo con la gente alrededor, los enfermos y los fallecidos… Esa es la parte que más recuerdas. Después hay pequeñas alegrías cuando te van dando noticias de que esto va bien, que el país funciona, que en tu provincia los datos son correctos, que a lo mejor se va a activar una zona de empresas, que va a aumentar la población en algunos municipios, que están trabajando para que esto ocurra… A mí las cosas que son propias más bien de mi tierra, es lo que casi te alegra más, porque lo ves de manera inmediata.

La pandemia fue un punto de inflexión para todo el mundo, especialmente para un cargo público que tuvo que gestionar y trabajar con dificultad…

Con mucha duda y con mucho dolor, en ocasiones tragándote tu propio deseo y reconociendo que hay medidas que son dolorosas, que no te gustan, que para nada las pondrías en marcha, pero que toca hacerlo, porque parece que, con el conocimiento que tienes en ese momento, es lo más apropiado. Luego, a lo mejor, a posteriori te das cuenta de que había algunas cosas que podían haber sido hechas de otra manera. Al principio con un poco de desorganización, porque todo esto cayó por sorpresa a todo el mundo. Nadie esperaba lo que iba a ocurrir. Lo que más me preocupa es que no hemos aprendido nada de estas cosas.

Usted es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valladolid y ha sido médico de familia entre otras localidades, en Ampudia. Esos estudios, a parte de para trabajar en la pandemia, ¿le han influido para su trabajo con subdelegado?

Lo cierto es que estuve de médico en Ampudia los últimos quince años y he ejercido durante 38 años en la Zona Básica de Salud de Villarramiel, que abarca 21 municipios, entre ellos Ampudia. También trabajé en otros pueblos. Unos años antes de ser subdelegado recuerdo recorrer infinidad de kilómetros para asistir a seis o siete pueblos, era terrible. Muchas veces pueblos pequeñitos y no tenías gente, pero hacías muchos kilómetros, no podías estar de vacaciones. Esa experiencia como médico rural, que es lo que he sido fundamentalmente, marca un poco tu carácter, la forma de ser, de tratar a la gente. Estoy muy orgulloso de haber sido médico rural, sobre todo cuando la gente me habla de mi forma de ser y todo deriva de ello. Sencillamente, la función del médico es humanista y eso, de alguna forma, te queda en el carácter que luego aplicas a tus funciones. Es algo lógico, no tiene mérito.

Antes de ser subdelegado también fue concejal del PSOE en el Ayuntamiento, ¿le dejó alguna lección esa etapa que luego ha podido aplicar a su labor en la subdelegación?

Lo cierto es que pocas. Fui concejal tres años entre 1987 y 1990 en Villarramiel. Fue entones cuando llegué al PSOE. En aquella época era el médico de la localidad y de esa forma llegué al partido. Ya en 2015 y hasta 2018, hasta que entro como subdelegado, soy concejal en el Ayuntamiento de Palencia. Son cosas diferentes y de las que aprendes, primero en un pueblo donde la dificultad es muy grande y tiene mucho mérito ser miembro de un consistorio de un pueblo pequeño. En la ciudad aprendes otras cosas, a un nivel diferente. Hay más población, cosas más complejas, pero vas aprendiendo cómo funcionan distintos escalones en la administración. Cuando das el salto a la administración del Estado aprendes otras cosas como las formas de seguridad, fundamentalmente. Todo lleva su aprendizaje, un bagaje que me parece muy importante y he tenido la suerte de que me haya correspondido a mi tener.

Echando la vista atrás, ¿cuál es el recuerdo más afectivo que le queda de estos años?

Me cuesta un poco porque son muchas pequeñas cosas. El recorrido por la provincia siempre lo he disfrutado, sobre todo cuando me ha tocado ir al norte. Mi trabajo siempre ha sido en Tierra de Campos y lo valoro porque he conocido esta maravillosa zona de madrugada, en invierno, en verano, por la tarde, por la noche… Y es preciosa, pero a mí me tira mucho el norte, el verde, la montaña, ver esa tierra e ir a intentar solucionar los problemas de la gente que vive allí a mí me satisface mucho. Me llena mucho que un alcalde te dé las gracias, esos pequeños detales porque te llevas una verdadera alegría. Son pequeñas cosas que es lo que creo que vale. Es como cuando trabajaba de médico y alguien te agradecía tu ayuda para salir adelante. Eso alegra mucho más que cuando te has equivocado, lógicamente.

¿Ha tenido ocasión de hablar con su sucesor? ¿Ha podido darle algún consejo?

No he tenido ocasión de hablar estos días con él. He hablado antes y me he preocupado de que no haya vacío, que el nombramiento se produzca lo antes posible. Estas cosas de las tramitaciones, los nombramientos, expedientes suelen ir muy lentas. Las cosas de palacio van despacio y a mí en ocasiones lo de Madrid a veces me desespera por todos los trámites que hay que hacer. Pocos consejos puedo dar, no me gusta meterme en lo que no me llaman. Creo que es una persona muy tranquila, muy joven, pero sensato y serio. Tiene formación jurídica, que es lo que a mí me faltaba en mis inicios. El único consejo que le puedo dar es muy genérico. Le pido que aplique el sentido común, creo que es lo más importante en la vida, aunque sea algo muy manido, pero que se aplica muy pocas veces. Además, es importante ir aprendiendo poco a poco con el tiempo. No va a tener ningún problema en hacerse cargo del puesto.

¿Cómo le gustaría que le recordase la sociedad palentina?

Me gustaría que me recordaran como una buena persona, buena gente, ya está. No le voy a decir nada especial, solo eso, que he sido buena gente intentando hacerlo lo mejor posible.

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