La artista interpretó temas propios y versiones de Nirvana o Britney Spears en el concierto de San Antolín al que no le faltó un ápice de energía
Si una cosa quedó clara del concierto de Ruslana en Palencia es que, como ella misma canta, “mamá, lo que yo quiero ser es una estrella de rock”. Y no se quedó absolutamente nada de energía en el tintero. Este lunes por la noche, la artista hispano-ucraniana de 19 años, que se dio a conocer en 2023 con Operación Triunfo, salió al escenario del Paseo del Salón y desde el primer tema, “Las chicas malas desafinan”, se notó que no iba a guardar nada.
Desde horas atrás, varios jóvenes habían hecho cola para pillar un buen sitio. Las primeras filas lo dieron todo desde el principio, y poco a poco el lugar se fue llenando. El concierto estuvo lleno de movimiento, pop-rock, mucho baile… La cantante no paró ni un segundo.
Se dio besos con los bailarines y el batería, se tiró varias veces al suelo y movió la melena como una auténtica rock-star. En un momento pidió la bandera de Castilla y León, que le acercó el equipo de producción, y la llevó sobre los hombros mientras cantaba La Balada, con el público coreando.

Después del solo de guitarra, bajo y batería, volvió al escenario con sus bailarines y un grupo de siete niñas para gritar juntos: “Mamá, lo que yo quiero ser es una estrella de rock”, uno de los momentos más especiales.
El espectáculo continuó y la cantante interpretó “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana. Tras unos 50 minutos de show intenso, empezó la despedida. Antes de marcharse, cantó una versión rock de “Gimme More” de Britney Spears, y firmó una tela blanca con su logo que entregó al público. Cuando parecía que todo había terminado, los asistentes pidieron “Lokademás”, y Ruslana volvió al escenario para cerrar la noche con ese tema.

En poco más de una hora de movimiento constante, saltos, baile y rock, Ruslana volvió a demostrar que su lugar está sobre el escenario y que sabe cómo conectar con el público y darlo todo sobre el escenario.



