El Pleno tumba la ordenanza con el PSOE quedándose solo en la votación nominal
El Pleno del Ayuntamiento de Palencia ha rechazado este jueves la aprobación definitiva de la Ordenanza de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). La propuesta del equipo de Gobierno socialista no ha logrado la mayoría necesaria, tras la abstención de IU–Podemos y ¡Vamos Palencia! y el no de los diferentes representantes políticos.
El concejal de Medio Ambiente, Toño Casas (PSOE), defendió la aprobación asegurando que el Ayuntamiento se arriesga a tener que devolver parte de los fondos europeos si la ordenanza no se aprueba. “Hay muchas razones para defender la aprobación definitiva de esta ordenanza. En primer lugar porque queremos que Palencia avance gracias a los fondos europeos, no sólo los que van a llegar, sino los que ya hemos gastado y que tenemos el riesgo de tener que devolver porque tenemos que cumplir la ley”, afirmó durante su intervención.
Casas recordó además que los medidores de contaminación instalados en la ciudad ya arrojan datos que analiza como preocupantes: “Analizando los valores que arrojan estos medidores se extraen datos contundentes y preocupantes… la estación que mide la contaminación de la plaza de Correos entre el 1 y el 20 de octubre registró cuatro días en los que se supera el límite legal y por tanto el umbral de riesgo de partículas de hasta 10 micras de tamaño, muy perjudiciales para la salud, especialmente para niños y ancianos”, advirtió.
El concejal precisó que en esos días la media diaria de partículas fue de “5 micrómetros por metro cúbico de aire, muy por encima del límite legal”, y advirtió además de los niveles de ruido: “Esta plaza sufre un ruido ambiental que en horas punta llega a tener una media de entre 64 y 68 decibelios, registrándose picos de más de 100 decibelios.”
Comparó esas cifras con las obtenidas en la Plaza de la Puebla, donde, pese a tener menor tráfico, “la circulación del aire es también menor”: “De estos 20 días, durante 16 la media del dióxido de nitrógeno superó con mucho los umbrales de peligrosidad, así como varios días en los que se superó el límite de partículas de hasta 10 micras e incluso de 2,5 micras”

Casas mostró además el registro visual de los primeros 20 días del mes y explicó que “la calidad del aire en esta plaza va de pobre a extremadamente pobre, por lo tanto extremadamente peligrosa para la salud”, mientras que en zonas peatonales como la calle Panaderas, el índice de calidad del aire “mejora notablemente”. “Por tanto, una de las razones es la salud y porque queremos tener una ciudad mejor, una ciudad menos contaminada”, concluyó.
Desde la oposición, los reproches fueron unánimes. Ricardo Carrancio, concejal no adscrito, calificó la medida de “restricción injustificada de derechos fundamentales, especialmente la libertad de circulación y del derecho a la propiedad”, y pidió la retirada o revisión integral del proyecto.
Por su parte, el portavoz de Vox, Emilio Polo, comentó: “Las llamadas zonas de bajas emisiones no son una política verde, son una política gris: la del control, la de la sanción y la de la burocracia. ¿A quién beneficia esto? ¿A los palentinos o a quienes gestionan el sistema de sanciones?”.
También intervinieron los concejales Sonia Lalanda y Domiciano Curiel, ambos no adscritos, que consideraron, respectivamente, que “Palencia no es una ciudad estándar para aplicar la Agenda 2030” y que la medida “si de verdad se quiere evitar esta emisión no es muy lógico concentrar el tráfico rodado en ciertas zonas de la capital,”.
La portavoz de Vamos Palencia coincidió en la necesidad de cumplir la normativa, pero cuestionó la forma en que se ha desarrollado el proceso. “Tenemos que tener zona de bajas emisiones, hay que tenerlas, al margen de para cumplir con la legalidad, para poder tener una ciudad peatonal con más zonas verdes y alineada con un modelo urbanístico con el que realmente también estamos de acuerdo, pero claro, no de cualquier forma”, señaló. Añadió que antes de aprobarla “habría que haber garantizado una circulación periférica fluida y suficientes bolsas de aparcamiento”.
Asimismo, la oposición denunció la falta de transparencia y de participación vecinal. En su alegato final, Casas insistió en que la norma responde a una obligación legal y no a una cuestión ideológica: “Es taxativa. Todos los municipios de más de 50.000 habitantes tendrán ordenanzas que regulen el acceso a las zonas de bajas emisiones. No hay interpretación ideológica.”
IU–Podemos anunció su abstención, lo que bloqueó la aprobación. Su portavoz, Rodrigo San Martín, justificó la decisión calificando la gestión del proceso de “desastre” y reprochando al PSOE su falta de diálogo: “Vaya desastre de gestión del Partido Socialista. Este grupo se va a abstener para posibilitar que salga adelante con los grupos que la han pactado, que no son otros que el Partido Popular y el Partido Socialista”, ironizó.
La posición del Partido Popular
El Partido Popular votó en contra y, a través de su portavoz Víctor Torres, argumentó que el equipo de Gobierno había impuesto la ZBE “a golpe de decreto” y sin un estudio real sobre el tráfico y las necesidades de la ciudad. Torres siguió insistiendo en la “la reapertura al tráfico de las calles Don Sancho y La Cestilla” poniendo ejemplos fotográficos de la ‘escasa o nula’ circulación de transeúntes por la zona en distintas horas del día.
El PP acusó además al PSOE de haber utilizado el proyecto de forma partidista y de “chantajear al resto de grupos” con el argumento de los fondos europeos. “A nosotros no nos van a hacer cómplices. Ustedes dieron su palabra a empresas, al comercio, a los concejales aquí presentes y a la ciudadanía. Dijeron que iban a circular vehículos. Nosotros no somos como ustedes. Cumpliremos con nuestra palabra. O reapertura o no a cualquier ordenanza”, añadió Torres.
La alcaldesa, Miriam Andrés, cerró el debate con un discurso muy crítico hacia la oposición, en el que lamentó el resultado con un contundente “Pobre Palencia. Qué mimbres tenemos”. Dividió a los grupos contrarios en dos bloques: los “negacionistas del cambio climático” y los que actuaron, según dijo, por “cobardía política o interés partidista”. Andrés defendió que la Zona de Bajas Emisiones es una obligación legal y advirtió de las graves consecuencias económicas del rechazo: “No es el Partido Socialista quien tendrá que devolver el dinero, son los palentinos y las palentinas”, subrayó. También defendió la postura sobre el cierre de Don Sancho y La Cestilla y señaló que algunos comerciantes de la calle Colón le han pedido una actuación así.
Con la votación nominal, el resultado final fue insuficiente para aprobar la ordenanza, que quedó rechazada.







