La Junta de Castilla y León prevé ampliar la protección a este felino reintroducido a la carretera P-412 en la que falleció atropellado uno este pasado verano
Es imposible poner puertas al campo, pero no tanto canalizar los flujos. Lo hacen las tiendas con los consumidores, llevándoles de una zona para otra, propiciando que pasen por donde se pretende. Una veces poniéndoles cebos, otras simplemente barreras que tener que solventar.
Este último es el camino que ha decidido tomar la Junta de Castilla y León para tratar de borrar el, hasta ahora, único punto negro vial para los linces reintroducidos en la comarca del Cerrato. Dirigir a los felinos que deban pasar de un lado a otro de la P-412, vía en la que hace unos meses, en verano, falleció atropellado uno de los animales reintroducidos, hacia pasos en los que su tránsito del monte a los puntos de abrevadero de agua no sean un peligro ni para ellos ni para los usuarios de la vía.
Y no es nuevo, porque extender un vallado junto a la carretera es algo que ya había planificado con anterioridad la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, para otra carretera del Cerrato con el mismo fin, evitar muertes de este felino sobre el asfalto en la otra carretera de gran tráfico y velocidades que atraviesa el nuevo hábitat palentino del lince ibérico: la P-405.
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En este caso la actuación se llevará a cabo en la P-412 (Torquemada-Astudillo), más concretamente en el tramo comprendido entre los puntos kilométricos 11+860 y 14+230. Al sur de Villalaco y al norte de la Finca Matanzas de Arriba, en los municipios de Villalaco y Cordovilla La Real.
Zona en la que al oeste confluyen el Monte de Astudillo sobre un páramo con más de 150 metros de desnivel sobre el valle del Pisuerga (y el Canal de Villalaco) sobre el que discurre al carretera. “Esta vía presenta un alto volumen de tráfico, vegetación en las proximidades de la plataforma y, además, los vehículos pueden alcanzar altas velocidades de circulación. La conjunción de estos factores supone un elevado riesgo de atropello, ya que puedan llegar a impedir una respuesta efectiva del conductor frente al cruce de fauna y, en especial de lince. Es necesario recalcar que se tiene constancia de cruces de lince, en varias ocasiones, en los tramos de actuación objeto de la presente memoria. Además, en este tramo se produjo el atropello del lince ibérico identificado como Vouga”, se explica en el proyecto.
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La actuación se centrará en extender unos tres kilómetros de vallado de 2,30 metros de altura a unos tres metros de distancia del vértice de esta calzada. Esto no significará que los linces no puedan cruzar la carretera en ese tramo. Como indica el proyecto, el cerramiento que se ha propuesto “encauzará a la fauna a las obras de drenaje existentes, posibilitando la permeabilidad entre territorios e impidiendo la fragmentación del hábitat para el conjunto de la fauna”. Esto es, llevará a los linces a utilizar los pasos subterráneos existentes (6 en este tramo) que sirven para conectar las cunetas de la vía bajo el asfalto.
A diferencia del proyecto de la P-405 (Palencia-Astudillo), aquí no hará falta realizar ningún paso más, dado que los técnicos han considerado que la distribución de los actuales es suficiente.
Para la extensión de este vallado, que además necesitará de la instalación de cuatro subtramos de biondas y cinco puertas de acceso o salida desde caminos y fincas a la carretera, se destinará un máximo de 356.063 euros en un plazo de 2 meses desde su adjudicación.
											

