El periodista agradecido, celebra su vida en la radio, la influencia de su familia y reconoce el cariño recibido de Palencia
El periodista palentino Isaías Lafuente, una de las voces más esenciales de la radio en España, ha sido galardonado con el Premio Ondas en reconocimiento a su larga trayectoria y al espacio ‘Unidad de Vigilancia’, una sección que se ha erigido como un referente para los oyentes. Este honor se suma al Primer Premio Luis María Rivas que recibió el año pasado, concedido por el Club Abierto de Editores (CLABE) y la Asociación de la Prensa de Palencia.
Al conocerse la noticia en ‘La Ventana’, programa en el que cada tarde elige una palabra del día, Lafuente no dudó en seleccionar la más sencilla y a la vez más profunda para resumir su carrera: «Gracias». «Gracias porque tuve la suerte de entrar aquí, gracias porque he tenido la suerte de estar 40 años, gracias porque me habéis dejado trabajar con absoluta libertad», expresó, dirigiéndose a compañeros como Montserrat Domínguez, Iñaki Gabilondo y Carles Francino.
“Me siento muy orgulloso de mi tierra y de mi premio, y en la medida en que hay gente de mi tierra que se ha alegrado por él, estoy especialmente feliz. Cuando recibes un premio, recibes una ola de cariño inmensa de gente que se alegra porque tú te alegras. De ese cariño he recibido mucho de la gente de Palencia”, señaló Isaías Lafuente a Palencia en la Red.
Pero su gratitud durante la entrega del premio Lafuente no se detuvo en sus colegas. El periodista quiso subrayar el papel fundamental de la audiencia. «No imagino nada más absurdo que estar nosotros aquí, seis personas hablando a la nada. Todo este aparataje no tendría sentido si no hubiera detrás alguien escuchándonos en su cuarto de baño, llevando al niño al colegio o intentando dormir la siesta».
Una vida entre ondas y emociones
En una conversación llena de sinceridad, Lafuente desveló cómo la radio no solo ha marcado su profesión, sino su vida entera. «Si no hubiera entrado en la radio, mi vida hubiera sido absolutamente distinta. Y como la mía ha sido extraordinaria, pues fantástico, un regalo estupendo», confesó. También compartió un aspecto más personal, celebrando a su familia: «El mejor regallo que me han hecho nunca fue encontrar a Elvira, y lo que vino después, que es Pablo».
El periodista, que se define como alguien que «siempre fue muy duro», admitió que con el tiempo las emociones le salen con más facilidad: «Se me saltan las lágrimas preparando cortes de lo que queda del día, escuchando testimonios en el café de La Ventana… cada vez lloro más».




