Clínica del Pie: “Es muy incómodo andar sobre el dolor, y casi siempre la solución pasa por algo sencillo e indoloro”

Podólogo en la clínica del pie con bata blanca en consulta

Vanesa Ramos

La clínica ha cumplido 21 años. ¿Qué ha cambiado desde aquel 2004 cuando abrió este espacio y qué es lo que se mantiene inalterable?
Yo creo que ha cambiado bastante la figura del podólogo. Hace 21 años había gente que me preguntaba a qué me dedicaba, y en todos estos años eso es algo que ha cambiado, y la gente ha entendido que cuando algo duele en el pie, a quien hay que acudir es al podólogo. Por suerte, cada vez está más interiorizado el acudir al podólogo cualquier rango de edad. Incluso te diría que hace 20 años acudían más las mujeres que los hombres, y ahora mismo no.
Asimismo, se mantiene inalterable nuestra forma de tratar al paciente, cercana, y siempre dando lo mejor de mí.

Los pies son una de las partes del cuerpo que más sufre. ¿Cuál es el primer consejo de salud podológica que le darías a cualquier persona?
El pie es bastante sufridor y a la vez es muy agradecido; con poquito que se le cuide nos da mucha satisfacción. Una buena hidratación, cuidar el calzado y no ponernos cualquier cosa (que ahora abunda el mal calzado) y acudir de vez en cuando al podólogo te garantiza, casi casi, andar sin problemas.

¿Qué problemas o síntomas deberían hacernos coger el teléfono y pedir cita con un podólogo sin dudarlo?
Cualquier dolor del pie, ya sean uñas, que dan mucho la lata porque hay muchas veces que no se hace un buen corte, bien porque se recortan demasiado, buscando los dichosos picos que se meten en la carne (y es erróneo completamente, la uña no hay que llevarla excesivamente corta porque nos puede ocasionar problemas), o bien porque la morfología de la uña invita a que encarne. Dolores en la planta del pie por algún “callito”, que son muy incapacitantes y se solucionan a veces en unos minutos. Dolor entre dedo y dedo… En definitiva, cualquier dolor, porque es muy incómodo andar sobre el dolor, y casi siempre la solución pasa por algo sencillo e indoloro. La frase que más oímos en consulta es un “¡Por qué no lo habré hecho antes, con lo que he pasado!”.

Ofrecéis una gran variedad de servicios, desde el tratamiento de durezas hasta cirugía. De todos ellos, ¿cuáles son los problemas más frecuentes que véis en consulta?
Sí, ofrecemos todo tipo de tratamientos, pero lo que más se hacen son quiropodias, que es quitar callos, durezas, uñas encarnadas… Eso en adultos es lo más común. Y en niños, papilomas y problemas de biomecánica.

La podología infantil o pediátrica es uno de vuestros pilares. ¿A qué edad recomienda la primera revisión?
Pues mira, yo creo que si tú ves que tu hijo se cae demasiado, incluso que tiene una marcha algo extraña, acude cuanto antes.
Aunque los tratamientos no se suelen poner cuando son demasiado pequeños, sí tenemos consejos sobre posturas a la hora de jugar, o incluso algún tipo de juego, para ayudar al buen desarrollo del pie infantil. La edad idónea para poner tratamiento serán los 5 años.

En cuanto a la podología deportiva, en la clínica se hacen estudios biomecánicos. ¿En qué consiste exactamente este estudio y cómo puede ayudar tanto a un corredor como a una persona que simplemente quiere empezar a caminar o a hacer gimnasia?
Un estudio biomecánico consiste en una buena anamnesis, donde el paciente te cuenta (y cuanto más detallado mejor) sus problemas y dolencias; una exploración donde se valoran ángulos y movimientos del miembro inferior; y un estudio baropodométrico a través de una plataforma de presiones que, metiéndole unos datos, nos da información sobre su pisada tanto en estática como en dinámica.

Y sobre el pie de riesgo, especialmente en personas con diabetes. ¿Por qué es tan crítica la prevención y los cuidados podológicos en estos casos?
Son pacientes los cuales tienen que llevar unos cuidados más exigentes, porque la diabetes ataca en muchas ocasiones a los pies. Suelen tener neuropatías y les falta mucho la sensibilidad en el pie, y a veces, por descuidos y falta de cuidados, pues cualquier mínima heridita (mismamente porque no notan una pequeña piedrecita dentro del calzado) o un callito descuidado puede complicarse hasta el punto de una amputación.
El tema del pie diabético es serio y hay que tener especial atención en ello. Un buen secado después del baño es imprescindible, así como una buena hidratación para prevenir una grieta y que esta se complique, mantener las uñas bien recortadas, y tener las durezas y callos al día para que no se ulceren.

C/ Francisco Pizarro, 9  Tlf: 979 750 240 

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