Al frente del Taller de Zapatería MZAN se encuentra Martín, un profesional que lleva 30 años trabajando en el negocio familiar, el cual suma ya 65 años de actividad
La historia comenzó con su padre, y Martín se incorporó al oficio cuando se hizo mayor, dando continuidad a una tradición artesanal. Aunque la esencia del negocio siempre ha permanecido en la calle Vera Cruz, hace una década se trasladaron justo al local de enfrente (del número 2 al 1) para ganar espacio. “El local se quedaba pequeño y por eso buscamos un espacio más grande donde poder continuar con el oficio con máquinas nuevas”, explica Martín, señalando una de las muchas adaptaciones necesarias.
Evolución y modernización
La mayor transformación en estas seis décadas, según Martín, se encuentra en los materiales. El trabajo, que antes era muy abundante y variado, se ha vuelto “más específico, más moderno”. Hoy, gran parte de su labor se centra en reparaciones especializadas que antes no existían, como poner suelas Vibram o suelas de montaña a calzado deportivo y casual. Esta evolución exige una constante actualización, no solo en técnicas, sino también en herramientas y máquinas.
“Al final es ir adaptándose a la actualidad”, reflexiona. Su plan de futuro, a corto y medio plazo, pasa precisamente por seguir modernizando el trabajo y aprender nuevas técnicas para aplicar a los materiales y calzados actuales.
Calidad frente a rapidez
Para Martín, lo que realmente buscan los clientes es calidad. “Los clientes lo que quieren, sobre todo, es que se lo dejes bien”, afirma. La verdad es que la rapidez es una exigencia creciente, pero choca con una realidad ineludible. “Cada día somos menos zapateros. Este es el problema principal de un oficio que está desapareciendo. Por mucho que nos puedan exigir, no damos abasto muchas veces”, confiesa.
Clientela y un deseo para el futuro
La base del negocio sigue siendo una clientela fiel, aunque Martín observa con satisfacción que ahora viene más gente joven a arreglar su calzado, lo que supone una renovación en la relación con los clientes.
Por último, Martín lanza un deseo que trasciende su propio gremio. “Siempre digo que estaría bien que hubiera cursos para aprender y que la gente joven se animase a hacerlos, pero no solo en este oficio, en cualquiera”. Una reflexión que resume la preocupación por la pérdida de los oficios manuales y el valor de la artesanía.
TLF: 661 92 66 79
Calle Vera Cruz, 1




