Mikel, ya con un buen tramo de temporada pasado, ¿cómo has sentido la vuelta al Palencia Cristo Atlético?
Con mucha ilusión, con ganas. Sabía que volvía a un club humilde, profesional en ese sentido. Estoy contento de la vuelta.
Cuando se te presentó la oportunidad… ¿tenías claro que querías volver? ¿Te imaginabas otra vez defendiendo esta camiseta?
En este fútbol en el que me toca jugar tienes que valorar muchas cosas, no solo lo deportivo… Pero sí, nunca dejé de pensar en una posible vuelta. Me trataron muy bien y yo estuve muy contento aquí. Se dieron muchas circunstancias en mi vida, volvieron a confiar en mí y yo en ellos y encantado de volver a casa.
Si comparas al Mikel de tus otras etapas aquí con el de ahora, ¿en qué sientes que has cambiado más?
En la madurez, sobre todo. Mis primeros años aquí fueron con 18 o 19 años, ahora tengo 30. La madurez como persona y como futbolista, saber llevar la presión, el estado anímico, no martirizarte cuando algo no sale. Sobre todo eso: madurez.
¿Qué te está diciendo este equipo?
Es un equipo que tiene mucha ilusión, que trabaja fuerte, un equipo que no se da por vencido. No nos hemos puesto objetivos de “ser primeros” o “jugar un play-off”. Vamos día a día y el fútbol nos pondrá donde nos tenga que poner. Pero este equipo me da una sensación muy buena (…) La confianza entre el cuerpo técnico y jugadores es máxima. Somos un buen grupo, y eso es lo importante. Sabemos que habrá momentos malos y buenos. Que cuando no se consigan los buenos resultados no nos echemos nada en cara ni se quiebre el vestuario, sino estar más unidos. Aquí ningún partido es fácil, pero estamos a muerte con la idea.
¿Cómo te estás viendo a nivel personal y de goles? Si te tuvieses que poner una nota…
A principio de temporada me preguntaron si cambiaría mis 17 goles del Becerril o mis 14 de la anterior por un play-off o un ascenso. Y dije que sí, sin duda. Esto no es un juego individual, es colectivo. Estoy contento con mi trabajo, con lo que aporto. Podría llevar algún gol más, sí, pero poco a poco. No pienso en “yo y yo”, que tengo que llegar a X cifra. Si tienen que llegar, llegarán. Lo importante es que el barco llegue a buen puerto.
“Francis Olea ha significado mucho para mí”
Hablando de tu pasado, ¿echas algo de menos del Becerril?
Sí. A mí me trataron perfectamente: el club, los compañeros, el cuerpo técnico. Se les echa de menos. Había un vestuario muy bueno. Cuando uno está bien en un sitio, siempre lo extraña. Tengo amigos allí y tengo buen rollo con mucha gente. Pero estoy contento con el paso que di y les deseo lo mejor. Es una temporada complicada, lo sé, pero estoy convencido al 100% de que lo van a sacar. Tiene buen entrenador, muy buen cuerpo técnico y buena plantilla y van a acabar superando el bache.
Un entrenador que más te haya marcado en tu carrera, y por qué.
He tenido entrenadores muy buenos: Jonathan Prado, Javier Álvarez de los Mozos, Chuchi Jorques… pero para mí Francis Olea fue clave. Me cogió cuando estaba en Preferente, me devolvió a Tercera, y viví mis mejores años: 17 goles, máximo goleador del grupo, luego 14. Su confianza en mí, yo confiar en él, esa sintonía para mí ha sido muy importante. Esa confianza me devolvió la ilusión por el fútbol. Francis Olea ha significado mucho para mí en la vuelta la Tercera División.
No te pregunto por el mejor gol, pero sí por el más especial.
Siempre soñé con meter un penalti a lo Panenka, y lo hice en La Balastera, con 0-0 contra el Palencia, la temporada pasada, Tuve el valor de ejecutar así un penalti y por suerte entró. También le hice una chilena al Santa Marta. Son goles que sueñas de niño y yo puedo decir que los he metido.
Para cerrar: un mensaje para la afición.
Estamos encantados de ver La Balastera como la estamos viendo. Nos apoyan a muerte. Nosotros intentamos hacerlo lo mejor posible: correr, tener ilusión, sudar sangre por esta camiseta. La afición ha estado a nuestro lado en los buenos y malos momentos. Que sigan confiando y apoyando, que nosotros seguiremos dando el 100% para devolver esa confianza.



