Consideran que ante la situación actual de protección del lobo, “es necesario adaptar los elevados cupos de caza mayor a la realidad para que el lobo tenga presas disponibles y evitar en lo posible daños al ganado”
Desde que en septiembre de 2021 el lobo fue incluido en el LESPRE (Listado de Especies
Silvestres en Régimen de Protección Especial) la Junta de Castilla y León “ha estado dos años sin tomar ninguna medida acorde a la nueva situación. La Consejería de Medio Ambiente ha sido incapaz de ejercer su responsabilidad y ha dedicado sus esfuerzos a generar una presión social y mediática buscando revertir la protección de la especie y poder de esta manera seguir dando continuidad a su caza. Finalmente, con casi dos años de retraso aprobó una Orden de ayudas”, explica desde Ecologistas en Acción.
La situación del lobo en el medio rural la califican de “complicada y gracias a la
administración regional, entre otros actores, se está generando una polarización muy
preocupante que no ayuda a conseguir los objetivos que se persiguen para las especies en
peligro sino más bien todo lo contrario”.
Por todo ello, Ecologistas en Acción-Palencia considera que es necesario valorar la situación de las especies cinegéticas de caza mayor, “cuyas poblaciones parece que han frenado su incremento y su expansión e incluso se reducen en muchas comarcas, ante esto, el lobo apenas tiene presas silvestres a su disposición. Esta regresión de especies cinegéticas de caza mayor está provocada por aprovechamientos cinegéticos abusivos, legales y furtivos, de ciervos, corzos, jabalíes y rebecos. El sistema de precintos no es efectivo y la picaresca es la norma, un precinto no significa necesariamente una sola pieza cazada”.
Continúan argumentando que “una parte importante de ganaderos se empeña en considerar aliados a los cazadores, cuando estos son parte de su problema, no de la solución. Además, alcaldes y presidentes de juntas vecinales solo buscan ingresos para sus pueblos, más caza, más ingresos, no importa cómo. En muchos casos, las tres figuras se unifican en la misma persona, alcalde, ganadero y cazador, ahí es evidente que la solución es casi imposible”.
Ponen como ejemplo que hay zonas concretas de la Montaña Palentina que son “pruebas fehacientes de esta situación, como Velilla del Río Carrión, Castillería, Los Redondos, Salcedillo y Brañosera, “donde los ungulados silvestres son diezmados todos los años por los cazadores, llevando sus poblaciones a mínimos preocupantes, dejando al lobo sin piezas disponibles como alimento. La Junta de Castilla y León se escuda en los Planes de Ordenación Cinegética elaborados por técnicos competentes, cuando es de sobra conocido que estos planes son papel mojado, la mayoría de esos técnicos no han acudido al acotado que censan y se deben a quien les contrata”.
Por ello, Ecologistas en Acción va a solicitar a la Consejería de Medio Ambiente que los cupos de caza mayor dejen de crecer de forma ilimitada y se vayan reduciendo, adaptándose a las poblaciones reales de estas especies y a la nueva situación, confiando en que ello redunde en menores daños a las ganaderías de la región.







