Transportes abrirá el ramal de continuidad de la A-67 en Torrelavega que permitirá el paso directo y sin retenciones hacia las playas de Santander y resto de Cantabria el lunes
La frase, reflexión, advertencia “o salimos pronto, o salimos tarde… pero no cuando vaya a salir todo el mundo que nos comemos la retención” es un mantra de los palentinos que, tumbados en la arena del Sardinero, planifican su regreso a Palencia un domingo cualquiera de verano. Y eso es así como que a su llegada al desvío hacia Polanco o incluso antes, se encuentran con una cola de varios kilómetros antes de llegar a Torrelavega y con la realidad de que el resto de palentinos, burgaleses, vallisoletanos y madrileños han pensado lo mismo. “Si lo sé me doy el último baño”, resuena en las cabezas palentinas.
Por no hablar en sentido contrario, cuando la variante de Torrelavega, aquella que fue en su día una vía rápida, se convierte en una ratonera que agría el carácter de los castellanos (y los cántabros) hasta que ven el mar. No hay que olvidar que, aunque los palentinos y resto de castellanos vayamos esporádicamente, cada día 55.000 vehículos transitan por allí y ellos son/eran los más perjudicados por las retenciones.
Pero esa ratonera está a punto de quedar anulada. El cebo de la playa, las rabas y el tiempo nublado pero agradable a diferencia del aplanador sol castellano, seguirá estando ahí, pero Torrelavega ya no atrapará a los conductores.
Después de años de retenciones, de ver cómo las obras del nuevo ramal de continuidad de Sierrapando avanzaban más lentas que el Playero bajando de Reinosa a Los Corrales, el lunes se abrirá este nudo que evitará que los flujos de las dos autovías que se unían en Torrelavega -a saber, la A-67 (Palencia-Santander) y la A-8 (Bilbao-La Coruña)- se compriman y se trencen como hasta ahora en el viejo túnel de Sierrapando al norte de Torrelavega.
Tal y como anunciaba -ayer en digital y hoy en papel- El Diario Montañés, el ministro de Transportes, Óscar Puente, participará el lunes 21 en la puesta en servicio de esta obra que tiene un coste de 141 millones de euros. La ratonera se abre, pero no para este fin de semana. Aún no.
Será a partir del lunes, cuando los usuarios que hagan el tránsito entre Santander y Palencia posean su propio camino y no tengan que tomar prestados esos kilómetros complicados de la A-8 sino que, con el llamado ramal de continuidad de la A-67 entre Sierrapando y Barreda, seguirán como si Torrelavega nunca hubiera existido. Todo seguido. Directos. Esos sí, bajo un falso túnel que ha sido, junto con la configuración de los enlaces entre las dos autovías y los accesos a Torrelavega, la estructura crítica y más costosa de la obra.
Ya hace un año, desde Transportes explicaban que “se requiere construir dos tubos de 422 metros a cubrir con unos 700.000 m3 de material, un volumen equivalente al de más de 200 piscinas olímpicas. Las obras del tramo de 2,5 km incluyen 46 estructuras y multitud de servicios afectados. De ahí la complejidad en su ejecución y el plazo para ello”. Un plazo que se ha ido alargando, con varios años de demora, todo sea dicho. Empezaron en 2018 y debían haber estado listas a finales de 2021, recuerda El Diario Montañés.
Igualmente, los que viajen a otras localidades cántabras tampoco se encontrarán con la intensidad de tráfico que había ahora en su destino hacia Oviedo o Bilbao, dado que los que enfilan hacia Santander desaparecerán de su autovía.
En todo caso, hasta esta próxima madrugada se mantendrán las actuaciones para fabricar la nueva alfombra hacia las playas de Santander. Cortes nocturnos para asfaltar y pintar los puntos donde los nuevos kilómetros de la A-67 coincidan con los viejos.
Para después del lunes, aún queda proyecto. El tercer carril de la A-67 entre Torrelavega y Santander. El primer tramo de la autovía de la Meseta que se convirtió en eso, en autovía.
https://www.palenciaenlared.es/llegar-a-la-playa-santander-en-tres-carriles-en-2029/
