El Bar Triana en Guardo, bajo la nueva gerencia de Miguel, abre a las 6 de la mañana, ofreciendo desayunos variados, desde café hasta 14 tipos de tortillas. Además, ofrece descuentos a estudiantes. Un clásico local reinventado
Si hay un olor que define las mañanas en Guardo para muchos de sus vecinos es el del café recién hecho y la tortilla de patata que, desde primera hora, se cuela por las calles desde el Bar Triana. Este establecimiento es un clásico de la localidad, pero desde el pasado mes de noviembre cuenta con una nueva gerencia de la mano de Miguel.
Miguel, conocido por prácticamente todos los vecinos ya que es natural de Velilla del Río Carrión y ha trabajado como camionero en la zona así como en la gasolinera de Guardo, decidió que era el momento de un cambio. “Siempre me ha gustado la hostelería y veía que en Guardo faltaba dar el servicio de desayunos a primera hora de la mañana. Eso es lo que más me decidió a dar el salto y tomar las riendas del negocio”.
Y así es. Las puertas del Bar Triana se abren a las 6 de la mañana, un horario poco habitual que ya se ha convertido en su seña de identidad.
Una carta para todos los paladares
¿Qué se puede encontrar a esas horas? Un desayuno completo y hecho con cuidado. Desde el clásico café con leche, que se puede preparar con leche de soja, sin lactosa o “lo que el cliente quiera”, hasta una amplia variedad de bocados. En lo dulce napolitanas, croissants y gofres, ofreciendo además por cortesía de la casa una porción de bizcocho casero.
Para quienes buscan algo más contundente, la oferta es amplia, con bocadillos de jamón, pechuga con queso, tostadas con aceite, tomate o jamón, e incluso huevos con bacon para los obreros que se acercan a media mañana.
Pero si por algo es famoso el Bar Triana es por sus tortillas de patata. Miguel y su equipo preparan hasta catorce variedades diferentes. “En invierno, la de queso de cabra con cebolla caramelizada se vende mucho, pero ahora en verano casi sale más la de kebab”, explica. Entre sus creaciones, destaca también la de cecina con queso de cabra, la de chorizo, la de pollo con alioli, bacon con queso cheddar o la vegetal. “Hay para todos los gustos”, asegura.
Otra de las peculiaridades del Bar Triana va dirigida a los más jóvenes y es que durante el curso los estudiantes del instituto tienen una rebaja en sus bocatas y pinchos. “En el pasado curso venían a repasar sus exámenes mientras desayunaban”, señala Miguel.
