El incendio de la Montaña Palentina se extiende una noche más quemando parte del Parque Natural, con las cuadrillas y los vecinos extenuados por el esfuerzo ante un fuego «descontrolado»
O. H. – A. A. / La Pernía
En lo oscuro de la noche de la Montaña Palentina sólo se oyen los grillos que cantan felices por un calor poco acostumbrado en estas tierras. En su silencio, entre la frondosidad de los árboles, sólo destaca el resplandor naranja del que es uno de los incendios más virulentos que ha sufrido la provincia de Palencia. El naranja en el cielo y los destellos azules de las carrocetas y las cuadrillas que, en tierra y lindando la media noche, aún trabajan en los municipios de La Pernía y Cervera de Pisuerga a donde anoche el viento (del norte) parecía querer devolver la pelota tras una jornada extenuante.
El día fue complicado para todos quienes tratan de que el incendio forestal de Resoba, que ascendió ayer a Nivel 2, quede sofocado y sus rostros cansados son prueba de ello. «Hemos empezado a las 10,30 esta mañana», indicaba casi doce horas después uno de los brigadistas del operativo de la Junta en San Salvador de Cantamuda. Punto de encuentro para hacerse con un más que merecido avituallamiento y descanso.
Guardias Civiles en doble turno, alcaldes de noche a noche, ganaderos luchando con denuedo por los pastos de sus animales, vecinos mirando con incertidumbre al monte. «Aquí, con el fuego arriba, no hay nadie tranquilo», reconocía un número de la Benemérita en un control en La Pernía.

Porque la situación se ha complicado desde la mañana. El viento cambiante avivó las llamas cuando parecía que se podían tener controladas. «Faltaban unos metros, pero se descontroló», evaluaba un ganadero de la zona. «Si hubieran venido los helicópteros antes… pero si empiezas a tirar agua a las 11 de la mañana…», critican desde su punto de vista. «El viento cambió y hubo que salir de allí porque las llamas atrapaban», detalla un miembro del dispositivo desplegado en la zona.
Cambio de viento y brezales que arden como la tea. Ese fue el momento en el que el incendio se descontroló. Esa es la palabra que más se repite entre quienes han hablado sobre el terreno con Palencia en la Red. «Un incendio descontrolado», decía Jorge Ibáñez, alcalde de Cervera frente al cuartel de la Guardia Civil de San Salvador, a donde acompañaba a parte del operativo de Bomberos de la Diputación de Palencia que participa con el Parque de Cervera y que dejó esta madrugada al de Aguilar como apoyo al dispositivo. «Por mucho que te cuenten en Palencia, hasta que no subes y lo ves… es impresionante», decían cerca de la media noche. Momento en el que ya habían desaparecido los 6 helicópteros destinados.
Quedaban sobre el terreno activos 15 técnicos y agentes medioambientales, nueve cuadrillas (una de ellas helitransportada), una autobomba, un buldócer y medios de la Diputación y otras comunidades.
Las personas primero
También habla de llamas descontroladas el alcalde de La Pernía, Mariano San Abelardo, debido a unas condiciones especialmente complicadas. «Unas temperaturas muy altas. Por encima de los 36 grados que no son normales para aquí, el viento» y la dificultad de coordinar un operativo que, destacó San Abelardo, se ha centrado en salvar a las personas y las localidades. «Creo que es lo primordial. Ahora no nos hacemos cargo de lo que hemos perdido en el monte, que es mucho, pero al menos, por ahora las llamas no han entrado en las casas».

Sí hubo que evacuar a dos familias de la Abadía de Lebanza y confinar Lebanza y El Campo, y restringir el acceso a Lores, aunque lejos de la situación que se ha vivido en León, «con el fallecimiento de una persona», contextualizaba San Abelardo.
Pero también, una vez salvadas las casas, algunos miraban por el patrimonio. Por eso algunos ganaderos se han echado al monte para tratar de proteger sus pastos y sus fincas y sus animales, con el riesgo de sanción y el propio para el pellejo. Pero dicen que su forma de vida también les va en ello de ahí su implicación más allá de lo recomendable. «Ayer las bajamos del monte, y hoy las hemos bajado más», explicaba uno de ellos oliendo a humo.

Implicación que otros llevan a cabo de otra manera, como abasteciendo a las cuadrillas y carrocetas de agua con sus tractores y cisternas. O preparando la comida que los brigadistas ingieren, como es el caso de La Casa de las Vacas de Cervera, donde ya llevan varias noches preparando el alimento. Esta pasada noche, pasta con atún, explicaba Carolina de la Fuente, propietaria del establecimiento con el que también han colaborado otros de la localidad como la Parada «que el domingo dejó de dar cenas para ayudar», puntualiza. Amén de un numeroso grupo de jóvenes voluntarios encargado de emplatar y embolsar la comida (150 raciones) y el agua, 900 litros, donado por Agua de Lebanza. «No puedo estar más orgulloso de la gente de mi tierra», alababa el alcalde de La Pernía.


Agua, eso es lo que deseaban todos para esta pasada noche. Y algo de agua refrescó, al menos, el ambiente. «Pero no está cayendo en el alto, sino aquí en el valle». Ese agua y un cambio de condiciones ayudaría a rebajar la peligrosidad de un incendio que se estima ha quemado, según Google, 3.200 hectáreas del Parque de la Montaña Palentina.
«Ahora -ya con la noche echada sobre la Montaña Palentina- hay que esperar la evolución del incendio, porque hay una lengua que ahora se desplaza hacia Resoba (pedanía de Cervera en la que empezó) acercándose al Monte Obispo y a Lebanza», lanza un miembro del operativo.
Cerca de las 12 de la madrugada, la lluvia no cae, pero aún el azul destellante quiere tapar, sin éxito, el naranja que rompe la negrura de una noche de agosto en la que los grillos cantan, el cencerro de las vacas suena y la Montaña Palentina se sigue quemando no muy lejos de allí. «Esperemos que pase pronto, que la lluvia caiga durante la noche y que pronto volvamos a ver brotes verdes, y nunca mejor dicho, en estas montañas», desea Jorge Ibáñez.




2 respuestas
Espero, Que este trágico incendio en los montes Palentinos, de los cuáles pertenecen a La Pernia, y Castilleria,
Después de pasar el peligro, se vuelvan a repoblar los Hayedos ,y Robledales , que se han perdido.
Monte, MONTALLENDE, que va desde San Salvador de Cantamuda, a la Abadia, de Lebanza.
Nos dejan fuera de las ayudas seguramente porque piensan que somos peores y menos importantes que otras zonas aunque se hayan quemado igual, esto significa que nuestros políticos se deben de ir, si no se van, habrá que echarlos y sino, echar a sus superiores. A Palencia se la lleva tomando el pelo desde hace decadas, con el soterramiento siempre prometido, el salto del carnero con el abogado Oscar Puente que debería quitar sus sucias manos de Palencia de inmediato y sobre todo porque tampoco nuestro rey Felipe VI va a pisar por Palencia como zona afectada, a Brañosera si se va cuando hay actos de lucimiento, si hay una desgracia, no se acerca, vende mucho más Galicia o Asturias de donde fue príncipe y alguna zona de León para regresar pronto a Madrid. Las ayudas de Pedro Sanchez, ni estan, ni se las espera. Gracias a toda la clase política que nosotros mismos hemos colocado ahí. La resignación, también tiene un límite.