El 19 de noviembre la Catedral de Palencia está de celebración

Iluminación interior de la Catedral de Palencia.
Iluminación interior de la Catedral de Palencia.

Esa jornada se conmemorará  el Día de la Dedicación y Consagración de la Seo palentina

La Diócesis de Palencia celebrará el próximo 19 de noviembre, con la celebración solemne de la Eucaristía a las 19:00h., uno de los hitos más significativos de su calendario litúrgico: el Día de la Dedicación y Consagración de la Catedral. Una jornada que recuerda la importancia espiritual, histórica y cultural de este templo que, desde hace siglos, acompaña en la fe a generaciones de palentinos.

La Catedral de Palencia es fruto de un largo proceso histórico que hunde sus raíces en la época visigótica. En su corazón se conserva la cripta de San Antolín, un espacio del siglo VII que da testimonio de los primeros cultos cristianos en la ciudad y que constituye uno de los elementos más antiguos del conjunto catedralicio.

Sobre esa memoria se levantó posteriormente una catedral románica (siglos XI-XII), de la cual aún se conservan vestigios que recuerdan la solidez y sobriedad de aquel primer gran templo medieval. El edificio actual comenzó a configurarse en el siglo XIV con la construcción de la catedral gótica, un proyecto ambicioso que se prolongó durante varios siglos y que dio lugar a la monumental estructura que hoy se alza en el corazón de Palencia.

Este recorrido histórico, en el que se superponen estilos, tradiciones y sensibilidades espirituales, expresa la continuidad de una comunidad creyente que ha mantenido vivo el culto en este lugar desde tiempos remotos.

La consagración de 1897: un acto de renovación

Aunque la Catedral había sido utilizada para el culto desde su construcción medieval, su dedicación solemne no fue realizada hasta el 19 de noviembre de 1897.

En aquel momento, el obispo Enrique Almaraz Santos impulsó un gesto que aunaba memoria y renovación, motivado por el deseo de consolidar espiritualmente la vida de la diócesis y reforzar el vínculo apostólico con las raíces de la Iglesia. La consagración respondía tanto a la culminación de importantes restauraciones llevadas a cabo en el siglo XIX como a la voluntad de subrayar la identidad litúrgica del templo en una época de profundos cambios sociales y eclesiales.

Ese día, el obispo ungió doce puntos del templo, ante los cuales colocó doce cruces de mármol en recuerdo de los apóstoles, fundamento de la Iglesia. Aquella unción, realizada con solemnidad, fue un “segundo nacimiento” para la Catedral: un acto que selló con aceite y luz la presencia de Cristo en esta casa de oración.

Desde entonces, cada año arde un candelabro junto a cada una de estas cruces, manteniendo viva la memoria de aquel momento en que la Catedral fue declarada oficialmente casa de Dios y puerta del cielo.

Un templo vivo que sigue acogiendo a Palencia

Hoy Palencia dirige su mirada a su Catedral. Sus muros, columnas y vidrieras recuerdan que este lugar no es solo piedra y arquitectura, sino un espacio donde la comunidad cristiana se reúne para escuchar la Palabra, celebrar los sacramentos y fortalecer su fe.

La Catedral ha sido testigo de innumerables bautismos, celebraciones, despedidas y encuentros humanos. En esta jornada, la Diócesis renueva su esperanza para que este templo continúe siendo un faro espiritual, un hogar de gracia y un espacio de paz para todos los palentinos y visitantes.

Con esta celebración, Palencia mira al futuro con gratitud por su herencia y con la confianza de que la Catedral seguirá siendo un signo vivo de fe y esperanza para las generaciones venideras.

Artículos relacionados

Noticias más vistas: