Jorge Sanz reclama “un reconocimiento explícito” al gestor y asegura que su ausencia, que considera “tan simbólica como injustificable”, supone “una falta de memoria y un gesto de ingratitud institucional”
El director del Aguilar Film Festival, Jorge Sanz, criticó hoy la “omisión” de Javier Martínez, “alma mater y creador del Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle de Valladolid y referente de la programación escénica en Valladolid” en la gala de la Academia de las Artes Escénicas de España celebrada anoche en el Teatro Calderón, donde se reconoció la trayectoria del TAC y de otros profesionales e instituciones del sector.
Para Sanz, la de Martínez fue “una ausencia tan simbólica como injustificable”, puesto que fue ese “referente de la programación escénica en Valladolid” quien “impulsó y dirigió durante años el TAC desde la Fundación Municipal de Cultura, imaginando un festival que entendía la calle como escenario perfecto y la ciudad como un espacio vivo de encuentro entre público y creación contemporánea”.
“Bajo su responsabilidad artística, el TAC se convirtió en un festival de referencia, con una apuesta decidida por la vanguardia, por las artes de calle como herramienta de transformación del espacio urbano y por la presencia tanto de grandes compañías internacionales como de propuestas locales de alto nivel”, añadió.
Además, aseguró que su aportación a la cultura de Valladolid no se limitó al TAC, puesto que “durante muchos años creo y dio vida a la sala Sala Ambigú con una línea programática y artística de excelencia, arriesgada y rigurosa, acercando al público espectáculos de calidad que difícilmente hubieran llegado a la ciudad sin su criterio y su compromiso”.
También apuntó que en los últimos años dirigió el LAVA (Laboratorio de las Artes de Valladolid) con una programación contemporánea de vanguardia, y apostó por creaciones innovadoras que posicionaron a Valladolid como epicentro de la creación escénica actual”. A su juicio, “esta triple contribución fundacional merece reconocimiento público, no el olvido en una ceremonia que celebra trayectorias sobresalientes”.
“Que en una ceremonia que pretende reconocer trayectorias ejemplares en las artes escénicas no se haya tenido en cuenta a quien fue el auténtico motor del TAC y un pilar de la programación escénica de Valladolid, supone una falta de memoria y un gesto de ingratitud institucional. Esta omisión hiere no solo a la persona, sino a una manera de entender la cultura pública basada en la visión, la coherencia y el trabajo de largo recorrido”, censuró en un comunicado recogido por Ical.
Por todo ello, reclamó para Martínez “un reconocimiento explícito, un agradecimiento público, un lugar en los relatos oficiales sobre la historia del TAC y de la Sala Ambigú, y su consideración en futuros galardones vinculados a las artes escénicas”. “Valladolid y sus instituciones culturales tienen una deuda con quien ayudó decisivamente a que hoy se pueda presumir de un festival y de una vida escénica que son ejemplo dentro y fuera de la ciudad”, completa.
