Los Bomberos ya han llevado a cabo una decena de actuaciones por incendios de pelusa y temen sus repercusiones en unos días cuando la vegetación esté más seca
Son un clásico y una molestia. Y además ponen en peligro algunas zonas de las ciudad. Aunque, como se suele decir, lo peligroso no es la bala sino el dedo que aprieta el gatillo. Las pelusas que estos días convierten en un espacio casi nevado algunas zonas cercanas al río en la capital palentina ya han dado que hacer a los bomberos. Alrededor de una decena de intervenciones en los últimos días, desde que las temperaturas empezaron a subir y los chopos comenzaron a tratar de reproducirse, esparciendo su simiente allá donde la lleve el viento.
Intervenciones porque a algunos les gusta ver cómo el fuego consume el manto de pelusa y las prenden fuego. La última de las salidas, esta misma tarde. En la isla entre los dos puentes que dan acceso al Sotillo desde la trasera del Pabellón Municipal de los Deportes de Palencia.
Hasta allí se tuvo que desplazar una dotación de Bomberos con un vehículo de intervención y otro de mando para sofocar las llamas que “tenían varios focos”, por lo que se entiende que fueron provocadas o intencionadas.
En cuanto a la intervención en sí, y a pesar de que en la zona había madera cortada de talas anteriores, desde el Parque de Bomberos indicaron que se pudo apagar sin demasiados problemas, sin llegar a gastar más de mil litros de agua. Si acaso, lo más complicado de la intervención fue que los efectivos desplegados tuvieron que tirar una línea de agua de más de 150 metros, al no poder acceder los vehículos a pie de llamas y tener que impulsar el agua para sofocar el fuego desde el otro lado del puente.
Sin embargo, aunque las intervenciones hasta ahora han sido sencillas, resaltan que en buena medida se debe a que la vegetación aún está húmeda y las llamas no se propagan con demasiada velocidad más allá de la propia pelusa. “El problema puede darse en unos días, en una semana, cuando la vegetación esté seca” y entonces la pólvora vegetal no solo sea la pelusa de los chopos, sino todo lo que la rodea. Aunque la pólvora, si no hay quien la prenda, no es peligrosa.

















