En Palencia existe un lugar mágico donde los más pequeños son los protagonistas de historias llenas de risas, juegos y momentos inolvidables
Se trata de El Pequeño Reino, un espacio que desde 2002 ha sido testigo de innumerables celebraciones de cumpleaños y que se ha convertido en un referente para las familias de la ciudad.
En El Pequeño Reino los cumpleaños no son solo una fiesta, sino una experiencia única. Cada celebración está pensada para que los niños vivan una tarde llena de emociones y diversión. Desde el momento en que llegan, los pequeños son recibidos con una rica merienda que a todos gusta, teniendo además a su disposición juegos libres en el parque de bolas y colchonetas, donde la imaginación no tiene límites.
No faltan a lo largo de la tarde las piñatas, los bailes, los juegos animados ni el famoso toro divertido que hace correr y reír a los niños.
Estos momentos de diversión se hacen posible gracias al equipo de monitoras perfectamente capacitadas, muchas de ellas estudiantes de Magisterio, que velan por la seguridad y el bienestar de los niños y que les guían en los diferentes juegos propuestos. “Los pequeños suelen ser muy obedientes y respetuosos con las normas, lo que nos permite disfrutar junto a ellos”, comenta Silvia, gerente de El Pequeño Reino.
Los inicios de El Pequeño Reino
La historia de El Pequeño Reino comenzó en 2002, aunque en sus inicios no llevaba ese nombre, sino que se llamaba Camelot. Lo que inicialmente iba a ser una guardería, pronto se transformó en un parque infantil al detectarse la necesidad de un espacio de ocio para los niños en Palencia.
Los comienzos no fueron sencillos. Silvia recuerda que, en aquel entonces, la cultura de celebrar cumpleaños en lugares especializados no estaba tan extendida como lo está hoy. Sin embargo, con esfuerzo, dedicación y una constante adaptación a las necesidades de las familias, El Pequeño Reino logró consolidarse como un referente en la ciudad.
A lo largo de los años, el parque ha superado desafíos, reinventándose y ofreciendo servicios que van más allá de las fiestas de cumpleaños. Por ejemplo, durante las vacaciones escolares, el lugar se convierte en un campamento de mañanas, donde los niños participan en talleres, juegos y actividades que fomentan su aprendizaje y creatividad.
Por todo ello, hoy en día El Pequeño Reino es mucho más que un parque infantil. Es un espacio donde los niños descubren nuevos pasatiempos, como el ajedrez o el parchís, mientras fortalecen sus habilidades sociales y creativas. Es un espacio que permite a las familias poder conciliar la vida laboral y familiar. En definitiva, El Pequeño Reino es un rincón mágico que crea momentos inolvidables para los más pequeños de la casa.
Avenida Santander, 42 TLF: 979 746 681







