Las primeras horas de la gestión del operativo se caracterizaron por “un gran descontrol” y desatención a los trabajadores, tal y como denuncian distintas fuentes
Entre turno y turno, los brigadistas que están trabajando en el incendio de la Montaña Palentina, apenas tienen tiempo de ducharse, comer decente o dormir unas horas. El agotamiento físico no impide a la cabeza continuar dando vueltas en torno al fuego, a la preocupación o a la frustración: son horas de demasiada tensión, miedo, estrés.
Algunos, incluso, se presentan voluntarios en sus turnos de descanso, sabiendo que sus compañeros están igual de extenuados y que los medios, especialmente en las primeras jornadas del incendio, son insuficientes. Trabajar 18 o 20 horas seguidas, descansar algo, comer, ducharse… Y volver a empezar. Es la rutina que los brigadistas de los equipos de lucha contra incendios forestales viven durante toda esta semana. Durante toda la temporada, incluso, porque muchos vienen de hacer refuerzos en incendios de otras provincias.
Entre turno y turno, también, hay tiempo para asimilar todo lo que está pasando. Y para gestionar emociones como el enfado o la rabia: ayer se incorporaron cien personas más a reforzar los equipos, algunas llegadas desde lugares como Cantabria, Castilla La Mancha o Extremadura. Pero las primeras horas del fuego todavía permanencen en la memoria. Y no se han superado.
Todas las personas con las que ha hablado Palencia en la Red, sobre el terreno y en conversación telefónica, coinciden en una palabra para describir la gestión del operativo en sus primeras 24 o 48 horas: “descoordinación”.
Una de ellas es un brigadista con ocho años de experiencia, actualmente perteneciente a un ELIF (Equipo de Lucha contra Incendios Forestales). Prefiere mantenerse en el anonimato, aunque su testimonio no difiere demasiado del de muchos otros compañeros, tal y como denunciaba ayer el sindicato UGT.
https://www.palenciaenlared.es/ugt-alerta-de-turnos-sin-agua-ni-comida-y-falta-de-medios-en-el-incendio-en-la-montana-palentina/
Hombres jóvenes, en su mayoría, aunque también los hay cercanos a la jubilación, lo que a juicio del sindicato ha puesto en riesgo para su salud. Todos ellos coinciden en que se sintieron desprotegidos durante los primeros turnos de trabajo.
“Es un auténtico descontrol y una falta de medios brutal. Las condiciones climáticas lo hacen todavía más duro”. Es la primera conclusión a la que responde este brigadista. No se trata únicamente de la “descoordinación y falta de liderazgo” para gestionar el trabajo de los equipos sobre el terreno. El problema es “de todo un poco”.
Porque en primer lugar, hasta la llegada de los refuerzos en el día de ayer fue muy clara “la falta de medios y de efectivos”. Pero además, “las coordinaciones no se estaban haciendo debidamente”, un hecho que ha vivido en su propia piel. “Yo, por ejemplo, el primer día estuve solo. Y la falta de medios es tan grande, que los días de descanso he acudido como voluntario”.
https://www.palenciaenlared.es/cronica-y-video-incendio-en-la-montana-palentina-con-el-fuego-ahi-arriba-nadie-aqui-esta-tranquilo/
“Un bocadillo ridículo”
Tal y como informó Palencia en la Red, el avituallamiento se está preparando desde la solidaridad. Empresas como Aguas de Lebanza están donando botellas para los efectivos, tras tener conocimiento de que en las primeras horas nadie les proveyó de agua para beber, poniendo en riesgo su salud en un aspecto tan importante como es la hidratación en tal contexto de calor. La comida se prepara en restaurantes cerveranos como La Casa de las Vacas, entre otros muchos negocios hosteleros que están cocinando para abastecer a los brigadistas, con el apoyo de decenas de voluntarios.

Pero todo este movimiento, como es lógico, se organizó durante las primeras horas del incendio. Hasta entonces, los operarios que trabajaron frente a las llamas no tenían nada que comer o beber. “El primer día, la comida nos llegó a las 6 de la tarde. Y llegó la mitad: tuvimos que repartirlo. Era un bocadillo ridículo”, denuncia. “Eso es otra cosa que habría que revisar: cuánto le paga la Junta a esas empresas para que preparen una comida completa, y éstas entregan bocadillos de mierda, cobrando lo mismo”.
“Apenas comimos”, sentencia. Pero eso no fue lo más difícil. “Estuvimos sin agua para beber cantidad de horas. Había compañeros que tenían calambres en las piernas. La gente se sentía mareada, sedienta”, con el peligro que ello supone cuando no puedes parar de trabajar, ante las llamas. “A uno casi le atrapa el fuego”.
El brigadista explica a Palencia en la Red que, al menos en esos primeros turnos, “veías a mucha gente deshidratada, incluso desorientada. Vi compañeros bebiendo de las mochilas extintoras, que es un agua que no se puede beber. Pero estaban desesperados“.
A ello hay que añadir que, durante varias horas, estuvieron “sin comunicaciones” debido a la descoordinación y falta de medios. Una situación que se ha ido controlando poco a poco a medida que se ha intensificado el operativo, pero que dejará una huella en los trabajadores cuya repercusión se verá con el tiempo. Pero este brigadista lo tiene claro: “si no cuidas a tu gente y la tienes así de mal, es imposible poder seguir, controlar el fuego pronto. Imposible”.







