Barruelo de Santullán fue declarado Kilómetro Cero del tritón alpino por el Corredor Biológico Mundial. Una oportunidad única para liderar su conservación
Se estima que podría desaparecer por completo entre 2040 y 2070, de seguir la tendencia actual
Mirar a lo lejos, en la Montaña Palentina, nos brinda la oportunidad de contemplar paisajes de ensueño, cumbres fascinantes y embalses que reflejan toda la belleza de nuestra comarca más verde. Pero no debe pasar inadvertido todo aquello que sucede abajo, a nuestros pies, entre las ramas de la vegetación o en el agua de los ríos. Porque, si miramos de cerca, descubriremos tesoros de nuestra Montaña Palentina como el tritón alpino, una especie singular, protegida e icónica del territorio.
¿Por qué es especial el tritón alpino?
El tritón alpino, cuyo nombre científico es Ichthyosaura alpestris (aunque en algunas publicaciones antiguas se nombra como Mesotriton alpestris o Triturus alpestris), es un pequeño anfibio con cola que habita en zonas de montaña. Es una especie de gran belleza y un indicador de la salud de nuestros ecosistemas acuáticos.
Los adultos miden entre 6 y 12 centímetros y se caracterizan por su cuerpo cilíndrico y piel lisa y brillante. En época de celo (entre febrero y junio) son especialmente llamativos: su dorso es grisáceo o azulado, con ligeras crestas y manchas negras, y su vientre exhibe una intensa pigmentación roja, sin manchas. Una ancha banda blanquecina salpicada de puntos negros recorre sus costados.
Las hembras suelen ser de tonos pardos, claros o amarillentos, con el vientre anaranjado, y carecen de las crestas y la banda blanquecina tan marcada de los machos.
El rey de las aguas de montaña
Si bien se asocia a hábitats de montaña, esta especie elige también zonas menos elevadas. El tritón alpino vive principalmente en medios acuáticos de montaña con poca corriente, como lagos, charcas, pozas de arroyos e incluso abrevaderos y fuentes. Aunque también podemos verlo por tierra, especialmente en la hojarasca de los bosques de hayas y robles. El mejor momento para localizarlo, eso sí, será el atardecer, ya que se trata de una especie de hábito crepuscular y nocturno.
Nuestro tritón alpino se alimenta principalmente de pequeños invertebrados, como insectos y larvas. Y en su fase reproductiva, las hembras depositan entre 70 y 300 huevos, uno a uno, adhiriéndolos mayoritariamente a hojas de plantas acuáticas, que pliegan para protegerlos de depredadores y la radiación ultravioleta.
Subespecie endémica “muy vulnerable”
Las poblaciones de tritón alpino en la Península Ibérica pertenecen a una subespecie endémica (Ichthyosaura alpestris cyreni) que se distribuye por la Cornisa Cantábrica, incluyendo Palencia, León, Burgos, Asturias, Cantabria, Álava, Vizcaya y Guipúzcoa.
A nivel global, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) considera al tritón alpino como una especie de “Preocupación Menor”. Sin embargo, la situación en España es muy diferente y preocupante: en nuestro país, el tritón alpino está catalogado como “Vulnerable” (VU A1ac + B2c) por la UICN España, y está protegido por el Convenio de Berna y la legislación nacional. Los catálogos regionales del País Vasco y Navarra también lo consideran vulnerable. Por lo tanto, si lo vemos, es muy importante respetarlo y, por supuesto, no tocarlo ni mucho menos capturar, ya que protegerlo es una responsabilidad común.
Aunque puede alcanzar buenas densidades localmente en montaña, en general sus poblaciones son poco abundantes y se encuentran dispersas en pequeños núcleos. En el norte de Castilla y León, Álava y Cantabria, se ha observado una pérdida sustancial de al menos el 20% de las poblaciones. En el caso de Álava, las poblaciones están en regresión, y en Guipúzcoa se ha detectado su posible desaparición. Y todo ello por múltiples factores, como la modificación de su hábitat por la intervención humana (obras, drenaje de humedales, infraestructuras, etcétera), la transformación de los bosques, el cambio climático o la introducción de especies invasoras, incluida la trucha o la carpa con fines de pesca, ya que depredan sobre los huevos, larvas y adultos de tritones. Pero también el cangrejo señal, especie exótica invasora.
Las predicciones son alarmantes: se estima que la distribución del tritón alpino en la Península Ibérica podría desaparecer por completo entre 2040 y 2070 debido al aumento de las temperaturas, ya que su capacidad de ascender a mayores altitudes para escapar del calor es limitada en nuestras montañas, que no alcanzan las cotas de los Alpes.
En nuestra mano está cuidarlo de la manera más sencilla: nunca manipules ni captures tritones ni ningún otro anfibio silvestre. Son especies protegidas legalmente. Nunca liberes mascotas exóticas (como los tritones de acuario) en la naturaleza. Pueden ser portadoras de enfermedades letales para nuestras poblaciones autóctonas y generar desequilibrios ecológicos. La mejor forma de ayudar al tritón alpino es “dejarlo en paz”. Observarlos a una distancia prudente nos permite disfrutar de su belleza sin poner en riesgo su salud y supervivencia.
 
								 
											








