(Galería) El agua escuece en Las Cinco Llagas de Palencia pero no les resta intensidad

Los portantes sacan a Jesús Crucificado a la Plaza de San Francisco después de haberse realizado el acto de Las Cinco Llagas bajo el techo de San Francisco. / Óscar Herrero

El temor a que la lluvia afectara al Jesús Crucificado de Alejo de Vahía provoca que la procesión se celebre en San Francisco con una pequeña salida a la calle

Como el agua oxigenada escuece cuando se echa en una herida, el agua de la lluvia escoció esta tarde a Las Cinco Llagas, la procesión de la Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús Crucificado y Nuestra Madre Dolorosa. Un agua que, durante el tiempo en el que estaba previsto que a procesión recorriera las calles de la ciudad, no cayó. Pero el zarpazo de agua de las 18 horas y las nubes negras que sobrevolaban la ciudad aconsejaron y obligaron a la cofradía a decidir que su Jesús Crucificado no debía salir. Porque al de Alejo de Vahía (Siglo XV), protagonista de la procesión, no le sienta muy bien eso de mojarse.

Así que la decidida la suspensión de la procesión, tanto el acto de la vestición, que desarrolla una de las etapas más didáctica de la Semana Santa Palentina, con la explicación y simbolismo de cada una de las prendas cofrades; como la celebración, lectura y rezo de Las Cinco Llagas, en referencia a las heridas que recibió Cristo, se llevaron a cabo en San Francisco. Un templo al que costaba entrar debido a la masiva afluencia de gente. Un templo en el que casi se vivió con mayor intensidad y profundidad religiosa Las Cinco Llagas que si se hubiera realizado el recorrido por el centro de la ciudad.

Es cierto que la talla barroca hubo que admirarla a más distancia, pero también que el toque de tararú y, sobre todo, la soberbia participación de la Banda de la Cofradía de la Oración del Huerto y de la Vera Cruz de Medina del Campo, crearon un ambiente que, de otra forma, no se hubiera podido reproducir. Si algo positivo ha tenido la suspensión de la procesión ha sido poder escuchar a la banda vallisoletana en un recinto como San Francisco.

Pero Nuestro Padre Jesús Crucificado no se quedó sin salir a la calle. Tras el saludo a Nuestra Madre Dolorosa, y en brazos de cuatro cofrades, recorrió su paso el pasillo central de San Francisco para una vez pasada la puerta volver a hombros de una cuadrilla más nutrida. No había presencia de lluvia y la cofradía decidió sacar la talla titular de la procesión a la plaza de San Francisco. Un pequeño recorrido en redondo, con todo el cortejo y la banda vallisoletana para cerrar una ‘no procesión’ de Las Cinco Llagas en las que la amenaza de lluvia escoció, pero al final, de alguna forma, curó.

Con la de hoy ya son tres las procesiones que han tenido que ser suspendidas esta Semana Santa y reconvertidas en actos a cubierto, además del recorte que sufrió la de La Borriquilla, ayer Domingo de Ramos. Por ahora, solo la del Rosario del Dolor se ha desarrollado con cierta normalidad.

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