Los vecinos del popular barrio de Palencia entregan el Cristo de la Alegría a David Ontaneda y el de la tristeza queda sin recoger por parte de Adif
Una semana más tarde de cuando debía haberse celebrado. De hecho, hoy el Barrio del Cristo debía estar esperando la lluvia de pan y quesillo. Pero el calendario dejó tan postrera la Semana Santa que las Fiestas del Cristo han comenzado hoy. A eso de las 13,30 horas es cuando el pregonero de las fiestas, José Luis Rubio, ha encendido el chupinazo con el que, desde el cielo se anunciaba a la ciudad que el popular barrio, a los pies del Cerro del Otero, iniciaba la celebración de Santo Toribio (la fecha fue el pasado miércoles).
Antes de ese momento, la Asociación de Vecinos del Barrio del Cristo hizo entrega de sus trofeos, con los que reconoce por un lado a personas, instituciones u organizaciones que contribuyen a engrandecer la vida del barrio. En este caso, sin ser vecino del barrio, la asociación quiso ir más allá y se lo entregó a David Ontaneda por su “compromiso con las obras sociales y que siempre esté dispuesto a ayudar a la gente que lo necesita”, explicaron en el momento del anuncio.
El Cristo de la Tristeza fue, por segundo año, para Adif, por las obras que está acometiendo en el Camino Viejo de Husillos y que afecta también al barrio. Por lo que sea, ese trofeo se quedó en el entarimado del escenario.
Pregón.
El pregón corrió a cargo de José Luis Rubio, presidente del club de jubilados del Barrio, que, además de recordar aquellos tiempos en los que los chiguitos veían hacer adobes en las laderas del barrio, también tiró una puyita para reclamar más participación de los vecinos en las diferentes actividades y organizaciones del Barrio.
La alcaldesa de la ciudad, Miriam Andrés, también tuvo unas palabras para los vecinos, deseándoles unas felices fiestas con el compromiso de volver a verse el próximo domingo en la pedrea del Pan y el Quesillo. Todo tras un programa de actos trufado de eventos.
El Barrio del Cristo ya calienta motores para Santo Toribio 2025
Y como no puede haber fiesta sin yantar, justo detrás del escenario, colocado en el Camino de Santa Eufemia, se estaban preparando 80 kilos de panceta que fueron repartidos entre los centenares de personas que se acercaron al comienzo oficial de las Fiestas del Cristo. Una larga cola, para simbolizar el final de la Semana Santa y el comienzo del calendario de fiestas en los barrios de Palencia. Aunque, todo sea dicho, Santo Toribio, más que la fiesta de un solo barrio, es la celebración de toda la ciudad.