El Centro Sociosanitario de Hermanas Hospitalarias de Palencia se integra en la nueva Fundación Canónica para “avanzar hacia el futuro”, sin que eso suponga cambios para la plantilla de trabajadores
El Centro Sociosanitario de Hermanas Hospitalarias en Palencia (asentado en las instalaciones que antes se conocían como Hospital San Luis) cambiará de denominación y estructura jurídica a partir del próximo 1 de junio, cuando se formalice su integración en la Fundación Hospitalarias
Esta nueva estructura jurídica no supone ningún cambio para la plantilla de unos 450 trabajadores ni para las 530 personas ingresadas en sus instalaciones, según ha explicado la dirección del centro, que ha presentado hoy a la sociedad palentina este importante cambio en el que se ha estado largo tiempo trabajando. “No afecta no afecta en absoluto, puesto que los trabajadores se subrogan en las mismas condiciones que mantenían hasta la fecha y asegurando todos sus derechos, al igual que nuestros pacientes, usuarios y residentes”, explica el gerente, Javier Arellano. “Se trata de una continuidad y una evolución para adaptarnos al futuro”, tanto en términos de seguridad jurídica como de respuesta “a lo que hoy la sociedad nos demanda”.
La Fundación Hospitalarias unifica criterios y estructura de gestión para todos los centros que esta organización canónica tiene en todo el país. En el caso de Palencia, supone integrar los tres centros ubicados en Castilla y León: el Hospital Benito Menni de Valladolid, el Centro Sociosanitario de Hermanas Hospitalarias en Palencia y el Centro Asistencial de Hermanas Hospitalarias en Burgos.
Estos tres centros, hasta ahora bajo la titularidad directa de la Congregación de Hermanas Hospitalarias, se suman oficialmente al proyecto fundacional iniciado en enero de 2025, que marca una nueva etapa en la historia de esta institución con más de 143 años de trayectoria.
De este modo, a partir del día 1 de junio, los centros pasan a denominarse Hospitalarias Valladolid, Hospitalarias Palencia y Hospitalarias Burgos.
La Fundación Hospitalarias, de naturaleza canónica, nace a comienzos de este año 2025 para acoger y dar continuidad a la obra hospitalaria iniciada en 1881 por las Hermanas Hospitalarias, garantizando su sostenibilidad, proyección futura y fidelidad al carisma fundacional en un contexto de creciente secularización y descenso de vocaciones religiosas.
Con esta integración, los centros de Castilla y León pasan a formar parte de una red asistencial que actualmente atiende a más de 360.000 personas al año y cuenta con más de 9.000 profesionales. Según detalla Javier Arellano, “las hermanas siguen estando, pero ceden de manera altruista toda la actividad de los 21 centros en 12 comunidades autónomas para que la desarrolle una Fundación”, de carácter canónico, con un patronado formado por cinco hermanas y cuatro laicos “en las mismas condiciones que venía desarrollando la actividad dependiente de la congregación”. Pero insiste en que “la realidad es que para nosotros el futuro está en mantener lo que mejor sabemos hacer, y eso está dentro de la identidad de Hermanas Hospitalarias”.
En el caso de Valladolid, Palencia y Burgos, estos centros son referentes en servicios especializados en salud mental, geriatría, atención a personas con discapacidad, cuidados paliativos, rehabilitación integral y neurorrehabilitación, y atienden anualmente a miles de pacientes, tanto en hospitalización completa como en atención ambulatoria. Todo ello gracias a un equipo, entre los tres centros, de más de 1.000 profesionales, incluyendo médicos, enfermeras, psicólogos, terapeutas y voluntarios.
Evolución hacia una identidad renovada
La decisión de incorporar progresivamente los centros a la Fundación responde a una voluntad clara de mantener viva la misión hospitalaria, adaptándose a los retos actuales con una gestión profesional, rigurosa y profundamente alineada con los valores fundacionales: hospitalidad, respeto, calidad, espiritualidad y responsabilidad.
La Fundación Hospitalarias supone una evolución del legado de la Congregación, con el que se busca preservar el espíritu hospitalario y proyectarlo hacia el futuro con un identidad renovada.
Su razón de ser sigue siendo la misma: curar, cuidar y acoger a las personas más vulnerables, especialmente niños, adultos y mayores con problemas de salud mental, con daño cerebral, discapacidad intelectual, enfermedades neurológicas, con necesidad de cuidados paliativos, etc. La Fundación reafirma así su compromiso con la inclusión, la dignidad humana y la atención integral a los colectivos más frágiles de la sociedad.







