Una veintena de participantes corona los 1.964 metros de esta cumbre leonesa para visibilizar la lucha diaria de quienes conviven con patologías poco frecuentes
El punto de partida fue la pequeña localidad de Besande, en León. Desde allí, y con las primeras luces del sábado 24 de mayo, una veintena de socios de la asociación palentina En Ruta por las Enfermedades Raras emprendió el primero de los desafíos deportivos de este 2025. Objetivo: coronar los 1.964 metros de La Tuda, una cima que se alza en plena Cordillera Cantábrica, con el Espigüete como vigía y los conocidos “tíos pinaos” de piedra esperando en la cumbre.
Cada paso, cada metro de desnivel –unos 770 positivos en total–, cada kilómetro de los 15 recorridos, llevaba en esta ruta una intención muy clara: “sumar kilómetros de espERanza a la causa“, como suele repetir la asociación en sus retos. Porque detrás de este ascenso no hay solo una práctica deportiva, sino una forma de alzar la voz por las más de tres millones de personas en España que conviven con una enfermedad rara.
El buen tiempo acompañó a los participantes, lo que permitió que, ya en la cima, se celebrara un nuevo momento de sensibilización. “Detrás de cada diagnóstico hay personas, historias, obstáculos diarios. No son solo estadísticas, son vidas”, compartieron desde la organización, en línea con la campaña que FEDER (Federación Española de Enfermedades Raras) impulsa este año.
Esta acción se suma a otras muchas que En Ruta por las Enfermedades Raras lleva años organizando para fomentar la visibilidad, la empatía y el apoyo a la investigación de patologías poco frecuentes. El crowdfunding con el que canalizan estas iniciativas sigue activo a través de la plataforma Mi Grano de Arena.
La temporada no ha hecho más que empezar. Y con cada cima, cada reto y cada historia compartida, la montaña se convierte en altavoz.
