La Junta cifra en 8,12 millones de toneladas la “excepcional” cosecha de cereal aunque las opas rebajan las expectativas

La consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, María González Corral, presenta la cosecha de cereales de invierno de la presente campaña 2024-2025. Fotografía: Rubén Cacho
La consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, María González Corral, presenta la cosecha de cereales de invierno de la presente campaña 2024-2025. Fotografía: Rubén Cacho

La consejera celebra los “datos históricos” que dan rendimientos de 4.500 kilos por hectárea y un valor total a la cosecha de 1.535 millones de euros

La Junta de Castilla y León cifró en 8,12 millones de toneladas la cosecha de cereal de la campaña 2024-2025. Un dato que las organizaciones profesionales agrarias pusieron en cuestión al rebajar por debajo de los ocho millones de toneladas su previsión a falta de pocos días para el comienzo de la recolección.

La consejera de Agricultura, María González Corral, y los responsables de las opas de Castilla y León coincidieron, esto sí, en destacar los “datos históricos” de la campaña de este año que dan rendimientos, según apuntó la consejera, de 4.500 kilos por hectárea de media y un valor total a la cosecha de 1.535 millones de euros.

Todo ello da como resultado “una cosecha excepcional, la segunda mejor de los últimos 15 años”, tal y como la calificó González Corral en declaraciones recogidas por Ical durante la presentación de los datos de la campaña de cereal de invierno que se llevó a cabo en una explotación agrícola de este cultivo en la localidad vallisoletana de Mayorga.

González Corral, que estuvo acompañada por los máximos responsables de las opas a nivel autonómico así como por el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, y el alcalde de Mayorga, David de la Viuda, cifró en 1,81 millones las hectáreas de cereal de invierno sembradas en Castilla y León en esta campaña, que recupera las cifras de 2022 tras la bajada de los dos años anteriores, y destacó las 870.000 hectáreas sembradas de cereal, seguidas por las 711.000 de cebada, con una especial relevancia de Burgos, Palencia y Valladolid, que congregan el 70 por ciento de la superficie sembrada de cereal de invierno esta temporada.

En cuanto a los rendimientos, celebró los 4.500 kilos de media por hectárea que se esperan recolectar, “la segunda mejor cifra de los últimos 15 años” que convierten esta cosecha en “excepcional” por conseguir un rendimiento superior en un 28 por ciento a la media de los últimos cinco años y en un 36 por ciento con respecto a la última década.

Por provincias, González Corral destacó los rendimientos en Burgos, Palencia y Valladolid, así como en Ávila, que hace así frente a la “merma en los rendimientos del pasado año”, hasta el punto de que todas las provincias suben salvo Burgos y León, que mantienen los “rendimientos muy buenos” del pasado año.

En el ámbito de la producción, la Junta cifra en 8,12 millones las toneladas que se recolectarán esta campaña, un 22 por ciento por encima de la última y la segunda mayor producción de los últimos 15 años, con un valor de la cosecha que “va a alcanzar los 1.535 millones de euros frente a los 1.300 de la campaña pasada”, aseguró González Corral.

No obstante, la consejera reconoció que “hay que tener en cuenta los efectos que las condiciones meteorológicas puedan tener sobre estos rendimientos” en los días finales de la campaña hasta que comience la recolección, dado que la posibilidad de que existan lluvias intensas o pedriscos, ante el aviso por tormentas y granizo en varias provincias de la Comunidad, puedan “hacer mermar estos rendimientos”.

En cualquier caso, González Corral reiteró que las buenas condiciones meteorológicas de esta campaña desde su comienzo han permitido “una muy buena cosecha” este año, por la que se recuperan las cifras de siembra de 2022 y los rendimientos convierten en “excepcional” la recolección prevista esta campaña, “la segunda mejor de los últimos 15 años”.

Pesimismo en las opas por los precios

Las organizaciones profesionales agrarias coincidieron con la consejera en calificar esta cosecha como “buena” en cuanto a rendimientos tras los “catastróficos” años 2022 y 2023, aunque todas apuntaron también que sus expectativas finales “no son tan optimistas” como las manifestadas por la Junta, al situar los datos finales de recolección por debajo de los ocho millones de toneladas.

Así lo señaló el presidente de Asaja en Castilla y León, Donaciano Dujo, que consideró que no solo la climatología ha provocado esta buena cosecha sino “la profesionalidad de los agricultores de Castilla y León”, que sitúa a la Comunidad como “el granero de España” con el 40 por ciento de la producción nacional.

Sin embargo, Dujo lamentó que esta producción no sea “todo lo buena que podíamos tener” por el “déficit de precio” que sufre el cereal en los últimos años y que “paraliza las siembras en nuestras explotaciones”, dado que España “ha perdido un millón de hectáreas de cereal en los últimos años y Castilla y León, más de 200.000”.

“¿Por qué se pierde? Porque la rentabilidad es baja”, aseguró el presidente autonómico de Asaja, que situó los costes de producción en una cifra cercana a los 1.535 millones de euros del valor de la cosecha de este año. Una situación que hace que el campo “no saque rentabilidad en un año histórico en producción”. “Es vergonzoso y lamentable”, sentenció.

Por ello, Dujo aventuró que, de cara a la sementera que comenzará en otoño para iniciar la próxima campaña de cereal de invierno, el agricultor de Castilla y León “será pesimista y sembrará menos” si no bajan los costes, para lo que reclamó al Gobierno “ayudas a los agricultores que compensen parte de la factura de los fertilizantes”, de cara a que “así, tengamos rentabilidad en nuestras explotaciones”.

En la misma línea, el portavoz de la Alianza UPA-COAG, Aurelio González, también rebajó la expectativa de la producción por debajo de los ocho millones de toneladas y lamentó que los agricultores “no vamos a ganar dinero este año” pese a la buena cosecha porque “solo da para pagar los gastos de producción”.

Una circunstancia que “se puede reflejar en las siembras para el año que viene”, dado que los costes son “inasumibles” y los precios “bajos”, motivos por los que pidió “a todas las administraciones, europea, nacional y autonómica” que “tomen medidas” como el freno de las “importaciones masivas” de Ucrania que están “llevando los precios a la baja en las lonjas” y también la ejecución de la Ley de la Cadena Alimentaria, porque “si en un año bueno no se gana dinero, estamos haciendo algo mal”.

Finalmente, el coordinador de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, incidió en la situación de los precios, “hundidos, en mínimos históricos”, que incrementan el “pesimismo” de los agricultores para la próxima campaña porque “las cuentas, así, no cuadran”.

Palacín culpó de esta situación a la “decisión política” de aplicar el arancel cero al trigo de Ucrania, que hace que el coste de la guerra de aquel país “lo paguen los agricultores”, por lo que pidió “compensar ese desbarajuste” a través de la nueva PAC que debe “revocar esos acuerdos, eliminar los aranceles al fertilizante ruso y bielorruso e imponer aranceles” al cereal ucraniano “como permite el reglamento europeo”, para que este “no inunde los mercados y baje los precios” del cereal nacional.

En su respuesta a las opas, González Corral reconoció ser “totalmente conscientes” desde la Junta “de los bajos precios” que son “el contrapunto a la excelente cosecha en lo que se refiere a rendimientos”, pero mostró el apoyo del Gobierno autonómico a las opas con la declaración conjunta firmada para marcar las prioridades de la nueva PAC, reclamando “precios justos y principios de reciprocidad”.

En cualquier caso, González Corral recordó que este “no es un problema de Castilla y León, sino que es nacional”, y que es el Ministerio de Agricultura el que “se debe tomar este asunto como algo prioritario” como, aseguró, está haciendo la Junta con “la apuesta por las infraestructuras rurales y las concentraciones parcelarias, la inversión en regadíos, la agricultura de precisión y la investigación desde el Itacyl” para poner “a disposición de todos los agricultores” los resultados, así como las inspecciones que se realizan cada año para que “se cumpla con la Ley de Cadena Alimentaria”.

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