La Variante de Guardo vuelve ‘a caerse’

Viaducto de la variante de Guardo. / Brágimo (ICAL)

La Junta y la empresa adjudicataria, Grupo Puentes, acuerdan rescindir el contrato firmado en marzo de 2024 y Movilidad tendrá que volver a licitarlo

La Variante de Guardo se ha vuelto a caer de las previsiones. Ha vuelto a tropezar. Queda en el alero… una vez más. Año y medio después de haberse adjudicado, en marzo de 2024, el proyecto recula. Vuelve a la casilla de salida cuando ya deberían verse sobre las pilonas clavadas sobre la vega del Carrión al menos las cimbras de la plataforma. Estaba previsto que acabara a finales del año 2026.

Los moais palentinos seguirán erigiéndose sin tener sombrero a pesar de estar dispuestos los 13 millones en los que se adjudicó en 2024 la obra. Tal y como ha informado la Junta de Castilla y León, el Consejo de Gobierno acordó hoy la resolución del contrato de ejecución de obras, de acuerdo con la empresa adjudicataria. Un contrato adjudicado en marzo de 2024 y que poco o nada ha avanzado. Desde luego, nada en la ejecución propia de la obra, si bien cabe recordar una peculiaridad del mismo y que contemplaba la redacción del proyecto constructivo.

Y es que debía ser la empresa adjudicataria, Grupo Puentes, quien además de poner el hormigón debía decidir cómo hacerlo para lograr el fin: culminar la variante.

Si habitualmente, para las grandes obras públicas, primero se saca a concurso un contrato para redactar el proyecto en sí, esto es, establecer cómo debe hacerse la obra, y posteriormente se saca otro para la ejecución material de la misma, en la recuperación de la Variante de Guardo se optó por que fuera una única empresa la que lo hiciera todo, usando una de las excepciones que permite la normativa.

“Hay que destacar la problemática de cálculo, modelización y comprobación de una estructura existente o parcialmente ejecutada, que no es exactamente igual que la correspondiente a los proyectos de puentes de nueva construcción. En efecto, reflejo de ello es que la mayoría de la Normativa vigente no contempla de forma específica la evaluación y recálculo de estructuras existentes. Por consiguiente, los licitadores deberán proponer, cuando así lo consideren oportuno, criterios alternativos de comprobación basados en sus propias experiencias y en normativas foráneas que puedan ser de aplicación”, explicó la Junta para justificar que las empresas tengan que plantear el propio proyecto.

Pues, 18 meses después de la firma del contrato el 15 de abril de 2024 (la fase de presentación del proyecto por parte de la empresa habría terminado hace 15 y hace 12 meses que Movilidad tenía de plazo para comprobar que el proyecto se ajustaba a lo solicitado), la Junta y la empresa Grupo Puentes, que se encuentra en un proceso de cambio de propietarios con la entrada de inversores chinos, han acordado resolver el contrato, valorado en 12,9 millones de euros.

Es esa parte económica la que ha dado al traste con la intervención planteada en 2023, y que ya se retrasó por una reclamación ante el Tarcyl: “El Consejo de Gobierno aprobó la resolución tras constatar que el proyecto de ejecución presentado por la empresa no se ajustaba a la oferta realizada en la licitación, superando la propuesta económica reflejada en la oferta. Gracias a los trabajos realizados en el marco del contrato ahora resuelto, la Consejería de Movilidad y Transformación Digital pudo completar los estudios previos necesarios, disponer de una intervención técnicamente viable y actualizarlo a precios de mercado”.

Es decir, que lo que se había planteado en un principio, que era finalizar la variante, va a costar algo más del dinero por  el que se adjudicó porque las bases sobre las que se planteó el mismo no se corresponden a la realidad.

Desde la Junta de Castilla y León han manifestado su intención de retomar la licitación de la obra para finalizar la variante de Guardo, que se inició hace casi tres lustros. Y han recordado que “el Proyecto de Presupuestos Generales de la Comunidad para el próximo año prevé una partida económica de tres millones de euros que permitirá iniciar con garantías la nueva licitación y avanzar en la ejecución de una infraestructura clave para la Montaña Palentina, al tratarse de una vía fundamental que conecta las cuencas mineras de León y Palencia, en la que se busca reducir el tráfico pesado dentro del casco urbano de la localidad de Guardo”.

15 años de variante.

La variante de Guardo se inició de la mano de los Fondos Miner, en 2010, cuando las minas y la térmica de Velilla estaban en funcionamiento. La parte más importante de la misma era la construcción de un viaducto de 900 metros de longitud y más de 70 de altura con 12 pilas que llegaron a construirse, como parte incluso de los estribos del viaducto, el que sería el mayor de la Red Autonómica de Castilla y León.

Incluso se lanzaron algunos de los tramos de la plataforma sobre los dos primeros vanos del puente, por parte de Sacyr y Río Vena, adjudicatarias del primer contrato en 2011.

Pero en 2013 un accidente en el que perdió la vida un operario paralizó la obra. Desde entonces, nada se movió en la parte del león de la variante.

Incluso hubo que firmar una adenda para acabar de asfaltar el vial de conexión a medio construir entre la CL-615 junto al viaducto y la CL-626 hacia Cervera en el Cementerio de Guardo y que se abrió en 2020.

En 2022 se anunció por parte de la  Consejería de Movilidad y Transformación Digital  que la Variante de Guardo salía del cajón y volvía a estar encima de la mesa. En 2023 se licitó el contrato ahora resulto y en marzo de 2024 se adjudicó sin que hasta la fecha se haya visto movimiento alguno en el valle del Carrión al sur de Guardo.

Habrá que esperar. De momento a la nueva licitación para saber el nuevo coste de la variante de Guardo.

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