La voz del palentino que unifica el audio en español

Ricardo Dómine

Ricardo Dómine se convierte en el presidente de la Academia del Audio Hablado en Español para profesionalizar un sector fragmentado y reclamar su lugar como industria cultural de pleno derecho

Jesús García-Prieto / ICAL

Desde Palencia, ciudad a la que está profundamente vinculado desde hace más de dos décadas, Ricardo Dómine fue elegido recientemente presidente de la Academia de las Artes, las Ciencias y la Industria del Audio Hablado en Español. Esta entidad nacional aspira a convertirse en la voz de referencia para el podcast y el audiolibro en nuestro idioma, un sector que, según datos de la consultora Edison Research, experimentó un crecimiento global del 12 por ciento anual en los últimos cinco años, con España como uno de los mercados emergentes más dinámicos en Europa.

Su designación marca un hito simbólico: un profesional que desarrolla su labor desde fuera de las grandes capitales lidera ahora la representación de toda una industria en crecimiento, integrada por productoras, plataformas, medios, editoriales, creadores y académicos. En un panorama dominado por Madrid y Barcelona, esta elección subraya la descentralización del talento creativo y empresarial, y demuestra que la innovación no requiere proximidad geográfica a los centros de poder.

Con formación en Economía por la Universidad de Extremadura y una carrera de casi veinte años en banca, Dómine dio el salto al audio en 2017, motivado por una pasión personal que se gestó en sus frecuentes viajes familiares. Desde Palencia convirtió esta capital de provincia, conocida por su tradición agrícola, en el epicentro de un grupo de proyectos con proyección global. Entre ellos destacan Radio Viajera, la productora Podcast2U, la aplicación de turismo sonoro OnWayPod y AsisVoz, empresa especializada en soluciones para altavoces inteligentes como Alexa o Google Home. Todas estas iniciativas se agrupan en Vocalis Group, consolidado en 2025.

Todo empezó en octubre de 2023 en Madrid. “Fue por una conversación entre Rubén Galgo, fundador de Brand Stocker, y yo”, recuerda Dómine con precisión. “Empezamos hablando de que era una industria en crecimiento que necesitaba estructura y una voz que aunara todo el sector, porque uno de los problemas del audio es su fragmentación y atomización: hay miles de creadores independientes, pero pocos mecanismos de cohesión”, asegura. Ese diagnóstico compartido con el productor Rubén Galgo, un veterano del branded content, encendió la mecha. Un grupo inicial de seis personas, incluidos expertos en derechos de autor y representantes de plataformas, se amplió a 14, con la paridad de género exigida por el Ministerio de Cultura para entidades culturales. Este equipo impulsor realizó más de 50 reuniones virtuales y presenciales, y consultó a más de 200 profesionales del sector.

La Academia se constituyó formalmente en diciembre de 2024 mediante escritura pública ante notario, pero no arrancó de verdad hasta junio de 2025, una vez superados los laberintos burocráticos del Registro Nacional de Asociaciones, que incluyeron revisiones exhaustivas de estatutos y avales económicos. “Ha sido un proceso larguísimo y duro”, confiesa Dómine con franqueza. “Dos años de trabajo recogiendo la opinión de mucha gente. Han participado los equipos jurídicos de Atresmedia, Prisa Radio, Spotify España, Podimo o Audible. Ha habido altibajos: unos defendían un modelo más corporativo, otros uno más inclusivo para creadores independientes”. Al final, se elaboraron estatutos inspirados en academias exitosas como la British Podcast Awards, la Deutsche Hörbuchpreis o la Audio Publishers Association estadounidense. “Hemos estudiado sus aspectos positivos, como los premios anuales que visibilizan talento; negativos, como la burocracia excesiva, y aquellos que no encajaban en el sector español, como ciertos requisitos de facturación mínima, y hemos avanzado con un modelo adaptado a nuestra realidad lingüística y cultural”.

La Academia abarca toda la cadena de valor, desde plataformas de streaming hasta productoras independientes, editoriales especializadas en audiolibros, medios tradicionales que incorporan podcasts, creadores individuales con trayectoria demostrable, académicos de universidades como la Complutense o la Pompeu Fabra, y técnicos de sonido. “La idea es actuar como interlocutor único de toda la industria ante instituciones y sociedad”, explica Dómine. “Defendiendo intereses comunes, visibilizando el valor cultural del producto y profesionalizando el sector mediante certificaciones”.

Aunque lo cierto es que no inventan la rueda. La industria del cine tiene su Academia desde 1927, la de la televisión desde 1946. “Queremos que el audio, que ha demostrado talento y creatividad pero está desarticulado, tenga una articulación, una voz representativa y un respaldo institucional que facilite acceso a fondos europeos como Creative Europe”.

Los objetivos son ambiciosos y concretos: impulsar el crecimiento sostenible mediante estudios de mercado anuales, representar intereses ante instituciones públicas y privadas, fomentar innovación y empleo, establecer estándares de calidad técnica y narrativa, regular derechos y modelos de comercialización para evitar la precariedad, y ofrecer formación continua a través de másteres y talleres. Uno prioritario: “Declarar el audio como producto cultural por parte del Ministerio de Cultura. Ese es el objetivo más cercano. Llevar el audio al mismo nivel que el cine o el teatro”, reconoce Ricardo a Ical. “Creemos que ya tiene entidad suficiente para ese reconocimiento -con más de 15 millones de oyentes mensuales en España según el último EGM-, lo que nos aportaría mucho valor: acceso a subvenciones, deducciones fiscales y presencia en ferias internacionales como Frankfurt o Guadalajara”.

Este mes de noviembre de 2025 se firmará una carta fundacional. “Esperamos que la firmen más de 150 instituciones, empresas y profesionales que ya han mostrado interés por escrito”, avanza Dómine. La entidad será profesional desde el día uno. “Tendrá un director ejecutivo, un equipo de comunicación y administrativos; no dependerá de mi tiempo libre como presidente”. Publicará un Libro Blanco con líneas estratégicas para los próximos cinco años, un informe anual económico que analice facturación y empleo, y una bolsa de empleo exclusiva para miembros. Pero no es un club abierto a todos. “No todo el mundo puede pertenecer simplemente por tener un podcast. El audio es audiolibro y podcast al 50 por ciento. Puedes grabar en casa y no está mal, pero si eres profesional, tienes que demostrarlo”.

“El audio tiene una voz común”, sentencia Dómine. “Somos una industria cultural con alto impacto y merecemos reconocimiento y apoyo institucional. Cuanto más seamos, más fuerte será nuestra voz”. Sobre financiación, señala tres vías principales: cuotas de socios escalonadas según tamaño, apoyo institucional mediante subvenciones del Ministerio de Cultura o el INAEM, y eventos o cursos de formación organizados por la Academia.

Su historia personal es la de un salto al vacío con red de seguridad familiar. Nacido en Cáceres en 1977, llegó a Palencia en 2001 por un traslado bancario inesperado. “Me mandaron a trabajar aquí a un banco y la verdad es que no había venido nunca”, reconoce con humor. Tras pasar por varias entidades y cinco años yendo y viniendo entre Palencia y Valladolid, la crisis de 2017 le obligó a elegir. “Tenía ofertas para irme a Madrid o quedarme definitivamente en Palencia, y decidí quedarme. Mi hija es palentina de nacimiento y la familia estaba a gusto aquí: la calidad de vida, la seguridad, el tamaño humano de la ciudad. Somos palentinos muy convencidos; yo hago ‘palentinismo’ allá por donde voy”.

El germen del audio estaba en los viajes familiares. “Me gustaba mucho viajar desde joven. En 2014 o 2015, íbamos en coche a Úbeda con mi mujer y mi hija y pensé: ‘Voy a poner un podcast sobre Úbeda para el camino’. Busqué y no existía nada profesional. Dije: ‘Esto hay que inventarlo’”. En 2017 decidió arriesgar: podía seguir en banca, con ofertas en Madrid, o montar algo propio. “Contacté con varios bloggers de viajes -los influencers de entonces- y lancé Radio Viajera. Propuse la producción de audio profesional y ellos los destinos y las experiencias. Empezamos con 30 podcasts semanales y radio 24 horas en streaming”, y funcionó desde el primer mes. Hoy suman más de 300.000 oyentes anuales únicos, con episodios descargados en 40 países. “No usamos IA: todo con personas que han estado en el destino, con guion, locución y música original”.

Después vino Podcast2U en 2018, con ficción sonora y podcasts para clientes corporativos como farmacéuticas, bancos y el Mobile World Congress, donde llevan cinco años produciendo audios inmersivos para stands. Luego OnWayPod en 2020, app de podcasts geolocalizados: “Te mueves por una ciudad o ruta y saltan audios de lo que ves, como el Spotify de los viajes pero con realidad aumentada sonora”. Y AsisVoz en 2022, para altavoces inteligentes: skills personalizadas para marcas. En 2025, Vocalis Group los une bajo un mismo techo palentino.

Sobre la supuesta burbuja del podcast, Dómine desmonta mitos con datos. “No hay burbuja. El podcast no está monetizado como el vídeo; Spotify no paga por reproducción como YouTube, solo por suscripciones Premium. El problema es la ‘masificación de contenido muerto’: las plataformas no filtran y muestran material obsoleto de hace 15 años que contamina las recomendaciones”.

Ricardo tiene claro el consejo para quienes quieran empezar de cero en podcasting. “Hay mucho talento creativo, pero poca visión económica. Todo lo que hagas debe ir enfocado a vender desde el día uno. No regales tu trabajo en plataformas gratuitas sin estrategia. Si quieres ser profesional, combina creatividad y negocio: define tu nicho, tu modelo de ingresos y tu métrica de éxito. Si no, será un hobby caro”.

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