El nuevo Papa, con la cruz pectoral en la que se encuentra la reliquia del martir palentino Anselmo Polanco.

El nuevo Papa apareció en el balcón del Vaticano con una reliquia de Anselmo Polanco, natural de Buenavista de Valdavia, que fuera obispo de Teruel asesinado en la Guerra Civil y beatificado en 1995 por Juan Pablo II

Hace apenas unos días que León XIV fue proclamado Papa y ya se van conociendo diferentes detalles sobre su personalidad, pero también curiosidades que rodearon a su elección y presentación ante los cristianos desde el Balcón del Vaticano.

Aquel día, se recordaba que Rober Prevost, había visitado años antes Palencia. Fue en la ordenación episcopal del agustino, como él, Manuel Herrero.

El nuevo papa en Palencia. / Obispado de Palencia

Pero es que su relación con Palencia viene de antes. Al menos su relación con un palentino. Tan cercana, tan cerrada, que ya con la sotana blanca salió al balcón del Vaticano a presentarse con la reliquia de un mártir palentino. De Anselmo Polanco, natural de Buenavista de Valdavia y que mientras ejercía su episcopado en Teruel, fue asesinado por soldados del ejército republicano.

La Cruz Pectoral que León XIV llevaba en ese momento, contiene reliquias de santos y figuras veneradas en la Orden de los Agustinos. Desde el propio San Agustín y su madre, a las de dos obispos españoles, entre ellas, una reliquia del Beato Obispo Polanco, quien fue obispo de la diócesis turolense desde 1935 hasta su martirio en 1939. El otro era el obispo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia en los siglos XV y XVI.

La Cruz.

La Cruz, tal y como explica la Diócesis de Teruel y Albarracín, fue un obsequio del Padre Josef Sciberras, Postulador General de la Orden de los Agustinos, entregado al entonces cardenal Robert Prevost en ocasión de su nombramiento como cardenal por el Papa Francisco, el 30 de septiembre de 2023. La elección de reliquias para esta pieza fue cuidadosamente realizada por el postulador, quien seleccionó fragmentos de santos que representan valores como fidelidad, reforma, servicio y martirio en la tradición agustiniana.

El Vicario General de la diócesis de Teruel y Albarracín, don Alfonso Belenguer, confirma que se envió a los Agustinos una reliquia de una costilla del Beato Polanco, «la más cercana al corazón», como símbolo de su martirio y fidelidad.

A la derecha de la foto, se puede ver el espacio dedicado a Anselmo Polanco.

En cuanto a la historia de Anselmo Polanco, que llegó a ser llevada al cine en el año 1951 bajo el título Cerca del Cielo, nació en la localidad palentina de Buenavista de Valdavia en 1881. Como publica la Real Academia de la Historia, “se incorporó a la Orden Agustiniana el 1 de agosto de 1896 al recibir de su tío fray Sabas Fontecha la cogulla en Valladolid. Concluida la carrera eclesiástica en 1905, fue destinado a Alemania para que aprendiera el idioma y se graduara, pero al cabo de un año los superiores lo llamaron para que se dedicara a las ciencias sagradas en España.

Anselmo Polanco, en los Agustinos de Valladolid.

Fue en Manila, en julio de 1932, donde se celebraron los comicios en los que salió elegido prior provincial (1932-1935), que abrió con una circular en la que invitaba al exacto cumplimiento de la legislación canónica y constitucional para afrontar aquellos tiempos difíciles, en los que debía velar por más de seiscientos religiosos presentes en Asia, Hispanoamérica y Europa.

Una de sus primeras decisiones fue trasladar la residencia de Manila a Madrid porque así lo exigían los intereses generales de la provincia y también la mayor facilidad de comunicación y de gobierno.

Ejerció como obispo turolense desde 1935 hasta enero de 1938 cuando fue hecho prisionero por el Ejército republicano en la conquista de Teruel.

Posicionado claramente del lado franquista, estuvo bajo custodia durante casi un año, siendo trasladado en varias ocasiones. En las últimas semanas de la contienda, en medio de la conquista franquista de Cataluña, Polanco fue fusilado por un pelotón militar junto a otros prisioneros ya en la provincia de Gerona. Según la entrada de la Real Academia de la Historia, “A las diez de la mañana del 7 de febrero de 1939 se entregaba los prisioneros al comandante Pedro Díaz y a un pelotón de la famosa brigada Líster. Todos sus biógrafos coinciden en afirmar que fue hacia las dos de la tarde en el barranco de Can Tretze, un paraje silvestre, a izquierda de la carretera, que desde Pont de Molíns conduce al pueblo de Las Escaulas. Diez días más tarde un pastor encontró la fosa: la cabeza del obispo había sido atravesada por una bala y su cuerpo apareció algo quemado —pues se les roció de gasolina y se les prendió fuego—, pero íntegro. Sus restos fueron trasladados a la Catedral de Teruel el 5 de marzo y depositados en la capilla de Santa Emerenciana, patrona de la ciudad”.

Por ello es uno de los obispos asesinados durante la Guerra Civil. Tiene la consideración de mártir y beato por la Iglesia Católica.

El 2 de julio de 1994, el papa Juan Pablo II declaró mártir a fray Anselmo Polanco, siendo beatificado el 1 de octubre de 1995.

Ahora, vuelve a la actualidad por su presencia junto al nuevo papa en el balcón de San Pedro.

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