Los móviles ‘tocan a huebra’ por el incendio, aparentemente ya controlado, en la falda del Espigüete

Vecinos abriendo un cortafuego alrededor de una de la localidades. / Ayuntamiento de Velilla del Río Carrión

Centenares de personas acuden a colaborar en las labores de protección de las localidades de Cardaño de Abajo, Camporredondo y Otero de Guardo frente al incendio nacido en Boca de Huérgano

Hubo un tiempo en el que las campanas eran la forma de alertar a la población de que el fuego venía, que tenían que ponerse todos a una para evitar que las llamas se llevaran todo lo que poseían cuando no alguna vida. Toque de incendio o rebato se definía. Un toque frenético de la campana. Cuanto más rápido, mayor era el peligro. Muy cerca de ese frenesí estaba el toque a huebra por el que se convocaba a los vecinos a realizar un trabajo para el bien común. Arreglar un camino, adecentar el manantial, limpiar unos pastos…

Ahora, que los peligros se avisan por medio del Es Alert y que los grupos de whatsapp y las redes sociales permiten que el toque de huebra se oiga más allá de donde llega el sonido, la Montaña Palentina ha demostrado que el espíritu de colaboración y de autodefensa, aunque enterrado muchas veces, sigue vivo y se pone en marcha como la UME cuando es necesario.

Si ya se había visto en los días previos con los incendios del Alto Pisuerga (IF Resoba) y Guardo (IF Canalejas) y eso que las condiciones no eran las más propicias para los ‘civiles’, los vecinos de las localidades amenazadas por el incendio de Boca de Huérgano, que ahora se ha renombrado en la vertiente palentina como de Cardaño de Arriba, han respondido a la llamada a huebra, a rebato, para defender localidades como Camporredondo, Cardaño de Abajo u Otero de Guardo.

Centenares de personas, el Ayuntamiento de Velilla las cifra en cerca de 300, llegadas desde no solo el propio municipio de Velilla, sino de pueblos vecinos y otras provincias, Burgos, León, País Vasco, Burgos, Valladolid, Girona… han colaborado en la limpieza de las zonas cercanas a los cascos urbanos. Desbrozando, retirando árboles y ramas que pudieran propagar las llamas si finalmente bajaban montaña abajo. Abriendo pequeños cortafuegos con sus propios medios y herramientas. Y asistidos por el Ayuntamiento de Velilla con avituallamiento, «aunque cuando hemos llegado, ya le habían dado vida a algún jamón», cuenta Gonzalo Ibáñez, alcalde velillense, quien destaca el brío y el trabajo de los voluntarios que han ido perimetrando cada una de las localidades en posible peligro.

 

«Son unos 8 o 10 metros de limpia alrededor de los pueblos». Una superficie que antes estaba repleta de escobas y de maleza y que serviría para dar cobertura a los que luchan contra el fuego cara a cara. Ofreciendo un parapeto, una última línea de combate con algo de ventaja, por si venían mal dadas desde las faldas del Espigüete, y los pueblos tenían que defenderse como bastiones en un asedio.

Sin embargo, la situación se ha mantenido y, aunque el incendio se mantiene en nivel 2 (como el de Barniedo de la Reina -Boca de Huérgano- del que se ha desgajado), parece controlado gracias a los trabajos del operativo que ha contado hoy con cinco cuadrillas terrestres, dos helitransportadas, ocho técnicos y agentes medioambientales, un  buldócer y tres helicópteros, «dos de ellos holandeses», aclara Ibáñez, «que han estado refrescando y apagando fuegos. Cargaban en el pantano y hacían descargas arriba cada cinco minutos», calculaba.

Un helicóptero Chinook colabora en las labores de extinción de los fuegos en los incendios de Boca de Huérgano y Cardaño de Arriba. / Peio García

Todo ello, así como el trabajo de la UME en la vertiente leonesa de Valverde, ha permitido mantener controlados los focos palentinos dándoles por apagados en algunas zonas, si bien se mantiene la precaución por si las rachas de viento vuelven a avivar algunos rescoldos.

Zona de Mazobre, donde se puede apreciar la superficie quemada. / Ayuntamiento de Velilla del Río Carrión

Esa precaución es la que mantiene a los vecinos de Cardaño de Arriba realojados en establecimientos hosteleros de Camporredondo. Todo a la espera de que la lluvia fina que esta mañana cayó en la zona alta, se reproduzca en toda la comarca para dar por apagado un fuego que lame la zona baja del Espigüete.

2 respuestas

  1. He visto numerosas fotos aéreas de las zonas incendiadas. Me sorprende la falta casi absoluta de cortafuegos. Los cortafuegos afean el paisaje pero salvan vidas y bienes. Claro que cuando el frente del asunto está una política que dice ser abogada en lugar de un ingeniero agrónomo, perito forestal o similar……

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