Mañueco hizo esta apreciación durante tras su reunión con la rectora de la Universidad de León, Nuria González Álvarez, para avanzar en la implantación del Grado de Medicina el curso que viene, como recoge Ical
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, mostró hoy su “máximo respeto” ante el anuncio de dimisión de Carlos Mazón al frente del Gobierno de la Comunidad Valenciana.
Cabe recordar que el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, anunció este lunes su dimisión tras hacer “balance” de su situación “personal” y para quitarle al Gobierno de Pedro Sánchez “la excusa perfecta para ocultar la asunción de responsabilidades” en la dana del 29 de octubre. Mazón rechazó convocar elecciones anticipadas y apeló a la “responsabilidad” de Vox para consensuar con el PP a su sucesor, al tiempo que pidió a los valencianos que distingan entre “un hombre que se ha equivocado y la mala persona” que es, en su opinión, Sánchez.
“Ya no puedo más”, concluyó en una declaración institucional “meditada” y convocada a las 9.00 horas en el Palau de la Generalitat para dar cuenta del resultado de su “reflexión” tras el funeral de Estado en memoria de las víctimas de la dana, donde fue increpado por varios familiares al grito de “asesino”.
El discurso se prolongó unos 20 minutos en los que relató unos últimos días “desgarradores” y “crueles”, y combinó su defensa personal con ataques al Gobierno central. Sin embargo, no concretó si dejará su escaño como diputado en Les Corts ni cuándo se hará efectiva su dimisión, un paso esencial para iniciar su sucesión, aunque sí señaló que, “por voluntad personal, habría dimitido hace tiempo”.
Mazón enumeró los cuatro “errores” que, en su opinión, cometió hace un año. Los tres primeros están centrados en Sánchez y se habrían producido tras la tragedia: “permitir que se generaran toda clase de bulos muy dolorosos por no dar explicaciones a tiempo”, no pedir la declaración de la emergencia nacional y su “ingenuidad manifiesta de creer que, por recibir de forma amable al Gobierno los primeros días, la ayuda se iba a acelerar”.
El cuarto y último, que sí dependía directamente de él y fue previo al temporal, fue “mantener la agenda de ese día” y comer con la periodista Maribel Vilaplana hasta pasadas las 18.30 horas, cuando decenas de municipios ya estaban inundados, informa Servimedia.
“Yo debía haber tenido la visión política de cancelar mi agenda y desplazarme hacia allí. Con ello cometí otro error: permitir que se instalara en el imaginario social la idea de un presidente ajeno a la emergencia durante aquella fatídica tarde”, dijo entre excusas por la falta de información disponible.
“He pedido perdón y hoy lo vuelvo a repetir, pero ninguno de estos errores fue por cálculo político o por mala fe”, incidió.
Campaña de odio
Mazón dedicó la parte troncal de su discurso a denunciar una campaña de odio “brutal” orquestada por el Gobierno de Sánchez, al que acusó de “aprovechar la muerte y la tragedia para hacer política”.
El presidente valenciano se presentó como una víctima del Gobierno y aseguró que “el ruido que hay alrededor” de su persona es “la excusa perfecta para ocultar la asunción de responsabilidades” del Ejecutivo de Pedro Sánchez tanto por “la información errónea que trasladaron el 29 de octubre”, como por “el retraso de la ayuda” o “la pésima labor de reconstrucción que está llevando a cabo”.
“Yo, sin embargo, no voy a llamarles asesinos por errar en sus predicciones”, apostilló Mazón antes de subrayar que “las víctimas tienen todo el derecho a expresarse como consideren”.
Mazón señaló que “la recuperación” de Valencia “requiere de una fuerza especial” ya que no tiene ni él ni su familia, y pasó el testigo a quien pueda darle a la reconstrucción “el impulso que merece” el pueblo valenciano.
Apela a Vox
“Alguien que, con la mayoría que claramente votaron los valencianos, complete y consolide este nuevo tiempo que necesita la Generalitat. Que demuestre que el Gobierno ya no tiene excusas para poder seguir arrastrando los pies, que ya no hay campaña de odio ni señalamiento para nadie que justifique abandonar y despreciar a toda una tierra”, dijo.
De este modo, apeló a PP y Vox, la “mayoría parlamentaria viva, vigente y en marcha”, para elegir un nuevo presidente de la Generalitat Valenciana y continuar con la reconstrucción.
“Les puedo asegurar que, por voluntad personal, habría dimitido hace tiempo; ha habido momentos insoportables para mí y sobre todo para mi familia. Pero ya no puedo más. Sé que el futuro presidente será capaz de continuar con la reconstrucción y quizá precisamente mi marcha haga que se enfoque esta tragedia con la objetividad que requiere”, dijo.
Mazón se despidió pidiendo “una última reflexión” sobre la labor del Gobierno, que “ha negado herramientas en la reconstrucción solo para dañar políticamente” al PP y “ha querido usar a las víctimas como ariete”.
Sánchez, “mala persona”
Por ello, espera que, “cuando baje un poco el ruido la sociedad pueda distinguir entre un hombre que se ha equivocado y una mala persona”, en alusión a Sánchez.
“Ha sido un honor servir a mi tierra como presidente de la Generalitat. Muchas gracias a todos los que me han ayudado a hacerlo realidad”, concluyó Mazón, que no aclaró cuándo dejará su cargo.
Lo que sí desveló es que llamó a primera hora de la mañana al rey Felipe VI para comunicarle su decisión, y agradeció al jefe del Estado su “lealtad”, su “grandeza” y su “apoyo” a la Comunidad Valenciana.
Futuro político
La dimisión de Mazón deja el futuro político de la Comunidad Valenciana en el aire. La vía más sencilla para el PP es ir a elecciones anticipadas en Navidades o justo después, pero el PP se arriesgaría a jugarse la Generalitat Valenciana, uno de sus principales bastiones, con una izquierda movilizada cuando se cumple un año de la tragedia.
La otra alternativa es consensuar con Vox un candidato para agotar la legislatura, el camino que ha señalado Mazón. El nombre que suena con más fuerza es el del portavoz del PP en Les Corts, Juanfran Pérez Llorca, que tiene buena relación con el partido de Santiago Abascal.
Génova siempre se ha inclinado por la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, pero es una operación más arriesgada dado que ella no cuenta con el beneplácito de Vox y afectaría al transcurso político del tercer ayuntamiento más grande de España y la diputación provincial.


