Comenzamos un nuevo año y con ello elaboramos una lista de nuevos propósitos. Desde Cielo Animal deseamos que uno de los propósitos de la sociedad sea el respeto hacia nuestros peludos. Podríamos decir que casi el 100% de las tradiciones de nuestro amado país lleva consigo un espectáculo de pirotecnia, pero somos incapaces de ver el dolor que supone para otros, como los peludos o personas que padecen Trastornos de Espectro Autista (TEA).

Cuando estalla un simple petardo como consecuencia, por ejemplo, de una trastada juvenil el ruido que produce genera en nuestros peludos un estado de terror que no son capaces de racionalizar y puede llevar a graves problemas de salud llegando a ser letal. Debemos ser conscientes que nuestros amigos de cuatro patas captan los sonidos tres veces más fuertes que nosotros.

Los síntomas pueden ser muchos y muy variados como: terror, estrés, náuseas, dificultad para respirar, hipersalivación, temblores, jadeos, palpitaciones, taquicardias, ataques de ansiedad, infartos, afectación del sistema inmunitario y, en caso de estar enfermos, el empeoramiento de la enfermedad. Puede producirles afectaciones en el tímpano, perturbando su capacidad auditiva. Si se produce fuera del hogar puede conllevar que el animal ante la situación huya hacia el hogar que siente como seguro, lo que puede producir atropellos o accidentes en la vía pública.

En España se producen todos los años la muerte de muchos peludos por culpa de la pirotecnia y en muchos otros casos quedan con graves secuelas.

Algunos consejos para intentar mitigar el malestar en nuestros peludos son estar en el hogar con ventanas cerradas, persianas bajadas y tener música o televisión con volúmen alto para camuflar el ruido de las explosiones. En todo momento deben estar acompañados para que se sientan más seguros y tranquilos.

¿Realmente merece la pena que otro ser sufra tanto por unos minutos de diversión? En una sociedad de avance no somos capaces de buscar otras alternativas menos agresivas como la pirotecnia silenciosa.

Quizás a la lista de propósitos para este nuevo año deberíamos incluir la empatía. EMPATÍA con el sufrimiento de los peludos y con todas las familias que pueden perder a uno de sus miembros por un espectáculo.

Sandra Paramio
Cielo Animal

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