La Junta iniciará una campaña en las cabeceras de los ríos de la Montaña Palentina para reducir la población de esta especie invasora
Sus pieles eran y son apreciadas pero no sus efectos en la naturaleza. Al menos cuando son totalmente libres. Los visones americanos atentan contra especies oriundas del territorio y por eso se le va a tratar de poner coto en la provincia de Palencia, así como en León y en Ávila.
La Fundación de Patrimonio Natural tiene previsto llevar a cabo una campaña de trampeo que en la provincia de Palencia se circunscribirá a las cabeceras de los ríos del norte de la provincia.
“El visón americano es un mustélido de pequeño tamaño oriundo de Norteamérica que, desde el siglo pasado, se ha expandido por Europa y España a partir de escapes o sueltas intencionadas ilegales. Su origen son granjas de cría en cautividad existentes para el comercio peletero. Este escape ha supuesto su asilvestramiento en el medio natural, al ser una especie muy adaptable. Asimismo, presenta una alta capacidad de dispersión y colonización, de manera que actualmente está presente en gran parte de la mitad norte de la Península. Supresencia afecta negativamente a un elevado número de especies autóctonas, algunas de ellas amenazadas, comoel visón europeo (Mustela lutreola) o el desmán ibérico (Galemys pyrenaicus)”, explica la Fundación, y por ello prevé realizar actuaciones de control de las poblaciones de visón americano este año y el que viene.

Los trabajos consistirán en la realización de control de las poblaciones de visón americano en el área de influencia de las poblaciones de desmán ibérico, ámbito que queda circunscrito al norte de las provincias de Palencia y León y al sur y suroeste de la provincia de Ávila.
Para ello se realizarán campañas de trampeo con los que sacar de circulación a los visones. Pero antes de colocar las trampas, se deberá certificar la presencia o no de estos animales colonizadores en las zonas con plataformas colocadas a un kilómetro de distancia cada una. Una vez se certifique la presencia de este mustélido, se colocarán las trampas en aquellas plataformas en las que hayan aparecido huellas de visón americano, así como en la anterior y la posterior a las mismas.
Esas trampas se revisaran todas las mañanas y en el caso de que haya en su interior algún visón americano “se procederá a extraer la trampa minimizando el contacto, tanto visual como físico, con el animal. A continuación, se procederá al sacrificio del ejemplar bien in situ o bien mediante traslado del ejemplar al lugar indicado por los respectivos Servicios Territoriales de Medio Ambiente. En todo caso se procederá al sacrificio de los ejemplares capturados mediante métodos autorizados no cruentos. Si se realizase la captura de alguna especie diferente, se procederá a la apertura de la trampilla de la jaula y a la liberación del ejemplar en el mismo lugar de la captura.
Puntos de control.
En el caso de Palencia, estas actividades de control de la población se ejecutarán en la cuenca del Pisuerga, “preferentemente en las zonas donde residen los principales núcleos de desmán de la provincia de Palencia, esto es las cabeceras del Carrión y Pisuerga, ríos en los que se ha detectado presencia de visón americano y en los que se abarcarían zonas de reproducción, refugios estivales y zonas de presencia habitual”.
En concreto en las cuencas de los ríos Areños (2,5 hectáreas); Camesa (43 hectáreas) Carrión (77 hectáreas); Castillería (-Río Castillería, Arroyo de Herreruela y Arroyo de Verdeña- en 14,5 hectáreas); Lebanza (5,5 hectáreas); Lores (-Río Lores, Arroyo de Gerino y Arroyo de Rilores- en 8,5 hectáreas) Pisuerga 42,5 hectáreas, Resoba 3,5 hectáreas y Rivera (33 hectáreas).
El coste de esta campaña para las tres provincias (Palencia, León y Ávila) es de 75.818,91 euros, iva incluido.
Sólo en el año 2019, en el entorno de la Laguna de la Nava, se capturó una veintena de ejemplares de esta especie, a la que Medio Ambiente considera “imposible erradicar” por lo que los esfuerzos como el que se llevará en el norte de la provincia tratarán de frenarlo. En La Nava, la lucha comenzó hace casi 20 años.








