Una treintena de valientes cumple con la tradición ya instaurada desde hace tres lustros de celebrar la Navidad con un chapuzón en la Dársena de Palencia, este año a beneficio de la lucha contra el Síndrome de Fires
Unos 3 o 4 grados en el ambiente. Parecido en las poco luminosas aguas de la Dársena del Canal de Castilla y Palencia. A pocos de los presentes hoy desde las 12 horas en los entornos del Museo del Agua se les ocurría ir sin abrigo o sin gorro. Pero otros, una treintena, llevaban poco más que un gorro, un traje de neopreno y los más valientes, un bañador mondo y lirondo.
Eran los participantes del XV Chapuzón Solidario de Palencia que, sin remilgos, se lanzaron al Canal ante la mirada helada de quienes desde el embarcadero seguían esta tradición deportiva, que, como señaló el padrino de este año de la cita deportiva, Alberto Moreno, «junto a la San Silvestre son los referentes deportivos de la Navidad en Palencia».
A su toque de silbato, los participantes se lanzaron al agua para encarar los alrededor de 120 metros (el equivalente a casi cinco piscinas climatizadas con su agua calentita) que separan la zona de salida, junto a los aliviaderos de la dársena, de la zona de llegada al otro lado del Museo del Agua.
Un minuto y medio para los más veloces, algo más de cinco minutos para el último nadador en llegar a la meta: el ultrafondista David Ontaneda, que se estrenaba este año lanzándose al Canal.
A la llegada de los participantes podía observarse la acción del agua fría en sus cuerpos. La más clara, los cercos de tono normal en sus ojo protegidos por gafas de buceo frente al enrojecimiento del resto del cuerpo expuesto al agua.
Por el camino, y listos por si había que intervenir, miembros del OCA SOS y de Skull Diving Team, entidades organizadoras junto al Ayuntamiento de Palencia, integrantes de ambos clubes equipados con trajes especiales para mantenerse en el agua por si había que rescatar a algún participante, ayudados por piraguas del club de piragüismo.
Desde las 12 horas, en la zona se vendieron papeletas para varias rifas, e incluso una puja, con una camiseta del Real Madrid de Baloncesto, con el fin de que la recaudación acabe siendo destinada a la Asociación Síndrome de Fires, en apoyo a un niño de Palencia afectado por esta enfermedad. La propuesta llegó a través de una familia cercana, y la organización decidió mantener su línea de colaboración con asociaciones pequeñas y de ámbito local.
La previa a la comida navideña, acabó con una chocolatada de contraste con el agua del Canal. Calentita.


























































