La empresa Reciclajes Roca, con 13 años en el sector, está especializada en el reciclaje de metales y residuos peligrosos, y ofrece servicios de recogida y desmontaje, asegurando trazabilidad y compromiso ambiental
En el complejo mundo del reciclaje, donde la normativa es cada vez más estricta, las empresas con arraigo y valores buscan su hueco. Es el caso de Reciclajes Roca, una empresa que, tras 13 años de trayectoria, está viviendo ahora un proceso de renovación para ofrecer así un excelente servicio.
La historia de la empresa comenzó de la mano de Luis S. Rodríguez junto a Carlos,y tras la jubilación de este último, entró a formar parte del negocio Luis, hijo del fundador. “Mi hijo ya conocía el negocio porque venía alguna vez, le gustaba e interesaba, y como también es joven y es emprendedor, decidió venir conmigo a intentar impulsar la empresa”.
Esta incorporación generacional ha supuesto una inyección de nuevas energías. “Yo tengo tal vez más experiencia en el sector, pero él tiene otras muy buenas ideas”, explica Luis. Su filosofía permanece clara, buscar “una forma de trabajar seria, dando buen servicio, y poco a poco intentar ir a más”.
Compromiso con la trazabilidad y el medio ambiente
Reciclajes Roca es una empresa de reciclaje especializada en dos materiales principalmente. Por un lado, los metales y por otro, los residuos peligrosos, entre los que destacan las baterías de coches, porque “llevan un ácido y tienen otro tipo de tratamiento”, señalan. Este control es bastante estricto, con inspecciones tanto del SEPRONA como de la Junta de Castilla y León.
Un servicio completo y cercano
Su modelo de trabajo es mixto. Reciben a autónomos, particulares y empresas que acuden a sus instalaciones a vender material, pero también ofrecen un servicio de recogida activa. “Hay muchas empresas donde vamos nosotros a recoger, también damos ese servicio, que es muy importante”. Esto además se extiende a tareas de desmontaje porque “si hay que desmontar un local que van a cerrar y no tienen quien se lo haga, nosotros vamos y lo desmontamos”, siempre centrándose en el material metálico.
Proceso de reciclaje
El proceso que sigue el material una vez llega a la planta es minucioso. Tras la recepción y pesaje se procede a una compensación económica basada en los precios del mercado. Luego, comienza la fase crucial de selección y limpieza. “Clasificamos el acero por un lado, la chatarra, que es hierro, por otro lado, y las baterías se almacenan en contenedores especiales para que no haya ninguna fuga de líquidos”, explican padre e hijo. Finalmente, todo el material clasificado se envía “a otras empresas más fuertes para dar una segunda vida al material”.
Un nicho importante para ellos son los productores medianos, como los talleres mecánicos. “Los talleres generan mucho residuo, tanto de baterías como de chatarra”. Para ellos, Reciclajes Roca no solo ofrece recogida, sino también la certificación necesaria para garantizar la trazabilidad, la cual empieza desde el punto que se cambia una pieza de un vehículo hasta que llega a una fundición”.
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