Cofrades de San Isidro en Dueñas procesionan al santo. / ICAL

ASAJA reclama medidas para atajar la pérdida de rentabilidad del cereal

El campo conmemora mañana 15 de mayo su patrón, San Isidro Labrador, jornada en la que en capitales y pueblos de las diferentes provincias se ofician misas y procesiones en honor al Santo, con las oportunas rogativas para lograr que la cosecha, bien planteada, llegue a buen puerto.

Cuando los embalses del Duero superan el 92% de su capacidad y los pastos y forrajes están garantizados, esta campaña no es el agua lo que preocupa al sector.

La ‘piscina infinita’ con vistas a la Montaña Palentina

Por el contrario, ASAJA pide al Patrón “que eche el freno unos pocos días a las nubes, para que los agricultores podamos completar las siembras de primavera, girasol en secano y cultivos de regadío como patatas, remolacha y maíz, porque en muchas fincas todavía no se ha podido entrar por el agua”, señala Donaciano Dujo, presidente de la organización profesional agraria en Castilla y León. Este retraso puede repercutir también en menores producciones en los cultivos de regadío, puesto que se acortan los ciclos más de lo deseable.

En cuanto a la cosecha de cereal, las previsiones actuales -con todas las reservas, puesto que falta al menos mes y medio para comenzar una cosecha que viene algo atrasada, según se confirma en los mapas agroclimáticos de ITACYL apuntarían en general a una cosecha buena, algo por encima de la media de la última década. No obstante, el mes de mayo mantiene como siempre sus riesgos, o bien por altas temperaturas o por las plagas (insectos y hongos) que cada vez hacen más daño y están más extendidas. También preocupan granizos o lluvias fuertes que provoquen encamados o daños en las espigas. De hecho, esta posibilidad está reforzando estos días la campaña de aseguramiento, ya que muchos agricultores están suscribiendo seguros frente al pedrisco y módulos complementarios.

Rentabilidad para el cereal

La mayor preocupación del sector hoy son los mercados, que están golpeando de plano a los cereales, sometidos ya estos días a movimientos especulativos. En la falta de rentabilidad radica el principal problema que soporta el sector, y muy especialmente el cerealista. “Los costes por hectárea rondan los 800 euros, mientras que el precio de la tonelada de cereal está marcando estos días por debajo de los 200 euros, que ya es un umbral muy bajo. Si los agricultores no conseguimos producciones por encima de 4.000 kilos por hectárea, ni siquiera compensas los gastos”, denuncia Donaciano Dujo.

Una cosechadora recogiendo cereal en Villalobón. / Óscar Herrero

“Está claro que los grandes consumidores de cereal en España han preferido comprarlo importado en los puertos. Por eso nos preocupa tanto que se siga permitiendo la entrada de cereal de países terceros, como Ucrania, sin pedirles que cumplan los mismos requisitos que se nos exige a los europeos”, critica el presidente de ASAJA. A la vez, los costes de producción siguen inamovibles, o incluso al alza: “No puede ser que la Unión Europea ponga aranceles a los fertilizantes rusos y a la vez abra las fronteras a importaciones masivas de cereales. O sube el cereal, o baja el fertilizante, o tenemos ayudas directas que aligeren la factura de los fertilizantes”.

La reivindicación de medidas para paliar esa pérdida de rentabilidad centrará la labor de ASAJA en estos meses, junto a la demanda de una nueva PAC que dotada de un presupuesto fuerte, enfocada a los profesionales productores de alimentos y a la eliminación de la burocracia.

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