Sanidad también tiene unidades en funcionamiento en Ávila, Burgos, León, El Bierzo y Valladolid y prevé ponerlas en marcha en Salamanca, Zamora, Soria y Segovia
Palencia forma parte de la red de unidades de afrontamiento activo para el dolor crónico, un recurso pionero en el sistema público de salud que, desde su implantación, ha beneficiado ya a más de 6.000 pacientes en toda Castilla y León. Este modelo innovador, que evita el uso de medicamentos para centrarse en la educación en neurociencia, representa un cambio de paradigma en el manejo de esta patología.
El desarrollo y futuro de estas unidades, entre las que se incluye la de Palencia, se analizó recientemente en las II Jornadas de Trabajo celebradas en Valladolid, que reunieron a decenas de profesionales del sector. Un pilar fundamental de esta iniciativa, impulsada por la Consejería de Sanidad, es su enfoque biopsicosocial, diseñado para que el dolor deje de dominar la vida de las personas.
Este servicio, que en el conjunto de Sacyl emplea a 34 profesionales, se caracteriza por tratar a la persona en su globalidad y no solo su diagnóstico, fomentando que el paciente sea el agente activo de su propia recuperación. Se abandona así el modelo paternalista tradicional para empoderar a la persona en la toma de decisiones sobre su salud.
Los tratamientos, tanto individuales como grupales, son aplicados por equipos transdisciplinares de fisioterapeutas, médicos, enfermeras y psicólogos. Incorporan las herramientas más avaladas por la evidencia científica, como la educación en neurociencia del dolor, el ejercicio terapéutico, la psicoterapia, el mindfulness o la neuromodulación cerebral.
La unidad de Valladolid, la primera de España y germen de este proyecto, fue impulsada por los fisioterapeutas e investigadores Federico Montero Cuadrado y Miguel Ángel Galán. Como destacó Montero, su mayor ventaja es la ausencia de efectos secundarios, ya que “la parte activa del tratamiento es el propio paciente”, con el objetivo final de que el dolor desaparezca.
La apuesta de la Junta por extender este modelo innovador es clara. Además de las unidades ya operativas en Ávila, Burgos, León, El Bierzo, Palencia y Valladolid, se está tramitando su implantación en Salamanca, Zamora, Soria y Segovia.
La proyección internacional de este modelo made in Castilla y León será evidente el próximo octubre, cuando Valladolid acoja el II Congreso Internacional de Estrategias de Afrontamiento Activo para el Dolor, un evento que servirá para consolidar definitivamente este enfoque como un referente global.


