La ya ex portavoz del grupo municipal anuncia que estudia acudir a los tribunales para impugnar la decisión del Comité Ejecutivo Nacional
Sonia Lalanda ya no forma parte de VOX. Así lo decidió el Comité Ejecutivo Nacional del partido tras no prosperar el recurso de alzada que ella interpuso. Para aclarar este asunto y dar su versión, este martes, Lalanda ofreció una comparecencia pública acompañada por el otro concejal de VOX en el Ayuntamiento de Palencia Emilio Polo —también expedientado— y la secretaria del grupo municipal, Sandra González.
En su intervención, la ya ex portavoz de VOX en el Ayuntamiento defendió su trayectoria profesional y política, repasó sus años al frente del partido en Palencia y denunció lo que considera una “purga” por parte de la dirección nacional. “Yo no vivo de la política, no he vivido nunca. Creo que eso es importante destacarlo hoy en día, cuando hay tanta gente que es su máxima aspiración”, afirmó.
Críticas a la estructura interna del partido: «No les importan los ayuntamientos en absoluto, ni lo más mínimo”
Uno de los principales ejes de su discurso fue la crítica al funcionamiento interno de VOX. Lalanda denunció que el partido “no tiene órganos de debate ni de elaboración de proyectos”, y lamentó la “ausencia total de democracia interna”. “Doy fe, después de los seis años que llevo de concejal de VOX, de que jamás hemos recibido ninguna propuesta, ningún proyecto, nada”, aseguró.
También señaló que las propuestas para las elecciones municipales de 2023 fueron enviadas desde Madrid en forma de modelo único para todos los territorios, lo que calificó como una “barbaridad” y una “aberración”. “Nos mandaron un modelo tipo con propuestas desde Madrid para nuestros ayuntamientos. No les importan los ayuntamientos en absoluto, ni lo más mínimo”, dijo. Por ello, defendió haber elaborado un programa propio para Palencia, que es el que sigue defendiendo desde el consistorio.
En este sentido, reiteró que su expulsión tiene origen en sus discrepancias con la dirección nacional. “El principio de mi muerte civil en VOX empieza el día en que publiqué un tuit sobre Iván Espinosa de los Monteros tras abandonar su escaño. Escribí en Twitter (‘X’) que el partido tenía que hacer todo lo posible para recuperar a un activo como él porque ‘no da igual Juana que su hermana’. Me llamaron de Madrid dos veces ordenándome que lo quitara. Me negué, ejercía mi libertad de opinión y no pensaba borrarlo”.
Según Lalanda, esa vigilancia en redes sociales forma parte de un sistema de control permanente. “Es una especie de vieja del visillo que está detrás de todo lo que hacemos. No les importa el trabajo que desarrollamos en las instituciones, solo el control sobre lo que decimos para llevar a cabo la purga y quedarse con la gente más dócil”.
Denuncia de aislamiento interno y «caudillismo»
Durante su intervención, también describió una estructura jerárquica y aislada: “Todo se gestiona de manera vertical. No hay contacto entre responsables provinciales. Yo recuerdo, cuando era presidente provincial que propuse por qué no se hacía un grupo de whatsapp con los presidentes provinciales de Castilla y León, y me dijeron que estaba prohibido. La única manera de comunicarnos entre nosotros es acudir a la cúpula, a Madrid, y Madrid ya decide si nos comunicamos o no nos comunicamos».
Lalanda acusó a la dirección de haber implantado una manera determinada de entender el poder y de entender la política «con un caudillismo que lo estamos viendo a todos los niveles»: “No hay democracia interna. Y quien no acepta la democracia interna, difícilmente puede aceptar la democracia en general”, advirtió.
La ex portavoz del grupo municipal también centró parte de sus críticas en el procurador autonómico David Hierro, a quien acusó de haberla utilizado para ascender. “Pasó del paro a tener unas percepciones anuales superiores a 100.000 euros. Desde entonces, yo pasé a ser una persona a batir”, aseguró. Según su versión, Hierro la bloqueó por completo tras un desencuentro en noviembre de 2023, cuando ella le pidió que se interesara por una situación en el CAUPA.
También cuestionó la implicación de la cúpula nacional con Palencia y puso como ejemplo las visitas de Santiago Abascal a la ciudad. “Siempre me recordaron a la película Bienvenido Mr. Marshall”, ironizó. “Venía, soltaba el mitin, se metía en la furgoneta y se marchaba. Así es muy difícil construir un proyecto político”.
Lalanda tampoco ocultó su malestar con algunos gestos simbólicos del partido. “No les importa España. Eso de que, envueltos todo el día en la bandera… el diablo está en los detalles. Hemos visto cómo grupos de jóvenes apoyados, promovidos por Vox, son los que han rodeado la sede de Ferraz, con las banderas de España, recortado el escudo constitucional. A mí no me puede representar un partido, a ningún nivel, que recorte el escudo constitucional de la bandera”. También lamentó el “silencio atronador” del partido tras los discursos navideños del Rey.
Futuro incierto, pero con intención de seguir
En cuanto a su futuro inmediato, Sonia Lalanda reconoció que baraja tres opciones: irse a casa, permanecer como concejala no adscrita o acudir a los tribunales. “Voy a estudiar la posibilidad de ir al juzgado para plantear las medidas cautelares y, después, la correspondiente demanda”, avanzó.
Además, ha defendido su voluntad de continuar representando el programa con el que se presentó: «Yo no he venido a la política para pedir trabajo, yo no he venido a buscar aquí un modo de vida, he venido a aportar. Creo que la política es un servicio público y, por lo tanto, creo que debo seguir peleando por valores, por principios y por la decencia».





