Son alumnos de la escuela de adultos GUPA, dirigida por Pedro Arroyo, la mayoría de ellos jubilados, que cumplen por fin su ilusión por tocar un instrumento
A veces, uno vive toda la vida con un sueño por cumplir, como aprender a tocar un instrumento. La falta de tiempo suele interponerse, pero también una oferta formativa más centrada en niños y jóvenes en edad escolar en la mayoría de escuelas y academias de la ciudad. El profesor y musicólogo Pedro Arroyo, que imparte clases de acordeón en los centros de mayores de la ciudad, sabía que esa inquietud por aprender un instrumento tiene la fuerza suficiente como para que muchas personas logren cumplir su sueño cuando llega ese tiempo libre, durante la jubilación.
Así surgió la Escuela GUPA, de guitarra y Ukelele, con cerca de medio centenar de alumnos adultos, la inmensa mayoría mayores de 65 años, que aprenden a dominar la cuerda pulsada. Nuevos e ilusionados intérpretes que este fin de semana debutarán en un concierto de repertorio navideño, en la iglesia de San Miguel, mañana sábado a las 20:45 horas.

Desde su sede en la calle La Puebla número 16, este grupo de adultos se reúne un día a la semana no solo para aprender acordes y perfeccionar su técnica, sino sobre todo, para socializar. «Para mí es lo más importante», confirma el profesor, que ve en la música una potente herramienta para conseguir una buena calidad de vida: desde actividades de ocio y comidas de hermandad hasta este concierto navideño, que permite a los alumnos exponerse al reto de tocar ante sus amigos y familiares en un concierto. «Es importante que, cuando uno está aprendiendo a tocar un instrumento, comience pronto a hacerlo en público, ya que se aprende más durante una actuación en directo que en tres meses de práctica en clase», indica Pedro Arroyo.
Una treintena de estudiantes, la mayoría de ellos amigos entre sí, podrán hacerlo este sábado en San Miguel, ofreciendo un repertorio de guitarra y ukelele en ensemble, al que se suma un dúo de acordeones y numerosas sorpresas. «No puede faltar el villancico del Ea», indica, pero tampoco los villancicos tradicionales de nuestra tierra o de otros países o canciones de temática navideña de autores como Silvio Rodríguez. «Conseguir que toquen en público es muy importante. Es como si tienes chavales entrenando, pero tardas 3 años en permitirles jugar un partido. Se exponen a los nervios y a tener pequeños fallos que, en conjunto, no se notan. Pero el aprendizaje es muy importante», explica.
Un debut ante el público que, ante todo, será para muchos un sueño cumplido.




