La Cofradía del Santo Sepulcro decidió aplazar el inicio de la representación más icónica de la Pasión palentina, y acertó
Debía comenzar a las siete y media de la tarde, pero el viento y la lluvia intermitente auguraban una decepción para las miles de personas que cada Viernes Santo se congregan en la Plaza de la Inmaculada, a las puertas de la Catedral, para presenciar uno de los momentos más conmovedores e icónicos de la Semana Santa Palentina: la Función del Descendimiento y la procesión del Santo Entierro. Ya había sucedido por la mañana, cuando la Cofradía de Jesús de Nazareno se vio obligada a modificar la procesión de Los Pasos por el mal tiempo.
Pero el cielo dio una tregua y la Cofradía del Santo Sepulcro pudo llevar a cabo, con una hora de retraso, esa Función del Descendimiento en la que se baja de la Cruz al Cristo del Desenclavo (Miguel Ángel Rojo, 2003) y que este año contó también, tras la buena acogida del pasado año, con el canto del Miserere por parte de la Camerata Vocal Bella Desconocida.
Un momento emotivo al que siguió una procesión del Santo Entierro modificada y con menos pasos de los previstos. Se resguardaron de la lluvia las imágenes de N.P. Jesús Crucificado y N.M. Dolorosa (Alejo de Vahía, s. XV, y anónimo del s. XIX), la Santísima Virgen de la Piedad (Hermanos Martínez, 2004) y Nuestra Señora de la Soledad (anónimo, s. XVIII), mientras que procesionaron el Santísimo Cristo del Perdón (Miguel Ángel Rojo, 2003), el Santísimo Cristo de la Misericordia (Juan de Balmaseda, s. XVI).