El sindicato señala que la plantilla lleva “años perdiendo poder adquisitivo, mientras las cargas de trabajo aumentan y nuestras nóminas apenas crecen
No han sido pocos los medios de comunicación que, en las últimas horas, han subrayado las palabras de Luca de Meo, CEO de Renault, hace unos días en Barcelona. “Hoy, uno de mis obreros no se puede comprar un coche nuevo, ni un Dacia”. Noticia que se puede leer en el generalista La Vanguardia, o en los especializados Híbridos y Eléctricos, o Autobild , por ejemplo.
Durante el debate ‘El reto de la UE: Cómo combinar la ambición climática con el fortalecimiento del tejido industrial’, junto a Teresa Ribera, vicepresidenta de Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión Europea (CE), y Jeromin Zettelmeyer, director del Instituto Bruegel, De Meo abordó los desafíos que enfrenta la industria automotriz europea y contrapuso la situación pasada, ilustrando cómo ha cambiado la situación desde 1914, cuando un trabajador de Ford podía permitirse un coche.
“Si la gente no puede, no consigue, no quiere comprar coches eléctricos, o hidrógeno, al final va a ser un mercado muy pequeño”, expuso. En ese mismo foro, De Meo señaló que las condiciones actuales del mercado están ahogando a la clase media, que históricamente ha sostenido a la industria. Para ilustrarlo, afirmó que “hoy, uno de mis obreros no se puede comprar un coche nuevo, ni un Dacia”. En esa frase se podría resumir “el desequilibrio entre los objetivos medioambientales y las posibilidades reales de los consumidores“.
En todo caso, estas palabras han sido tomadas e interpretadas por el sindicato TU-USO para criticar la situación en la que se encuentran los trabajadores de las plantas de Renault, a juicio de este sindicato, minoritario en la empresa.
En un comunicado, le dan la razón al CEO de Renault. “Cobramos una miseria, y lo ha dicho él. Luca de Meo, Director General del Grupo Renault, lo ha dicho alto y claro”, interpretan. “No lo ha dicho ningún sindicato. No lo ha dicho ningún trabajador cabreado. Lo ha dicho el jefe. El máximo responsable de las decisiones que afectan directamente a nuestras condiciones laborales. El que aprueba congelaciones salariales, recortes y planes de “eficiencia” que solo entendemos como recortes para nosotros y beneficios para otros. Lo ha dicho él, y tiene razón”, exponen en la nota de prensa.
En la misma, señalan que “en las factorías de Renault España los salarios son una miseria: porque llevamos años perdiendo poder adquisitivo, mientras las cargas de trabajo aumentan y nuestras nóminas apenas crecen; porque se exige el máximo a la plantilla sin devolvernos salarios acordes a nuestro esfuerzo, cualificación y productividad; porque los pluses no cubren el esfuerzo real que implica cada turno, cada línea, cada modificación de jornada y porque los convenios se diseñan para recortar costes, no para mejorar la vida del trabajador”.
Indignidad
Por otro lado, el sindicato lamenta “el tono despectivo con el que el propio Director General habla de Dacia, diciendo “ni siquiera un Dacia”, como si fuese un coche de segunda categoría. ¿Cómo puede despreciarse así una marca que forma parte del mismo grupo Renault? Indirectamente ese menosprecio también nos lo llevamos nosotros. ¿Qué dignidad hay cuando ni siquiera los propios trabajadores del grupo pueden permitirse el producto que fabrican?”, se pregunta el sindicato.
Y por ello afirman en el comunicado que “en Renault se cobra una miseria. Y eso no es un error: es una estrategia empresarial”.