Las viviendas de la azucarera de Monzón de Campos entran en la Lista Roja de Hispania Nostra por su “progresivo” deterioro fomentado por el abandono de las instalaciones
Las viviendas de la azucarera de Monzón de Campos forman parte desde hoy de la Lista Roja de Hispania Nostra, debido a su “progresivo” deterioro, fomentado por el abandono de las instalaciones, que “amenaza con su desaparición total”. Se trata de un bien expuesto a las “inclemencias meteorológicas y al vandalismo”, algo que se contrapone, justifica la inclusión, en la “necesidad de viviendas de tipo social en el mundo rural”, según un comunicado recogido por Ical. Una incorporación promovida por Mendunia Nostra.
La fábrica fue construida por la Sociedad General Azucarera de España en 1942, que realizó su primera campaña dos campañas después. La localización de la molturadora de Monzón de Campos se debe a su posición estratégica, cerca de fuentes de agua tales como el río Carrión, de donde tomaba el agua y la acequia de Palencia.

La mano de obra técnica procedió, en un principio, de la provincia de Granada y con posterioridad llegó desde Aragón. A los trabajadores fijos, a los cargos intermedios y al director, así como a sus familias se les proporcionaba una vivienda. El complejo azucarero supuso la creación de infraestructuras vinculadas a los trabajadores como el hogar, capilla, escuela, portería, cocheras (para director y altos cargos), huertos para trabajadores fijos, almacenes, talleres, así como un economato muchos de ellos ya desaparecidos
A finales del siglo XX la industria azucarera española entró en crisis, lo que llevaría al cierre de la mayoría de las fábricas, entre ellas, la de Monzón de Campos en el año 2003. El cierre fue paralelo al de la galletera Fontaneda de Aguilar de Campoo, siendo las protestas conjuntas y multitudinarias.
Desde entonces, el cierre ha supuesto un fuerte declive para el pueblo a nivel demográfico y económico. Los terrenos de las viviendas y las propias viviendas de la azucarera cambiaron de propiedad, estando ahora en manos privadas.
74 viviendas
El complejo cuenta con un número total de 74 viviendas divididas en seis bloques de trabajadores; tres bloques formados por dos casas adosadas para los cargos intermedios; dos viviendas dúplex con escalera exterior y terreno de huerto para los altos cargos; y una casa del director con muro perimetral.
En la construcción del grupo de viviendas que se desarrollaba de forma paralela a la edificación de la azucarera, se diferenciaron residencias de varias tipologías. Para los trabajadores fijos, bloques de viviendas más simples desde el punto de vista arquitectónico; mientras que a los cargos intermedios se les destinó a viviendas que se podrían definir como chalets adosados.

Junto a la N-611, llegando desde el sur, hay tres viviendas de los cargos intermedios, con hall interior que da acceso tanto a la vivienda de la planta baja como a la superior a través de una escalera. Estas viviendas cuentan con una base de piedra en mampostería siendo la parte superior de ladrillo cubierto por enfoscado. En el centro de la fachada se sitúa el portón decorado por un marco que da mayor solemnidad al acceso. A ambos lados, dos salientes con ventanas en forma de arcos de medio punto dan mayor variedad estructural a los edificios. Sobre estos salientes se sitúan las terrazas de la planta superior en las que destaca la formación de tres vanos frontales y dos laterales decorados en forma de malla-reja roja.
Culmina el edificio un alero sobre el que se asientan cubiertas con teja plana. Se observan seis bloques de viviendas distribuidos de tres en tres en forma de U, con una colocación prácticamente simétrica si se establece un eje en la zona central que fue un parque.
La vivienda del director tiene forma de H y, a pesar de su mayor elegancia en el diseño, comparte características con el resto de viviendas como la base en mampostería, los ladrillos enfoscados y la teja plana.

Estado de conservación
El complejo se encuentra en su mayor parte desmantelado conservándose aún el barrio de viviendas para trabajadores y cargos intermedios, la casa del director y el hogar social. Tanto el barrio de viviendas como el hogar se encuentran en un avanzado estado de deterioro, con pérdida de volúmenes o parte de sus estructuras como cubiertas, aleros, ventanales, tejas, acometidas eléctricas, puertas, etc.

El entorno se encuentra totalmente degradado, lleno de maleza, y desprovisto de cualquier tipo de mantenimiento, lo que provoca un progresivo deterioro que amenaza con la completa desaparición del complejo.
Hasta tal punto que durante años, los voluntario de bomberos desarrollaron allí prácticas. También sirvió como escenario para competiciones de Airsoft.





