La soprano rumana se ganó el corazón de todos los palentinos interpretando temas muy conocidos desde su balcón de la calle San Bernando en plena pandemia

A Alexandra Tarniceru los palentinos la conocieron por sus generosas actuaciones desde el balcón de su ventana en la calle San Bernardo de la capital. La cantante de Ópera se ganó el corazón de todos aquellos cuya mayor distracción del día era salir a las ventanas a las 20:00 horas, para mostrar agradecimiento a los que luchaban ahí fuera para mitigar el efecto del Coronavirus.

Casi cuatro años después de que estallara la pandemia, su camino por el mundo de la interpretación le ha llevado hasta Madrid, donde ejerce como soprano para la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, participando en importantes conciertos como el último del ciclo navideño, que contó con la colaboración de Anne Igartiburu, en el Auditorio Nacional, el pasado 2 de enero.

Enamorada de Palencia y su provincia, no pierde oportunidad para volver de vez en cuando y recorrer los entornos naturales que atesora la Montaña Palentina. Alexandra atiende a Palencia en la Red para hacer balance de estos cuatro años y saber un poco más de una profesión que requiere no solo talento, sino también disciplina, entrenamiento y, sobre todo, mucha pasión.

Alexandra Tarniceru

Pregunta: Los palentinos te conocieron por cantar desde un balcón en plena pandemia. ¿Cómo recuerdas esa etapa?

Respuesta: El momento de decidir salir al balcón a cantar fue cuando me di cuenta de que la música puede curar. Lo escuché varias veces y decían que estaban haciendo estudios donde la música jugaba un rol muy importante en la vida de los seres humanos y los animales. Salir al balcón fue algo muy especial, me dio responsabilidad, porque la gente no me conocía. Tenía que inspirar a la gente a través de mi don y, al mismo tiempo, desconectar a la gente del momento que vivían. Una de mis vecinas me mandó un mensaje de una amiga que trabajaba en el hospital y le ayudaba a seguir adelante. Otra vecina me dijo que su hijo, después de escucharme, empezó a estudiar piano. Supongo que he dado algo a los palentinos de vuelta. Muy emocionante. Un momento para conectar la mente con el alma y evitar la pesadilla que estábamos viviendo todos.

P: Después de mudaste a Madrid. ¿Por qué se produjo ese cambio?

R: A través de mi vida artística, conocí a mi ex marido y por eso me vine a España y a Palencia. Han sido unos años bonitos, pero la vida te pone en la situación de escoger otro camino e irme a Madrid. Después de pasar un divorcio, me di unos meses para ver si podía seguir en España, y fue en ese momento cuando apareció la oportunidad de ocupar un puesto de suplente en el coro de la Fundación Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Después de un año, sacaron una nueva audición, muy rigurosa y, al final saqué una plaza fija, firmé el contrato un día antes de mi cumpleaños y lo celebré cantando con mis compañeros en un concierto en Santander. La vida te da ilusiones, pero también muchas lecciones. Vine con ilusión, pero salí con mucha tristeza de Palencia.

Alexandra Tarniceru

P: Hace poco has participado en un concierto en el Auditorio Nacional de Madrid apadrinado por Anne Igartiburu. ¿Cómo fue la experiencia?

R: Este fue el último concierto del ciclo navideño. Fue en el Auditorio Nacional de Madrid en la sala sinfónica. En esta ocasión, canté con la JORCAM (Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid). Anne Igartiburu realizó la narración de la historia y yo cerré el concierto con un aria. Fue un concierto lleno de emoción, de ilusión, de encuentros. Y poder tener esta oportunidad de compartir escenario con ella, ha sido un primer paso en el mundo de los artistas en España, pero también de gente que disfruta la música. Y esta nueva generación de la JORCAM tiene mucho futuro.

P: ¿Visitas Palencia a menudo?

R: Estuve en el verano de 2022 y en la Navidad de 2023. Tengo mucha amistad con los dueños del hotel restaurante Las Encinas, de Santa María de Redondo. Me encanta este sitio porque, primero, Socorro y Esteban son maravillosos. Llevan muchos años en el ámbito del turismo y del comercio justo, y el trato que dispensan es muy cercano, es prácticamente mi familia palentina. Este trabajo se combina con la naturaleza y al entorno, que me recuerda a mi infancia en Rumanía. Este lugar lo descubrí en plena pandemia y es un sitio que da mucha tranquilidad, mucha paz y es donde siempre vuelvo a Palencia.

P: ¿Te gustaría volver a cantar en Palencia?

R: Me encantaría volver a cantar en el Teatro Principal de Palencia. Estuve por primera vez en plena pandemia, invitada por La 8 Palencia. En un momento en el que arte estaba sufriendo y fue muy emocionante. Ahora, me gustaría verlo lleno de gente y compartir un momento con todos los palentinos, porque yo también me considero palentina de adopción. Este lugar me trae muchos recuerdos bonitos. Ya estuve en la Fundación Díaz Caneja, pero el sitio más importante de Palencia es el Teatro Principal, es donde mejor puede sonar mi voz y la música clásica a través de una persona que vivió unos años allí. Sería un proyecto muy especial.

P: ¿Qué condiciones son necesarias para ser una buena soprano?

R: Lo primero es nacer con este don, si no, no puedes trabajar de ello. Luego, son años de estudio. A los ocho empecé con el piano y a los doce con el canto clásico. Y ahora, con 36 años, llevo 28 de trabajo. También son muchos años de sacrificio. Para el concierto navideño de Anne, no estuve de fiesta, solo haciendo deporte y de casa al trabajo. Tampoco puedes hablar mucho, no te puedes exponer a situaciones que te saquen de tu trabajo o lo puedan perjudicar. Igualmente, necesitas un entorno de personas que te inspiren. Necesitas personas que te escuchen, y esto te saca de los momentos de tristeza o duda. En Madrid tengo un grupo estupendo, que les llamo “diamantil”. En definitiva, trabajar mucho sobre uno mismo. Hay que estar muy preparado, porque nunca sabes quién te va a escuchar. Quien está dispuesto a asumirlo, lo acepta.

-Publicidad-

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa tu comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí