La organización y celebración del evento supuso la emisión de 9 toneladas de CO2, tal y como recoge un estudio realizado por la empresa Omawa Huella Ecológica

Reducir el impacto de su celebración en futuras ediciones y dar visibilidad a las oportunidades que la sostenibilidad ofrece en eventos de índole cultural. Esos son los dos objetivos que han llevado a la dirección del Aguilar Film Festival a calcular, por tercer año consecutivo, la huella de carbono derivada de su organización y desarrollo.

Concretamente, el evento supuso la emisión de 9 toneladas de CO2, que serán canceladas a través del certificado de compensación que acaba de obtener el AFF por un proyecto para la mejora paisajística del entorno, la recuperación ambiental de una parcela como hábitat para la fauna y el fomento de la biodiversidad en la localidad palentina de Dueñas. De esta forma, la cita cinematográfica aguilarense se convierte, un año más, en un evento neutro en la emisión de gases de efecto invernadero.

Para abordar el estudio de la huella de carbono de la 35 edición del Aguilar Film Festival, se han identificado tres tipos de agentes responsables de las emisiones -organizador, proveedores y asistentes- y tres niveles de alcance -emisiones directas procedentes de las actividades que la organización controla, emisiones indirectas que se generan por la producción de la electricidad consumida y otras emisiones indirectas consecuencia de actividades que no son controladas por la organización-. En cuanto al período de análisis, abarca desde el 1 de noviembre de 2023, fecha en que se iniciaron los trabajos para la producción de la 35 edición, hasta el 11 de diciembre de 2023, día de clausura del festival.

DESPLAZAMIENTOS, RESTAURACIÓN Y MERCHANDISING. Así, según el estudio realizado por la empresa Omawa Huella Ecológica, el 78,43% de dichas emisiones durante la última edición del festival estuvieron relacionadas con el desplazamiento y alojamiento de los asistentes, “una variable que queda fuera del control operativo de la organización”. En cambio, teniendo en cuenta únicamente aquellas actividades sobre las que la dirección de la cita cinematográfica sí puede actuar, los desplazamientos de los proveedores supusieron el 51,29% del total de las emisiones. “En esta categoría se presentan oportunidades relativas a la contratación de proveedores de circuito corto que permitan reducir las emisiones por distancia cubierta”, apunta el informe.

Otra de las actividades que más emisiones provocó en 2023 fue la restauración, concretamente el 22,5% de todas las que permiten un mayor control operativo. Este apartado incluye los eventos vermut y las cenas de apertura y cierre que, de cara a próximas ediciones, “deberían incluir menús con productos ecológicos y locales que ayuden a reducir la huella de carbono ligada a este tipo de actividades”.

Por último, el merchandising supuso un 11,11% de dichas emisiones, una cifra que se deriva de las cargas ambientales ligadas a la producción de los materiales que componen las piezas En este sentido, el estudio sugiere “alternativas sostenibles o recicladas en la adquisición de material promocional”, lo que ayudaría a reducir el impacto medioambiental de este apartado.

De hecho, la finalidad de este tipo de informes es identificar las principales fuentes de contaminación de eventos como el AFF y marcar las directrices que ayudarían a reducir las emisiones en un 60% en 2030 y alcanzar la neutralidad en carbono en 2050, tal y como figura en los objetivos marcados por la Unión Europea para de frenar el avance del cambio climático.

UN FESTIVAL NEUTRO EN CARBONO. El Aguilar Film Festival comenzó a calcular y compensar su huella de carbono en el año 2021. En aquella edición, el festival emitió 7 toneladas de CO2, que fueron compensadas a través de un Certificado de Cancelación Voluntaria que repercutió positivamente en el proyecto Wind Power by EON Electric Limited in Rajasthan (India). En 2022, fueron 13 las toneladas de CO2 derivadas de la organización y desarrollo del festival. La compensación, en este caso, fue a través de la restauración ambiental de una explotación minera en Bembibre (León).

“Además de neutralizar su huella de carbono apoyando este tipo de proyectos, el Aguilar Film Festival quiere que su gesto tenga repercusión en el territorio. Por eso este año el certificado se ha emitido por la plantación de decenas de plantas arbóreas en la localidad palentina de Dueñas”, explica Antonio Peláez, de Omawa Huella Ecológica, al tiempo que señala que el bosque “tendrá una vida útil de 40 años”.

Esta apuesta de la cita cinematográfica aguilarense por tratar de reducir su impacto en el medio ambiente y por fomentar la sostenibilidad, muestra el compromiso del propio evento y del Ayuntamiento de Aguilar por cumplir con los objetivos de descarbonización marcados por la UE. “El Aguilar Film Festival es ahora mismo un evento neutro en carbono”, apunta Peláez, encargado de elaborar el informe que, entre otras cosas, también recoge la importancia de establecer una estrategia verde para mejorar el posicionamiento del AFF por su alto valor y diferenciación en la industria.

En este sentido, el festival aguilarense tratará de impulsar buenas prácticas, mediante campañas de sensibilización interna y externa que promuevan el uso del transporte público y redunden en otro tipo de compromisos y propósitos de la organización para reducir las emisiones de CO2. Todo con el objetivo, no solo de proteger el medio ambiente, sino también de ser ejemplo para otros festivales.

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