Descubre las etapas llenas de belleza natural y cultural que componen este camino hacia la acreditación más valiosa
El Camino Lebaniego Castellano es una ruta que cautiva a los caminantes con su contraste de paisajes y su riqueza patrimonial. Desde la reconocida Catedral de Palencia, muchos peregrinos se lanzan a esta senda que les llevará desde campos llanos hasta majestuosas montañas.
Primera etapa
La primera etapa comienza en la Catedral de Palencia, donde los peregrinos obtienen el primer sello en su pasaporte. A lo largo del Camino, el km cero se encuentra en la senda del Canal de Castilla, donde el caminante se sumerge en una experiencia llena de belleza natural y patrimonial. En esta etapa, lugares como Grijota, Calahorra de Ribas y Amayuelas de Abajo deslumbran al peregrino con su historia y encanto. Además, el canal, una obra de ingeniería del siglo XVIII, revela los vestigios de una antigua actividad harinera en sus alrededores.
Segunda y tercera etapa
La segunda etapa tiene como destino final Frómista, una localidad que se convierte en un punto de encuentro de varios caminos: el lebaniego, el del Canal de Castilla y el de la senda jacobea. Aquí, los peregrinos tienen la oportunidad de detenerse y deleitarse con la joya románica de San Martín de Tours, así como visitar la iglesia-museo de San Pedro y la de Santa María, que alberga la exposición de Vestigia ‘Leyendas del Camino’. No se puede dejar de mencionar la imponente cuádruple esclusa del Canal de Castilla, un lugar que también ofrece la posibilidad de navegar en la embarcación turística Juan de Homar, el único tramo navegable del Camino de Santiago Francés.
Cuarta etapa
Desde Frómista, el peregrino continúa su recorrido hasta Osorno La Mayor, pasando por la torre del antiguo castillo de Las Cabañas de Castilla. Osorno también marca el inicio de la cuarta etapa, que finaliza en Herrera de Pisuerga, otro municipio conocido por su aprovechamiento del Canal. Aquí, el peregrino puede vivir la experiencia de presenciar el remonte de una esclusa a bordo del barco Marqués de la Ensenada, además de visitar el Centro de Interpretación del Cangrejo de Río y otros atractivos como el aula arqueológica y la singular Ermita de la Piedad.
Quinta etapa
La quinta etapa ofrece al caminante la posibilidad de elegir entre dos opciones y crear su propia aventura. Puede finalizar en la localidad de Alar de Rey o prolongar el recorrido hasta San Andrés de Arroyo, hogar del Monasterio que ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Monumento Histórico-Artístico Nacional. Aquí, la hospedería del Monasterio brinda un lugar ideal para descansar y alojarse.
Sexta y séptima etapa
Tras completar las sexta y séptima etapa, los peregrinos llegan a la emblemática villa de Cervera de Pisuerga, declarada Conjunto Histórico y donde convergen elementos arquitectónicos castellanos y cántabros. La iglesia de Santa María del Castillo y el Museo Etnográfico de Piedad Isla son paradas obligatorias en este hermoso municipio norteño.
Octava etapa
La siguiente etapa, la octava, atraviesa el Parque Natural Montaña Palentina, ofreciendo un recorrido rodeado de bosques de robles y valles solitarios. El destino final es el Valle de la Pernía, en San Salvador de Cantamuda, donde el peregrino se maravillará con la Colegiata Románica, una de las mayores joyas patrimoniales del camino.
Novena y décima etapa
La novena etapa quizás sea la más desafiante físicamente, pero el entorno natural, de belleza única, compensa con creces el esfuerzo. Un recorrido por El Campo, Lores, Casavegas y Camasobres. A partir de ahí, y ya en la décima etapa el caminante da el salto a la provincia cántabra para finalizar en la undécima y cima de este camino en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana.
Una llegada que viene precedida de una subida de tres kilómetros desde la localidad de Potes que, aunque dura, permite ya saborear el más valioso de los reconocimientos como es la entrega de la ‘Lebaniega’. Una acreditación que tiene un sabor especial en un Año Santo Jubilar Lebaniego como es este 2023.
