Huerto de Baudilio en Palencia

Un buen ejemplo de pequeño negocio local es El Huerto de Baudilio en la calle Pedro Fernández del Pulgar de Palencia. Cristina Rebellón, su promotora, se siente orgullosa de haber apostado por un modelo cercano al cliente y al comercio tradicional

El Huerto de Baudilio, en la calle Pedro Fernández del Pulgar número 10 de Palencia, se distingue por la cercanía y calidad de los productos que ofrece, pero también por el cariño en la atención a los clientes. Su promotora, Cristina Rebellón, está orgullosa del trabajo realizado en estos años de negocio familiar, que además ha complementado con una nueva línea de producto artesano: la Miel de Santa, que produce en Santa Cecilia del Alcor.

¿Cómo surge la idea de crear esta tienda de alimentación tradicional en pleno centro de Palencia?

Yo siempre había querido montar un negocio. Había trabajado en tiendas de ropa, pero me di cuenta de que la competencia ahí era mucho mayor, por no hablar de las grandes cadenas. Mi padre, Baudilio, tenía la huerta. Y pensé que podía plantar productos de temporada que complementemos con otros alimentos de buena calidad… Y así fue surgiendo la idea.

Y ya sabes: lo más bonito del pequeño comercio es el trato con la gente. Puede que el precio sea más bajo en las grandes superficies, pero la calidad es muchísimo mejor y también la atención a las personas…

Para mí, después de estos años, mis clientes son como parte de la familia: sé muchas cosas sobre ellos, porque conversamos, pasamos un rato agradable mientras les atiendo…

¿Qué productos os distinguen más?

Los productos que más nos distinguen son, sobre todo, los de la huerta de mi padre. Los clientes habituales los conocen bien, pero por ejemplo, cuando llega la temporada de tomate, empieza el efecto boca a boca y vienen personas de otros barrios o pueblos a comprarlos. Y en invierno lo mismo, con los puerros, las berzas… Creo que la gente busca comer como se comía antaño, con el sabor de la huerta de sus padres y abuelos.

Como complemento habéis lanzado la Miel de Santa. ¿Cómo nace?

¡Por casualidad! A mi pareja le interesa el tema de las abejas y se apuntó a un curso. Y como yo me apunto a todo, me apunté con él. Al terminarlo empezamos con unas poquitas, luego unas pocas más… Y esa ilusión fue creciendo hasta convertirse en un proyecto profesional en el que vamos avanzando poco a poco. Además, las tenemos en el monte de Santa Cecilia del Alcor, un lugar precioso en el que las abejas están fenomenal.

Si echas la vista atrás, ¿qué emociones te surgen?

Me siento súper orgullosa de de haber montado la tienda porque soy totalmente feliz aquí. Me encanta mi trabajo. Estoy súper a gusto y siento a mis clientes como parte de mi familia. Cada vez que me falta alguien, me provoca una tristeza tremenda porque les considero mi gente y yo también me siento súper querida con ellos.

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