acb Photo / V. Quintana

El Zunder Palencia volvió a tener cerca la victoria, pero un controvertido arbitraje y el acierto de tres del Joventut de Badalona volvieron a privar a los morados del premio (69-75)

El novato contra el decano… y va el Zunder Palencia y le tutea a un histórico como la Penya.

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El inicio del Zunder Palencia nos recordó al de otros partidos. Algo atascado en ataque. Sin encontrar el sitio, dar con la jugada clara. Tres arremetidas seguidas sin canasta, aunque sacando otro tipo de botín, faltas de los verdinegros, hoy de blanco. Sí, pero los visitantes ya estaban 0-5.

De nuevo a remar, aunque se le veía otro aura al equipo. No iba a dejar ir el partido por las buenas. Hasta Leissner se atrevía a tirar de tres, sin acierto, todo sea dicho.

Pero lo primero es defender y luego construir. De ahí que gracias a las fuertes defensas locales, a los robos de los morados, como el ejecutado por Chumi que salió de nadie sabe dónde el Zunder se puso por encima 6-5.

La confianza que da estar por encima en el marcador invitó los morados a arriesgar más. A lanzar pases audaces, que no siempre llegaban a su objetivo.

Pero el Zunder tenía confianza en este primer cuarto, ganando bajo los aros, reboteando ofensivamente, asfixiando en defensa al Joventut. Al final del primer cuarto: 17-14.

Y para entonces, el pabellón ya había visto a Manu Rodríguez en cancha por primera vez en esta liga, los tiros libres a cuchara de Onuako y cómo el Instant Replay también se puede ver en los videomarcadores del Pabellón para restarle tres puntos al Zunder.

Segundo cuarto

El segundo cuarto siguió siendo un cuerpo a cuerpo. Tanto en el campo como en el marcador. Hacía calor, de ese pegajoso. Y así siguió siendo el Zunder Palencia con su rival. Algo pegajoso. Que no debajaba moverse con comodidad en ataque. Sirva como ejemplo que Tomic apenas podía encarar la canasta local y no sumó más de 6 puntos hasta el descanso. Y eso que los palentinos luchaban con sin todas sus armas. Sin un 4, alternando jugadores en ese puesto. Protegiéndolo como podían.

En ese momento Pasecniks era el máximo anotador del encuentro, con 8 puntos.

Defendía bien el equipo de Marco Justo, pero sus ataques volvían a ser erróneos. Robaban, reboteaban, pero a la hora de encarar el aro visitante erraban. No monetizaban sus ventajas. Como cuando tras robo, Franke en contraataque, y casi con paso franco, decidió pasar a Leissner para que tirara de tres. Sin acierto.

Pero es que de tres sólo Brown y Benite habían acertado antes del descanso, con un porcentaje del 13% (2 de 15) para el conjunto local. Ellos, el Badalona, un 50%.

Así, pese a parar la mayoría de las acometidas visitantes, la Penya fue sumando. Primero empató, 24-24 y luego se marchó. Solo recibió la réplica de Benite, con un triple desde su casa, que fue respondido por otro de Feliz para seguir por delante. 27-29.

Y con ese escaso acierto, esa falta de recursos en ataque, se llegó al descanso seis abajo para el Zunder que mantenía controlado el ataque visitante, pero sin saber cómo atacar con claridad al decano del baloncesto español. 29-35

Demarraje visitante

Si Marcos Justo se esperaba un arranque de partido duro, lo que fue duro fue el tirón, el demarraje que los catalanes interpretaron tras la salida de vestuario. Un ataque que llevó en nada el marcador a 11 puntos favorable a la Penya gracias a su acierto, ahora sí en los tiros exteriores. Pero también a que encontraron la llave para abrir las puertas interiores de un Zunder que pareció descabezado.

Solo una antideportiva pitada a Pasecnick devolvió a la realidad a los locales. Pero también al público que se había relajado. Esa rabia volvió a la cancha. Al pabellón. Al sí se puede cuando cuando aún se estaba a cinco por debajo tras un robo y un dos más uno de Franke. 43-48 a falta de 3 minutos del final del tercer cuarto.

Pero lo de las nuevas reglas parece que les sigue pillando a contrapié a los palentinos como el de saque Rápido. Pero lo que le desquicia y, sobre todo, a los aficionados son los arbitrajes. Por ello, en varias ocasiones durante el encuentro se oyó eso de que fácil es pitar en ACB, y manos arriba esto es un atraco dado que no estaban muy de acuerdo con lo pitado por los árbitros. Ni viendo la repetición en el videomarcador.

Así que al final del cuarto, pese a los ataques de rabia local, el marcador se colocó en un más que injusto 48-60.

Con un tiro libre por técnica encaró el cuarto final el Zunder Palencia debido a la técnica pitada a Feliz por gesticular despectivamente tras el triple final del Joventut.

El sí se puede.

Benite se encargó de volver a poner la diferencia a 11 puntos: 49-60.

Poco, nada se movía el marcador en esos instantes en los que  de nuevo el Instant Replay quitaba opciones a los palentinos ante el bramido del Pabellón. 50-60 a falta de 8,15. Y a falta de 7,25 también tras un ataque infructuoso en el que el ZUnder agotó la posesión sin tirar. Falta de ideas.

Solo la torre Harrms plataba cara, en ataque y en defensa. Aunque el arbitraje le ancalomó una falta más que discutible y una técnica por no creérselo para dejar claro quién es el decano y quien el novato. Y contra eso, poco hay que hacer. 11 abajo a falta de 6 minutos. 53-64.

Lo unico positivo, es que los visitantes entraron en bonus y en tiros libres los palentinos no andaban mal. Los catalanes no conseguían anotar. Con lo que morados se colocaron a 7 puntos a falta de 5 minutos. Un mundo en el marcador. Puede. Pero como dijo en la previa Allen, el Zunder iba a luchar hasta el final.

Dos triple consecutivos insuflaron ánimo, vida, ambición a los locales que comenzaron a oler sangre poniéndose a cuatro puntos. 60-64 a falta de 4 minutos. A dos tras un robo de la marca Chumi Ortega.

Pero en el tres, los visitantes estaban excesos  (un 42% al final) y se separaron.

¿Cómo?, pensó Franke. ¿De tres? Pues de tres: 65-67. A la fiesta no se pudo sumar Brown, pero atrás la defensa guardaba la espaldas impidiendo anotar a la Penya en todas sus jugadas.

Cinco abajo a dos minutos. Tan cerca y tan lejos. Franke al tiro libre deja el decalaje en cuatro. Pero con un ataque espeso en el siguiente game, los palentinos dejaron escapar su penúltima bala, dando algo de aire a los verdinegros: 67-73 a solo 36 segundos. Un mundo en el baloncesto. Sobre todo si escucha el Vamos mi Palencia, vamos Campeón.

Tres tiros para Franke, por falta en su lejano tiro de tres. Uno dentro, agua y otro a la buchaca.

Cuatro abajo y Juventud pide tiempo muerto. Solo 33 segundos por jugarse. 68-73.

De nuevo en la punta de los dedos. Deja correr el tiempo el Zunder. No presiona, no hace falta. Solo la concede en la internada de Tomic cuando ya solo quedan 11 segundos de juego. Otra vez cinco abajo. Seis.

El último ataque de los palentinos tampoco pasó por el aro y al final un 69-75 que no hace justicia a lo ajustado del encuentro entre el Zunder Palencia y el Joventut de Badalona pero sí al desacierto de los locales en su tiro de tres (24%).

Por cierto, sonora pitada a los árbitros en su salida de la cancha y saludo vikingo de la afición a los suyos. Cada vez, la primera victoria está más cerca.

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